
- La llegada del Ford y tres destructores de la Armada con capacidad para lanzar misiles añade unos cinco mil 500 militares a una fuerza de 10 mil soldados que ya se encuentran en la región, aproximadamente la mitad en tierra en Puerto Rico.
Ciudad de México, 11 de noviembre (SinEmbargo).– El portaaviones más grande y avanzado de la Armada de Estados Unidos, el Gerald R. Ford, se trasladó a la región del Caribe este martes, “aumentando la capacidad para atacar barcos sospechosos de transportar drogas u objetivos en tierra en Venezuela, mientras la administración Trump sopesa nuevas medidas militares destinadas a derrocar al Presidente del país, Nicolás Maduro”, dice esta tarde The New York Times.
Donald Trump asegura que Nicolás Maduro es el líder de un grupo de narcotraficantes. Nunca ha presentado pruebas e incluso algunos disienten sobre el involucramiento de Venezuela en las redes criminales que mueven droga hacia las ciudades estadounidenses.
Al mismo tiempo, un comunicado firmado por el Ministro de Defensa de Venezuela, Vladimir Padrino López, informa de un despliegue de fuerzas venezolanas este martes. Incluye “medios terrestres, aéreos, navales, fluviales y misilísticos”; sistemas de armas, unidades militares, la Milicia Bolivariana, órganos de seguridad ciudadana y comandos para la defensa integral”. Las maniobras forman parte de “una fase superior del Plan Independencia 200”, un despliegue militar que Venezuela activó el pasado septiembre en defensa del territorio.
La Armada sólo identificó la ubicación del Ford y sus tres buques de guerra acompañantes como “en el Atlántico occidental”, de acuerdo comunicado. Pero, dice el diario, un alto funcionario militar dijo que los buques se habían trasladado a la región del Caribe, casi tres semanas después de que el Secretario de Defensa, Pete Hegseth, ordenara abruptamente al portaaviones abandonar el Mediterráneo oriental y dirigirse rápidamente a las aguas de América Latina en una escalada sustancial del poderío militar estadounidense en la zona.
“La noticia de la llegada del Ford se produjo un día después de que Hegseth anunciara que seis personas habían muerto el domingo en dos ataques más contra barcos sospechosos de traficar drogas en el océano Pacífico oriental. Los últimos ataques elevaron el número de muertos en la campaña a 76 personas en 19 ataques en el Pacífico y el mar Caribe desde principios de septiembre”, dice el Times.
La llegada del Ford y tres destructores de la Armada con capacidad para lanzar misiles añade unos cinco mil 500 militares a una fuerza de 10 mil soldados que ya se encuentran en la región, aproximadamente la mitad en tierra en Puerto Rico y la otra mitad a bordo de ocho buques de guerra. Con más de 15 mil militares, el despliegue estadounidense es el mayor en la región en décadas.
“Los portaaviones han recorrido las aguas del Caribe y de América Latina antes, en lo que la Armada llama giras de ‘buena voluntad’. Pero acortar el despliegue programado del Ford en el Mediterráneo varios meses y redirigirlo a América Latina para una posible misión de combate es muy inusual”, dijeron a The New York Times funcionarios actuales y anteriores de la Armada.
En diciembre de 1989, Manuel Noriega de Panamá fue detenido por tropas estadounidenses que habían invadido el país con órdenes de capturarlo. Terminaron rodeando su último escondite, atormentándolo durante 10 días con altavoces que reproducían a todo volumen canciones de grupos como Black Sabbath y Guns N’ Roses. Se rindió, esposado.
Un análisis publicado en el diario y formado por Michael Crowley dice que mientras Trump considera una acción militar en Venezuela, los paralelismos entre Noriega y Maduro se vuelven cada vez más significativos, y algunos funcionarios de Trump esperan que el Presidente venezolano corra una suerte similar. Sobre todo la derecha latinoamericana y en particular, Corina Machado, la cuestionada premio Nobel de la Paz.
Al igual que Noriega hace más de 30 años, Maduro ha sido acusado de cargos de narcotráfico. Y los funcionarios estadounidenses sostienen que el venezolano no es un líder extranjero, sino un criminal que debe ser “llevado ante la justicia”, como dijo recientemente el Secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio.




