
Por Rafael Alfaro Izarraraz
Dice la información que circula en redes que la empresa petrolera ExxonMobil, aunque recientemente ha tenido problemas en la bolsa de valores, fue una de las multinacionales texanas más importantes del mundo con inversiones en 40 naciones. En algunos países fueron tan poderosas que llegaron a quitar y poner gobiernos como fue el caso de Venezuela, nación que las élites estadounidenses veían como una finca de su propiedad, como dice el profesor Jalife. Pero, en el caso de Venezuela, ese poderío un día, como todo en la vida, llegó a su fin.
Chávez, cuando llegó al poder, hizo lo mismo que Cárdenas en México. El nuevo estado venezolano se encargó de la administración de la industria petrolera. Ese acto le ganó, como era de esperarse, la animadversión de la petrolera ExxonMobil y esa actitud la ha mantenido desde entonces. A tal grado a llegado el odio y poder de esta empresa que, cuando Biden aligeró las medidas contra Venezuela (en el contexto de las sanciones contra Rusia y debido esas medidas podrían dificultar obtener petróleo ruso en el mercado) Exxon se opuso a esas medidas.
El intento por volver a las antiguas condiciones en donde ExxonMobil era la empresa que decidía parte de la vida de los venezolanos, junto con los gobiernos estadounidenses, ha intentado (desde las primeras semanas de los gobiernos bolivarianos) derrocar ya sea Chávez o Maduro. Apoya las sanciones económicas de EU contra Venezuela ventado a otras empresas petroleras que desean invertir. A las sanciones vinieron los robos xomo cinco refinerías que el Venezuela tenía en EU así como una cadena de gasolinerías en ese mismo país. Lo mismo ocurrió con el oro venezolano depositado en Inglaterra.
Las medidas en contra de Venezuela con las que han intentado crear un descontento de la población no han funcionado. Desde que llegó Chávez al poder, particularmente durante su gobierno, no ha existido en el mundo una nación más democrática que Venezuela. Chávez, únicamente perdió una. Chávez, un ex militar nacionalista y bolivariano, socialista, desafió políticamente el poder de EU en la región. Los gobiernos de EU no pudieron utilizar al ejército (como lo hicieron en el Cono Sur) para imponer un gobierno militar y títere en Venezuela.
Es una hipótesis. Chávez (el “negro bembón” como una periodista estadounidense a las ordenes del gobierno de EU lo quiso llamar en una entrevista), extrañamente, adquirió una enfermedad en parte baja de su vientre. Algo así como una bola de béisbol. Como sabemos, Chávez era un amante del deporte de la “pelota caliente”. Estuvo en tratamientos en Cuba aprovechando la amistad que tenía con el ahora también difundo Fidel Castro. Chávez, no pudo recuperarse de esa extraña bola cancerígena y finalmente falleció en marzo de 2013.
En el norte imperial llegaron a la conjetura o, igualmente, era parte de una estrategia, lo más seguro: muerto Chávez la mesa estaba servida para retomar el control de Venezuela. Chávez, desde que llegó al poder, cambió todo en Venezuela. Llevó a cabo una reforma constitucional de inmediato, en donde recuperó para el pueblo el control de la aplicación de la justicia y de las elecciones. Todo quedó en manos de líderes venezolanos sin vínculos con el gobierno estadounidense y los grupos de la derecha venezolana afines a EU.
Evidente, para los EU y la derecha venezolana, ahora todo es fraude en su contra. Particularmente, creyeron que Maduro muy pronto abandonaría la herencia política del chavismo y lo derrotarían fácilmente. Sobre él se creó toda una narrativa para descalificarlo, como lo hicieron con Chávez a quien lo trataron de ridiculizar por origen afrovenezolano, en un claro ejemplo de racismo en su contra. Por su parte, Maduro era un simple ex chofer y, pues, como iba a gobernar Venezuela un personaje de esas características, iletrado. No les funcionó.
EU y sus títeres locales no se dieron por vencidos. La siguiente medida que tomaron en EU fue la de deslegitimar cada elección presidencial en la que participa Maduro y, acto seguido, encumbrar a un desconocido para ejecutar un golpe de Estado ya no militar porque perdieron el control del ejército, sino a través de una invasión orquestada desde Washington. Ya que el empresario Leopoldo López nada pudo hacer nada, en 2019, nombraron a Juan Guaidó como presidente a través de un evento que organizaron junto con el entonces gobierno colombiano en la frontera.
El pretexto era el hambre en la que se encontraba el pueblo venezolano, que era una mentira. No dudamos que exista pobreza y hasta hambre en segmentos específicos, como ocurre en EU. Lo del hambre como narrativa propagandística lo inventaron los gobiernos neoliberales con el fin de “descubrir” que los países del “tercer mundo” necesitaban “ayuda” ya sabemos cuál ayuda fue como el desmantelamiento del Estado benefactor. Organizaron un evento “Venezuela Aid Live”, ante la supuesta hambre.
El evento fue organizado por el empresario inglés Richard Branson. Supuestamente Guaidó le pidió que organizara el evento. Fue una mentira. Es difícil que esto haya sido así. Branson es un empresario vinculado con la industria aeroespacial de los EU por lo que debe comprenderse el poder y las relaciones con el gobierno estadounidense y el Pentágono. Se utilizó su pasado vinculado con la producción musical (para esta fecha ya había vendido sus negocios dedicados a este rubro) pero en realidad fue parte de la estrategia de la aristocracia empresarial imperial gringa y de su gobierno.
A Guaidó le entregaron casi todos los recursos que le habían quitado al gobierno legítimo de Venezuela. Guaidó, que era un hombre sin escrúpulos y corrupto y cuyo interés no era Venezuela sino él mismo se robó el dinero y poco a poco fue desplazado por el gobierno de Joe Biden. A Guaidó y su esposa como dice la periodista Kajsa Ekis Ekman (recomiendo que la sigan es especialista en el tema) le interesaba más aparecer en las revistas en donde se hablara de ellos y no el pueblo venezolano.
Entonces, empezaron a buscar entre los escombros a nuevas figuras y ahí aparece Corina Machado, la “Nobel” de la Paz, quien ama tanto la paz que entre sus actos está en haber apoyado el genocidio en Gaza.A esta mujer la apoyan por una razón que es la razón de ExxonMobil y de los intereses petroleros de Trump. Quiere ya, llegando al poder, entregar la industria petrolera a los Estados Unidos. Así lo ha dicho públicamente: donde firmo. Y claro, le dieron el “nobel”. Si Europa ha perdido toda relevancia ahora también eso ha influido en los organizadores de este premio que están al servicio de EU y sus petroleras.
Dice la periodista Kajsa que quien operó lo del nobel fue el secretario estadounidense de gobierno, de origen cubano, Marco Rubio. A Trump no se lo iban a dar porque resultaría contraproducente y demasiado evidente de que se trata de un hombre que precisamente estaba orquestando una invasión a Venezuela y ahora a Colombia. De todos modos, tuvo dedicatoria, se lo dieron a Corina Machado para calmar a Trump concediéndole esa pieza le sirviera para sus fines inmediatos: invadir a Venezuela para recuperar el control del petróleo y el poder de los petroleros caídos en desgracia en Venezuela.
Como diría Roger Waters, que en respuesta a Branson organizó un evento musical que tituló: ¡Manos fuera de Venezuela!
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