Carlos H.
Reporteros en Movimiento
Por Juan Lázaro Santiago*
La sombra de la corrupción cubre al alcalde perredista de Atlautla, Raúl Navarro, quién, él o su director de Desarrollo Urbano recibió supuestamente un soborno superior a los 800 mil pesos para hacerse de «oídos sordos» ante vecinos de Popo Park, que iniciaron una lucha en contra de la tala de árboles en un predio en el que se pretende construir una gasolinería.
La lucha inicial y justa de los vecinos fue en contra de la tala, pero al paso de los días se dieron cuenta de que esa gasolinera -cuyo dueño se desconoce- no tenía los permisos correspondientes. 
Lo más extraño es que el gobierno de Raúl Navarro siempre se mantuvo que «no sabía» lo de la construcción y mucho menos del corte de árboles, ya que supuestamente eso correspondía al gobierno federal.
Usted amigo lector se dio cuenta de que los vecinos de Popo Park bloquearon una y otra vez la carretera federal México -Cuautla, a la altura en la que está el terreno en el que está proyectada la gasolinería y el alcalde no se daba por enterado.
Pero después de tanta presión y bloqueos, la tarde del lunes 31 de julio, el alcalde Raúl Navarro, hizo acto de presencia en el sitio en el que los vecinos mantenían un bloqueo carretero.
Su actitud fue que no tenía interés en resolver el conflicto por la gasolinería y ahora ya sabemos por qué.
Además, dijo ignorar la situación de esa obra lo que pareció increíble ya que siendo el gobernante de Atlautla, sería un insulto para la credibilidad de los vecinos, de que su alcalde no supiera de esa obra.
Todos sabemos que cualquier alcalde sabe lo que se mueve en su respectivo municipio y en este caso, ya sabemos que funcionarios públicos actuaron a favor de la gasolinería por el supuesto soborno que recibieron.
Y por supuesto se prestaron a un juego sucio y ruin para engañar a los vecinos, cuya lucha inició por la tala de árboles pero encontraron un «hoyo sin fondo» de corrupción.
Incluso, algún funcionario -se piensa que Raúl Navarro- envió a un grupo de choque, conocido como «Los Argüelles» para intimidar a los vecinos que de la defensa de los árboles pasaron a exigir la clausura de la gasolinería.
Ese mismo grupo ayudó a funcionarios de Atlautla a que no colocaran los sellos de clausura para detener oficialmente esa obra.
La farsa se la creyeron los vecinos, pero hubo alguien entre los manifestantes que sabía de leyes y no se dejaría engañar por los funcionarios públicos de Atlautla.
Así que, el movimiento social que iniciaron por vecinos de Popo Park no se desactiva, al contrario el tema llegó hasta la parroquia en donde un vecino explicó públicamente la situación y las irregularidades de esa obra.
A simple vista se observa que el alcalde Raúl Navarro y sus más cercanos colaboradores, desde que inició el conflicto, intentaron «hacerse de la vista gorda» para no atender la demanda de los vecinos.
Pero algunas personas se dieron cuenta de que supuestamente Raúl Navarro o su director de Desarrollo Urbano recibió el soborno para dejar que se hiciera la gasolinería.
El jueves 3 de agosto se volverán a reunir los vecinos de Popo Park y el alcalde Raúl Navarro, por lo que se debe de poner en claro ese supuesto soborno, que los funcionarios municipales permitan el avance de la obra a pesar de que no tiene su documentación completa, comenzando con los permisos del ayuntamiento.
Es posible que Raúl Navarro niegue todo y siga en su afán de engañar a los vecinos de Popo Park, pero hay algo muy cierto que echaría para atrás esa obra.
Los vecinos tienen todas las de ganar, ya que si ellos no están de acuerdo con la gasolinería pueden rechazar un permiso que se le denomina de Impacto Social, con lo que echaría abajo el proyecto y salvarían los árboles, así como el entorno social.
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