Por Joaquín H. Vela González
Muchas veces hemos tratado en este espacio, la necesidad de ver a largo plazo el desarrollo de la economía nacional. La base del tan mencionado “segundo piso” de la transformación radica de manera sustancial en desarrollar un proyecto de desarrollo sólido de nuestra estructura económica.
Este modelo no se puede basar en premisas falsas cómo continuar pensando que ya somos un país desarrollado, cuando en realidad somos sólo un país maquilador. Tampoco seguir con la visión de que sólo con la llegada de inversión extranjera se logrará el milagro de alcanzar a ser una gran potencia.
Lo que necesitamos es construir el modelo productivo con bases locales, que de salida a las expectativas y necesidades de la población mexicana. Siempre aseguramos que en México tenemos mucha riqueza, que a pesar del saqueo de que hemos sido objeto tenemos todo lo necesario para lograr levantar este país; qué este desarrollo es necesario para sacar a millones de mexicanos de la pobreza; que es urgente acabar con las desigualdades; que tenemos un enorme potencial de trabajo calificado y que necesitamos fortalecerlo; en resumen que tenemos todo lo necesario para despegar como potencia. ¿Entonces en que hemos fallado?
La coyuntura actual es la adecuada. Estamos iniciando un nuevo gobierno, que tiene la voluntad y el compromiso con millones de mexicanos de continuar con el proceso de transformación iniciado en el gobierno anterior que puso algunas bases y quitó algunos obstáculos que lo impedían. La nueva presidenta es una científica calificada, con el conocimiento de la realidad nacional y preparada académica como políticamente para continuar con esta compleja pero clave responsabilidad de consolidar este urgente y necesario proceso de cambio.
¿POR DONDE EMPEZAR?
- Diseñando un política industrial activa, como lo están haciendo la gran mayoría de los países desarrollados. En la cual sea el Estado el que planeé los grandes ejes del desarrollo y el que perfile los grandes proyectos de inversión a desarrollar en los próximos años, incluyendo obviamente cómo la constitución lo señala al sector público, al sector privado y al sector social de la economía. 2. Diseñar una nueva planeación nacional tanto regional como sectorial que destaque las necesidades prioritarias actuales
- Realizar una profunda Reforma Fiscal, que apoye la política industrial nacional con recursos frescos y suficientes para sacarla adelante.
- Atender las necesidades tanto de infraestructura, como de formación de recursos humanos necesarios.
- Con estos elementos diseñar las metas, alcances, proyectos regionales y sectoriales, así como los tiempos de programación que den esencia, contenido y forma al Proyecto Nacional de Gran Visión para el desarrollo económico, social y cultural de México.
Sería extraordinario que nuestra Presidenta y su equipo de colaboradores, coincidan con nosotros en iniciar esta transformación, que cambiaria la historia y el destino de nuestro país.
Es evidente que el desarrollo no se va a conseguir en un sexenio, esto va ser trabajo de 2 o 3 décadas, pero si se habrán sentado las bases fundamentales para conseguir la tan anhelada transformación del país y el desarrollo nacional que sea fuente de bienestar, empleos e ingresos de todos los mexicanos. Que fortalezcamos nuestra soberanía y utilicemos nuestros recursos naturales en beneficio de nuestra nación y nuestra gente.
velagj@economia.unam.mx