Secreto a Voces El Plagio

ALFARO

Por Rafael Alfaro Izarraraz

  • Existe desconocimiento acerca de cómo ocurre el plagio de una tesis. La palabra plagio significa utilizar la información de un trabajo ajeno y presentarlo como propio. Un estudiante toma de un trabajo de investigación que lleva a cabo otro estudiante y lo presenta como si fuera de su autoría. También ocurre entre investigadores. Sin en la década de los años ochenta esto era posible, lo que ocurre en la actualidad con el copia y pega se ha disparado a la «n» potencia. La tecnología ha creado condiciones favorables para que eso ahora pueda ocurrir con mayor frecuencia.

Es verdad que existen igualmente dispositivos tecnológicos para evitarlo, pero la falta de ética es un punto que puede, bajo determinadas condiciones, burlar cualquier dispositivo por muy efectivo que sea. Por supuesto, el uso de estas tecnologías es muy importante y nunca se debe descartar en los procesos de verificación de la investigación. En general, todas las instituciones de educación superior cuentan con reglas suficientemente claras para que los procesos de titulación se lleven a cabo y el tema del plagio se evite o quede debilitado como una práctica corriente. Aunque, es verdad que esto depende también, en cierta medida, de otros factores que aquí mismo veremos más adelante.

El proceso de titulación en la educación superior consiste en que cualquier estudiante debe de presentar un proyecto de investigación original en el que plantea los propósitos de la misma, el procedimiento que seguirá para llevarla a cabo, un plan de trabajo y el punto al que desea llegar con la misma. Como se puede apreciar, esto es bastante claro. Para que se conduzca la investigación en los marcos que establecen los criterios de ciencia, se designa a un asesor que oriente al estudiante y hasta el nombramiento de lectores especializados en el tema para que verifiquen y den certeza a la investigación que el estudiante lleva a cabo.

A ello se agrega la presentación de la investigación en eventos públicos como pueden ser foros académicos y la publicación de los resultados de la investigación a través de textos científicos. Concluyendo con un examen final en el que se valora todo el proceso de investigación y los resultados. En este punto, la autoridad puede y debe verificar la autenticidad de la investigación a través de dispositivos tecnológicos que ahora están a disposición de las mismas instituciones. La certeza reside en el proceso de titulación que ya hemos expuesto.

En este proceso puede ocurrir lo que ahora ha llamado la atención de la opinión pública, entre dos egresados de la UNAM, de la ENEP-Aragón. El tema se ha valorado en un remolino de pasiones debido a que se trata de que uno (a) de los involucrados es ministra de la Suprema Corte. Jazmín Esquivel y aspiró a ocupar su presidencia. De los argumentos que se han dado a conocer a favor de que la Ministra no tiene responsabilidades de plagio, es el que el otro involucrado tomó información de su trabajo y lo publicó en su tesis.  La verdad es que esto no es un delito. Es válido, siempre y cuando el que toma la información cite la fuente de donde tomó los datos, Dicha información debe servir de apoyo y no supla la investigación a la que se incorpora.

Existen otros argumentos de la Ministra como el que Edgar Ulises Baéz Gutiérrez declaró ante el MP que, efectivamente él tomó información de la tesis de la ministra, pero en este punto habrá que revisar bien la declaración y las condiciones en se llevó a cabo. El uso del dinero y las presiones pueden tergiversar cualquier declaración, dicho sea con todo respeto para la Ministra. En una declaración hecha a la prensa por Edgar Ulises, dijo que él había presentado primero su tesis y luego le siguió la Ministra, y que se sacaran las conclusiones pero que él ya no iba a decir nada.

La versión final la debe ofrecer la UNAM y en este punto esperemos que la Máxima Casa de Estudios haga honor a lo que es como institución educativa de carácter público y una de las más importantes en América Latina y el Caribe. El punto del plagio ha continuado a pesar de que ya se nombró como presidenta del Tribunal a la ministra Norma Piña. Lo que desean los opositores es que la ministra Jazmín sea destituida por el presunto plagio. Por lo que la versión de la UNAM es más que urgente.

Dicho lo anterior, es pertinente agregar algunos comentarios a este hecho que abrió la «caja de pandora» de lo que ocurrió en instituciones como la UNAM pero que igualmente se puede presentar en cualquier otra de educación superior.

Primero, en la vida cotidiana los principios éticos se han debilitado al darle prioridad a la competencia y el liderazgo en lugar de destacar la reciprocidad y la solidaridad entre mujeres y hombres, incluido el ámbito académico.

Segundo, durante los últimos años, han desparecido de los programas de estudio materias claves que son fundamentales para crear personas con una sólida formación ética, como la misma ética y la filosofía.

Tercero. La firma de acuerdos de México con la OCDE en el que se impone la necesidad de que exista en cada país personal altamente calificado, con maestrías y doctorados. Y pues se incrementan artificialmente las estadísticas.

Cuarto. La titulación por promedio que baja cualitativamente la capacidad de los egresados, sobre todo de aquellos que son los más sobresalientes.

Quinto. Su lugar, la filosofía y la ética, se ha hecho acompañar por la existencia de programas de «autoayuda» que han tomado relevancia en la sociedad.

Sexto, los bajos salarios. En algunas universidades la mayoría de los docentes son empleados por horas y una minoría es de tiempo completo. Esto debilita las estructuras de las instituciones, porque los profesores tienen que andar de escuela en escuela en la búsqueda de un ingreso decoroso, perdiendo eficacia en parte de su trabajo.

Séptimo. Existen instituciones de educación superior en donde pagan cincuenta pesos la hora clase, en otros 80 y son universidades públicas. Y un profesionista dedicado a la docencia solamente recibe unas cuantas horas porque la institución no puede contratarlo de tiempo completo.

Octavo. la proliferación de una falsa idea de que nadie se va dar cuenta de que aquello que se presenta como trabajo propio no le pertenece. Un investigador, puede ir a Sudáfrica a un evento y de los ponentes que escucha tomar un texto y luego publicarlo como propio. Estos casos ya se han descubierto y los docentes pierden su trabajo.

Noveno. la falsa creencia entre los estudiantes de que se puede engañar a un profesor con trabajos falsos, cuando el que se engaña es el mismo estudiante.

Décimo. La competencia entre académicos que se ha provocado con políticas que favorecen a unos y perjudican a otros, sobre todo a los que tienen menos títulos y reconocimientos.

Duele decirlo, pero la Ministra debe ser contundente en las evidencias que presenta para justificar que a ella la plagiaron.

raizarraraz@gmail.com

 

Leonardo González


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