Al haberse derrotado electoralmente en el 2018 a una parte de la derecha mexicana, se abrió una puerta y una gran expectativa de cambio, sobre todo en términos políticos, quedando muchos pendientes en lo económico. A siete años de ese acontecimiento es claro que se estableció una forma distinta de gobernar y se consiguieron importantes avances, principalmente con la implementación de programas sociales y una visión de más apoyo a los pobres. Sin embargo, aún hay limitantes, no ha sido posible combatir a fondo la gran desigualdad que hoy priva en nuestro país, así como la corrupción en importantes esferas del Estado.
Pareciera que el actual gobierno transita por el mismo camino del pasado año 2018, pero sin una agenda que le permita profundizar el cambio, debido a que hay una limitante capitalista, donde no es sólo gobernar mejor sino transformar el orden establecido para lograr una verdadera justicia social.
Derivado de lo anterior,se plantea una agenda de transformación profunda, es decir, una reforma fiscal progresiva para que paguen más los multimillonarios; se graven con más impuestos a las grandes transacciones en la Bolsa de Valores; suspensión del pago del fraudulento Fobaproa, así como de los intereses de la ilegítima deuda pública que es casi el doble de todos los programas sociales y que frenan el desarrollo y crecimiento económico de nuestro país.
Asimismo se propone resolver el tema de las jubilaciones justas para l@s trabajador@s; desprivatizar las Afores hoy en manos de los bancos; reformar el sector bancario a fin de impedir ya el enriquecimiento ilícito de sus dueños y la escandalosa concentración de la riqueza, además de que esosrecursosse inviertan en proyectos productivos del campo (priorizando los granos básicos) y la ciudad, para que los programas sociales sólo sean complementarios; impulsar el sector social de la economía, reforma al Artículo 27 constitucional, que privatiza el ejido; renacionalizar los sectores estratégicos de la economía como la industria eléctrica, para beneficio de la sociedad.
Ante el saqueo de nuestros recursos naturales se requiere defender la tierra, el agua y las minas; recuperar las empresas y servicios públicos entregados al capital privado; impulsar las cooperativas y las economías solidarias; prohibir los transgénicos y agroquímicos que dañan la salud y el medio ambiente, así como erradicar la violencia, la corrupción y la devastación ambiental.
El llamado Plan México se debe realizar, ejecutar y trabajar con los sectores populares de la población y no sólo con empresarios; el país requiere tener una visión tendiente a profundizar un verdadero cambio, el impulso de la industrialización y del desarrollo tecnológico nacional. Ante ello, diversas organizaciones políticas y sociales decidimos unir fuerzas para levantar un frente político nacional que se identifique con las demandas de trabajadores, campesinos, mujeres, juventudes, pueblos originarios y de todos los sectores populares. Nuestro objetivo es claro: construir una alternativa electoral y de lucha que represente con dignidad las demandas históricas del pueblo. Para lo anterior, estas organizaciones coinciden en una convicción común: el país necesita un cambio profundo que coloque la vida, la justicia, la dignidad y su soberanía en el centro de la política, abriendo espacios hacía la perspectiva del socialismo. Se requiere transformar las bases que sostienen la concentración de la riqueza y el abandono de las mayorías, un México donde nadie se quede atrás, donde la cooperación, la solidaridad y el bienestar colectivo sean la norma y no la excepción.
El objetivo de este Polo es profundizar el rumbo hacia la izquierda. La ausencia de una verdadera democracia interna y la incorporación de políticos oportunistas provenientes del viejo régimen han limitado y distorsionado la esperanza del proyecto de la 4T, por lo que el retorno de la derecha significaría un grave retroceso para el pueblo y sus conquistas. En contraparte, buscamos impulsar la creación y el fortalecimiento de organizaciones de izquierda con registro electoral y con participación de la base social, capaces de mantener viva la lucha de clases por una transformación auténtica y radicalmente democrática.
Un gobierno que administra desde hace siete años el mismo modelo sin cuestionar a sus bases, es necesario hacerlo avanzar hacia un modelo anticapitalista, con justicia social, distribución equitativa de la riqueza y participación popular en las decisiones nacionales.
Nuestro proyecto no se limita exclusivamente a lo electoral, queremos un instrumento político democrático, con raíces en la base, con comités reales en barrios, ejidos y centros de trabajo, con dirigentes emanados de las luchas y no de acuerdos cupulares; un espacio que combine la movilización social con la disputa institucional, que convierta la indignación en organización y la organización en poder popular.
Participar electoralmente en 2027 es una tarea ineludible. Renunciar a ese terreno sería dejar en manos de los mismos de siempre el rumbo del país. Queremos disputar gobiernos locales, congresos y espacios de representación para que la voz del pueblo esté presente y para que las causas populares rompan el cerco mediático e institucional. Sabemos que las urnas no sustituyen la calle ni la calle sustituye las urnas, ambas trincheras deben caminar juntas.
El Movimiento que estamos construyendo es también un compromiso ético. Apostamos por un servicio público profesional y honesto, con funcionarios preparados, evaluados y cercanos a su comunidad; por políticas que fortalezcan a las familias y su tejido social; por una educación que forme ciudadanos cooperativos, críticos y solidarios. Queremos un país donde cada niño, joven o trabajador sepa que su esfuerzo cuenta y que su comunidad lo respalda.
Por todo lo anterior, convocamos a la militancia de izquierda, a colectivos, sindicatos, organizaciones sociales, a las fuerzas socialistas y comunistas, y a cada ciudadano inconforme con la injusticia, a incorporarse como iguales a este esfuerzo histórico. Necesitamos construir juntos el instrumento político que abra un camino real de transformación. Hoy iniciamos este recorrido con una certeza: la unidad del pueblo organizado es la fuerza capaz de abrir un nuevo horizonte para México.
¡Es momento de levantar un Movimiento Amplio de Izquierda!
En proceso de registro como Partido Político Nacional: Movimiento Nacional Convencionista, artículo 33: Josué Arturo Tapia Flores y Gerardo Yamamoto; en proceso de registro como Agrupación Política Nacional (APN): Aquí Estamos Construyendo Poder Popular: José Luis Rojas Díaz y Benito Mirón Lince; Movimiento Amplio Social: Arturo Montesinos y Movimiento del Socialismo Democrático: Edgar Arturo López Rosales y Mónico Silverio Evangelista; Otras organizaciones participantes: Partido del Comerciante Popular y de Trabajadores no Asalariados: Raúl Arturo Pérez Marín y León Enrique Espinoza; Partido del Socialismo Mexicano: Camilo Valenzuela y Bernabé Enríquez Monroy; Frente Nacional de Organizaciones Sociales y Productivas A.C.: José Luis López López; y Partido Comunista: Benito Collantes.
Responsable de la Publicación: Bernabé Enríquez Monroy