
- Este fin de semana se elevaron las tensiones entre los gobiernos de Estados Unidos y Colombia, ya que Donald Trump lanzó acusaciones y amenazas contra Gustavo Petro, las cuales se suman a un panorama complejo en la región por el despliegue de las fuerzas estadounidenses en el Caribe para meter presión a Nicolás Maduro en Venezuela.
Ciudad de México, 20 de octubre (SinEmbargo).– La promesa del Presidente de Estados Unidos (EU) de atacar a los narcotraficantes en Colombia se amplió. Ahora la campaña antinarcóticos se ha convertido en un ataque contra los gobiernos de América Latina con los que no simpatiza, dice The Wall Street Journal.
El ataque contra Colombia se produjo este domingo en una publicación en redes sociales, en la que calificó a su Presidente, Gustavo Petro, de “líder del narcotráfico”, y se comprometió a suspender la ayuda estadounidense a Bogotá y a tomar medidas unilaterales a menos que Petro cerrara de inmediato “estos campos de exterminio”. Trump dijo a la prensa que anunciaría nuevos aranceles a Colombia este lunes. Colombia ha retirado a su Embajador en Washington para consultas.
“Las amenazas convirtieron a uno de los socios de seguridad más importantes de Washington en un objetivo, sumándose a una ofensiva estadounidense que ha incluido ataques a presuntos barcos con drogas en el Caribe y una creciente presión sobre el Presidente venezolano Nicolás Maduro, un esfuerzo que, según expertos en drogas y exfuncionarios, está desdibujando la línea entre la lucha contra el narcotráfico y el cambio de régimen. El Gobierno de Trump cree que su campaña contra Maduro está dando resultados y que una mayor presión militar estadounidense en la región lo convencerá de que no puede permanecer en el poder”, dice el diario estadounidense.
Estas tensiones se agravaron luego de que María Corina Machado, opositora venezolana, recibiera el Premio Nobel de la Paz. Corina ha pedido una intervención armada en su propio país. El premio sorprendió para mal a los progresistas e izquierdistas de la región, que consideran un exceso de la institución que lo otorga.
Maduro desplegó por todo Venezuela un ejército regular y paramilitares para una eventual resistencia en caso de invasión. Sin embargo, en una carta a Trump el mes pasado, Maduro prometió presentar datos que demuestren que su país no trafica con drogas. El viernes, Trump afirmó que Maduro estaba dispuesto a darlo todo para aliviar las tensiones, y añadió que no quiere meterse con Estados Unidos.
Petro acusa a Estados Unidos de asesinar a un pescador en un ataque a una embarcación que, según las autoridades estadounidenses, transportaba drogas ilícitas. Trump respondió que recortaría la asistencia e impondría nuevos aranceles al país. La disputa entre ambos líderes reflejó la creciente tensión en la región por el enorme despliegue militar estadounidense en el Caribe, cuyo objetivo es Venezuela, vecino de Colombia. Fuerzas estadounidenses han matado a decenas de personas en las últimas semanas a bordo de embarcaciones que, según la Administración Trump, transportaban drogas desde Venezuela.
Donald Trump acusó a Gustavo Petro de ser un «narcotraficante».
“El Gobierno no ha aportado ninguna prueba que sustente estas afirmaciones, salvo descripciones de evaluaciones de inteligencia y videos desclasificados de fragmentos de los ataques. Especialistas legales han declarado ilegales estos asesinatos, ya que los militares no pueden atacar legítimamente a civiles que no representan una amenaza en ese momento ni participan directamente en las hostilidades”, dice por su parte The New York Times.
“Funcionarios del Gobierno estadounidense cometieron un asesinato y violaron nuestra soberanía en aguas territoriales”, escribió Petro en redes sociales. Añadió que el hombre asesinado en el ataque de mediados de septiembre, Alejandro Carranza, era un “pescador de toda la vida”, cuya embarcación sufrió daños y se encontraba a la deriva, probablemente en aguas colombianas, en el momento del ataque. No se pudo confirmar de inmediato su descripción de Carranza ni de su embarcación.
Tensión en el Caribe
Los dos presidentes han tenido una relación tormentosa desde el comienzo de la segunda Administración de Trump. En enero, apenas unos días después de que Trump asumiera el cargo, amenazó con imponer aranceles altísimos a Colombia cuando Petro intentó bloquear el uso de aviones militares por parte de Trump para deportar a miles de migrantes a Colombia.
Estados Unidos también revocó la visa de Petro durante la Asamblea General de las Naciones Unidas en septiembre, después de que pidió a los soldados estadounidenses que desobedecieran a Trump en una manifestación pro palestina en Nueva York.
Colombia tenía previsto recibir más de 400 millones de dólares en ayuda a principios de año, de acuerdo con lo que dijo Adam Isacson, director de supervisión de defensa de la Oficina de Washington para América Latina, un grupo de investigación. Isacson habló con The New York Times. Dijo que los recortes anteriores habían dejado a Colombia con aproximadamente una cuarta parte de esa cantidad.
Si bien Colombia y Estados Unidos aún cooperan en los esfuerzos antinarcóticos, agrega el diario, la asistencia estadounidense al país en general también ha disminuido desde los años del “Plan Colombia”, una iniciativa de principios de la década de 2000 que finalizó hace una década y que tenía como objetivo combatir tanto a los cárteles de la droga como a las insurgencias armadas de izquierda. “Más allá del efecto sobre la ayuda, la disputa subraya cómo Colombia podría enfrentar mayores consecuencias del despliegue militar estadounidense en el Caribe”.
“Colombia es por lejos el mayor productor de cocaína del mundo y un actor mucho más importante en el tráfico mundial de drogas que Venezuela, que produce cantidades insignificantes de cocaína y esencialmente no juega ningún papel en la producción o el contrabando de fentanilo. El despliegue de fuerzas estadounidenses es el mayor en la región en décadas, e incluye cerca de 10 mil soldados estadounidenses y decenas de aeronaves y buques militares. Si bien la Administración Trump afirma que se trata de una misión antidrogas y antiterrorista, funcionarios han dejado claro en privado que el objetivo principal es expulsar del poder al líder autoritario de Venezuela, Nicolás Maduro”, señala el Times.
Petro, izquierdista y exmiembro de una guerrilla urbana que asumió la Presidencia en 2022, ha expresado repetidamente su apoyo a Maduro mientras la crisis entre Washington y Caracas se intensifica. El Presidente colombiano ha mostrado su disposición a confrontar a Trump, en marcado contraste con la cautela que la mayoría de los demás líderes latinoamericanos han adoptado con la Administración Trump.



