Situación internacional: Época de Guerra, Genocidio y Definiciones Políticas - Lacallelibre

SUPLEMENTO Época de Guerra 3

“Estamos cambiando no sólo la faz de Medio Oriente, ahora digo que

Estamos cambiando la faz del mundo. Nos dirigimos a una enorme victoria

Que será recordada por muchos años.” Israel Katz, ministro de defensa de Israel.

 

Por Víctor Raúl Prieto Martínez

  1. La guerra de agresión contra Irán, planificada y materializada, por los Estados Unidos de Norteamérica e Israel, pone a discusión, nuevamente, el papel del conflicto armado como una forma de resolver las contradicciones entre los estados en la fase imperialista de descomposición; asimismo, se convierte en una solución de sus contradicciones internas que se enraízan en la crisis del capitalismo; la cual se ahonda más y lleva a constantes sufrimientos a los pueblos y a los trabajadores.

Pero estos conflictos y guerras no se asumen, ni se reconocen, como expresión de la decadencia de un sistema económico/político/social que no ha tenido una   salida revolucionaria. Los conflictos se explican y justifican ante la “opinión  pública” como expresión de una serie de atavismo y valores que intentan preservar el estado democrático liberal ante una serie de grupos y estados  bárbaros que constantemente intentan minar los cimientos de la civilización  occidental.

  1.  El gobierno de Donald Trump no sólo alienta la guerra contra Irán; sino que al mismo tiempo mantiene una guerra por delegación contra Rusia en Ucrania. En todos los conflictos que interviene tiene el apoyo incondicional del Occidente Colectivo [1], esto es, los países tanto europeos como de las naciones de habla inglesa. Destacadamente a través de la alianza militar de la OTAN.

Hay otro efecto de esas guerras que son el desplazamiento y/o expulsión de  los habitantes de los países que son el campo de enfrentamiento directo, como es el caso de los sirios, kurdos y otros grupos étnicos que son afectados – llamados daños colaterales- directamente por el fuego de los ejércitos y grupos  en pugna. Ese desplazamiento es agravado por un sistema social y económico       profundamente injusto. La diferenciación social y la apropiación de la riqueza, se sigue concentrando, cada vez más, en pocos individuos, familias, empresas o  naciones. Una nueva       situación es el desplazamiento y expulsión de sectores  importantes de las poblaciones de África, Medio Oriente y América Latina, que   sólo les resta para sobrevivir el migrar a regiones y países en donde puedan  malbaratar su trabajo por algunos mendrugos de pan. En esta  época existen una       serie de guerras y conflictos dentro de naciones y entre naciones, a parte de los destacados en el inicio del presente escrito [2]. Como consecuencia de lo anterior hemos transitado un conflicto armado entre dos países densamente poblados y  que cuentan con armas nucleares, esto es la guerra acotada entre la India y Pakistán. ¿Pero cómo nos afecta en la lucha social y política que se desarrolla en nuestro país? Este es un intento de dilucidar algunas de sus consecuencias.

  1. Entre las promesas que realizó D. Trump en campaña electoral, es que él no iba iniciar nuevas guerras y que concluiría la de Ucrania en poco tiempo. Así, el golpe de estado del Euromaidan que desato la guerra por delegación que inició Joe Biden [3]. La promesa de Trump giraba especialmente para preparar el enfrentamiento contra el enemigo principal de la hegemonía norteamericana que identifica con China.
  2. Tradicionalmente entre los medios de comunicación, analistas políticos y militares se ha especulado de la existencia en los sectores de la diplomacia, inteligencia y fuerzas armadas de dos segmentos que son denominados Palomas y Halcones. Los primeros se caracterizan por privilegiar la negociación sobre las soluciones de fuerza para resolver los múltiples conflictos en donde está involucrado el gobierno norteamericano; los segundos, halcones, son los que acuden a la fuerza política y militar para imponer los intereses del estado norteamericano. Sin embargo, está caracterización es para consumo de los medios de comunicación con el fin de justificar las políticas intervencionistas y del garrote militar.

Así políticas genocidas como la que actualmente es aplicada al pueblo palestino, la guerra contra Irán y la guerra por delegación en Ucrania. Muestran  prácticamente unanimidad dentro de la élite política norteamericana. El relato de palomas y halcones trata de justificar los acercamientos y claudicaciones   de diversos gobiernos extranjeros a las políticas gringas, dando a entender que       existe una ética que orienta la toma de decisiones, e intentan cerrar los ojos sobre que es una respuesta a una necesidad de preservar la hegemonía

  1. La Guerra se convierte en la solución y motor de la crisis del capitalismo, pero igualmente es el freno a la declinación de la dominación norteamericana ante el fortalecimiento creciente de otros estados; la industria militar y las finanzas que se mueven alrededor y dentro de ella se convierten en la parte más dinámica de la economía capitalista y, paradójicamente, la destrucción que provoca abre posibilidades del negocio de reconstrucción en los países que son el escenario de ella.

Lo último que importa es el sufrimiento y el dolor que provoca entre las poblaciones en donde se ceban las batallas. Sirven igualmente para legitimar los recortes presupuéstales y las prestaciones sociales del mundo del trabajo a nombre de la defensa de los “valores” o seguridad de Occidente. En ese sentido no se puede concebir a la guerra como algo anómico que, tan sólo con la razón, la diplomacia y las buenas intenciones se puede eliminar. También la guerra posibilita expandir territorios, influencias y mercados que sirvan para mantener la hegemonía.

Paradójicamente los conflictos armados, igualmente minan la legitimidad de los regímenes políticos que medran en éstos, los recortes presupuéstales que   alegremente aplican y justifican los partidos de extrema derecha, los conservadores y liberales clásicos llegando hasta los ecologistas y la izquierda  moderna y “responsable”. Dejan en estado de indefensión al mundo del trabajo y       otros sectores oprimidos de la población ante sus parlamentos y otras instituciones       gubernamentales. En parte explica la normalización y acceso al poder de partidos       de corte fascista, ya que estos expresan en forma radical lo que el resto del espectro partidario lo pregona vergonzosamente. Esto llevara a nuevos realineamientos en los escenarios partidarios, que rompa la uniformidad política que actualmente prima en los países capitalistas avanzados.

En el caso de los partidos y organizaciones que se reclamen de la lucha socialista y del mundo del trabajo, no será una evolución lineal, sino necesariamente se requerirá la intervención organizada           de proyectos que, apelando a un pasado de independencia política clasista diferenciado de los        proyectos burgueses, entre en el escenario de las definiciones actuales producto de las luchas sociales y que dibuje un mañana distinto al actual [4].

  1. El 2 de abril del presente año D. Trump declaró que se iniciaba una transformación en las relaciones con la ciudadanía norteamericana, pero igualmente en el trato con otras naciones, del mismo modo, amenazó en convertirse “en dictador desde el primer día”. Lo anterior no debe llevar a olvidar que la guerra en Ucrania comenzó por delegación, esto es organizada y planificada para que otros actores luchen por los intereses norteamericanos y comenzó en una administración demócrata, se preparó, por lo menos, desde el año de 2014, contando con la ayuda de los gobiernos y las agencias de inteligencia de Alemania, Francia e Inglaterra, y posteriormente con la colaboración de todos los países integrantes de la OTAN y la Unión Europea. Los cuales han financiado con millones de dólares y euros el esfuerzo del gobierno de Zelensky. Han concedido créditos de guerra para mantener en funcionamiento las actividades gubernamentales ucranianas, y han utilizados sus propios arsenales para dotar de armas y municiones al ejército ucraniano, con la idea que la que la guerra desangrara y desgastara al ejército ruso. Todo con el fin de provocar un cambio de régimen en Rusia, por uno más favorables a sus propósitos políticos y económicos.

Así, el occidente colectivo, especialmente Europa y los EUA, a través de sus instituciones como son los partidos políticos, parlamentos, industria, finanzas y medios de comunicación masiva e intelectuales, emprenden campañas de  información para difundir la guerra como una causa justa y de unidad patriótica    entre todas clases sociales, contra naciones que atentan contra los valores       democráticos y el progreso económico. Atribuyendo, por ejemplo, a Rusia la  intención de agredir si triunfa en Ucrania a Polonia, Lituania, Estonia, Letonia y   Finlandia.

Todos los partidos de esas naciones y del resto de Europa se convocan a la altruista misión de concitar el apoyo irrestricto a Ucrania, en el rearme de las naciones europeas e impulsar que los sindicatos y partidos que se reclamen de los  trabajadores acepten recortes en las prestaciones sociales para orientar ese dinero al esfuerzo de guerra [5].

  1. La barbarie capitalista no es tan sólo un calificativo a una época de oscuridad y de ataque a las libertades ganadas desde la revolución francesa de 1789, que se fortalecieron con otras movilizaciones y revoluciones posteriores. Se afirmaba que después de Auschwitz era inconcebible que los hombres mostraran indiferencia ante crímenes de esa magnitud. Sin embargo, el siglo XXI transita por otro genocidio del cual está prohibido mencionar en público o denominarlo así, sin convertirse, según los medios de comunicación, consciente o inconscientemente en cómplices del antisemitismo que justifico el exterminio de los judíos por los nazis. Otros genocidios se han dado en la época moderna, por ejemplo, el genocidio que padecieron los Tutsis en Ruanda bajo un gobierno Hutu y masacres diversas que se han dado en Asia, África y América Latina. Pero en el momento de escribir estas líneas y en el momento de su lectura el gobierno israelí lleva un genocidio contra el Pueblo Palestino como solución “final”, al conflicto iniciado en 1948 con el despojo de los territorios en que estaban asentados.

 

Es la expresión más cruda y sistemática de la barbarie capitalista, en donde          hay una alineación de los valores, y se imponen la manipulación y socialización         inducida de valores, relatos y prejuicios que permiten normalizar crímenes de lesa   humanidad. “El terremoto de Lisboa bastó para curar a Voltaire de la      teodicea         teibniziana; pero la abarcable catástrofe de la primera naturaleza fue     insignificante comparada con la segunda, social, cuyo infierno real (…)  base de       maldad humana sobrepasa nuestra imaginación (…) el tema dialéctico de la   conversión de calidad en cantidad vuelve a triunfar de forma indescriptible.            Con el asesinato administrativo de millones de personas, la muerte se ha      convertido en algo que nunca había sido temible de esa forma[i][6] Siguiendo a          Adorno, es el primer genocidio reportado cotidianamente por las grandes cadenas       informativas, en donde a parte de las balas y bombas, se utiliza la privación de           agua, alimentos y medicamentos como una forma de “eliminar” a los palestinos, u obligarlos a emigrar.

 

En donde los principales ejecutores se permiten la burla sangrienta de postular       uno (Netanyahu) al otro (Trump) como candidato al premio nobel de la Paz, y            en donde los comentaristas y analistas políticos, conjuntamente con otros criminales, lo celebran y lo normalizan, pavimentando así el camino a otros      crímenes similares. Generalmente cuando se reconocen las agresiones y las    masacres expresan formalmente motivos altruistas o de autodefensa. Es la       barbarie sangrienta en que nos hunde un sistema económico que se resiste a    morir.

 

  1.       La decapitación del enemigo, así, lo que en 1941 fue calificado como un ataque cobarde y alevoso por parte del Imperio Japonés contra la base naval de Pearl Harbor, actualmente se ha transformado en el método patentado por los Estados Unidos e Israel para iniciar cualquier conflicto armado, se trata de que, sin previo aviso, y aún sin declaración formal de guerra dar un golpe de tal contundencia que imposibilite al país atacado a defenderse y/o tomar represalias.

 

Tanto Israel como los EUA, en el presente siglo lo utilizan; así, el 29 de          septiembre del 2024 en el Líbano es asesinado Hassan Nasrrallah, clérigo y líder    del Partido de Dios (Hezbollah), en un bombardeo contra su cuartel general. Días      antes, en una acción preparada por lo menos con dos años de anticipación por las    agencias de inteligencia israelí y norteamericana, fueron asesinados 12 miembros de la dirección de la Resistencia Libanesa brazo armado de Hezbollah y varios             miles resultaron con heridas graves por la explosión de beepers utilizados para la            comunicación interna; al otro día hicieron explosiones cientos de walk talkies          llevando a la muerte de 20 integrantes del movimiento y heridas en          aproximadamente 450, decapitando al principal enemigo de Israel en el Líbano.

 

Las operaciones del ejército israelí contra los miembros de los grupos de la resistencia palestina en Gaza y Cisjordania, producto de la incursión palestina del            7 de octubre del 2023, probablemente, como han indicado diversos analistas            políticos, fue “permitida” y  alentada tanto por la Shabak como el Mossad con el    conocimiento y visto bueno de Benjamín Netanyahu, ya que ha servido de             excelente argumento para desatar el infierno militar y la campaña masiva de       comunicación que deshumaniza a los palestinos, especialmente los refugiados en         Gaza. Descabezar a Hezbollah, y cambiar de régimen en Siria e intentar lo mismo           en Irán. No es fortuito que en entrevistas televisivas realizadas en días posteriores,   al 7 de octubre, Netanyahu sonría, porque los planes de exterminar y desterrar a   lo que queda de los habitantes originales de Palestina iniciaba con el excelente    argumento de la autodefensa y el castigo a los actos terroristas de Hamas y la Yihad Islámica.

 

Toda la prensa escrita y electrónica de prácticamente todo el mundo, hasta         la fecha, cuando informan sobre cualquier acontecimiento del genocidio contra        los palestinos, comienzan la nota recordando que es producto de los actos terroristas del 7 de octubre del 2023, sin mencionar la historia y el contexto del conflicto y en automático librando al ejército israelí de cualquier responsabilidad    moral o criminal de sus acciones.

 

  1.      Las acciones contra Irán, por parte de EUA e Israel adquieren las mismas características; recordemos algunas de ellas en enero de 2020 es asesinado el General Qasem Soleimi a través de un ataque con un dron norteamericano afueras del aeropuerto de Bagdad, Irak. El 13 junio del 2025, en el inició de los bombardeos aéreos israelíes contra Irán, es asesinado el comandante Hossein Salami de la guardia revolucionaria, igualmente eliminando a todos los principales científicos que trabajaban en la investigación y desarrollo de su industria nuclear, todo basado en la gran mentira que pregonaba desde hace diez años que era para evitar la fabricación de una bomba atómica. Eso fue la excusa de EUA para sumarse abiertamente a la agresión.

 

El imperialismo norteamericano nunca se ha resignado con la perdida de Irán        como un Estado garante del orden en medio oriente. Desde 1958 cuando la CIA        orquestó el golpe de Estado contra el primer ministro electo de Irán, Muhammad Mossadegh hasta el año de 1979[7] con el estallido de la revolución iraní. Irán fue un   pilar fundamental de los intereses de EUA en la región.

 

Posteriormente con el lanzamiento de la guerra contra el terrorismo por parte       de la administración de G. Bush, tenía como objetivo volver a ese estado de cosas           mediante el desencadenamiento de una violencia imperialista ilimitada, mediante librar, en palabras del general W. Clark “siete guerras en cinco años”, y     así cambiar los regímenes de Afganistán, Irak, Siria, Líbano e Irán.

 

  1.    Una característica de las intervenciones contrainsurgentes, golpes de estado y guerras abiertas en las que ha participado el imperialismo norteamericano posteriores a la Segunda Guerra Mundial; es que los principios acordados entre las naciones vencedoras de ese conflicto, para humanizar la barbarie de la guerra, han dejado de ser respetadas, tanto en los hechos como en las narrativas. Las acciones y las palabras de Netanyahu y Trump van más allá de la hipocresía tradicional, es el nuevo cinismo que caracteriza a nuestra época, así como afirmaba Nicolás Maquiavelo, lo que se dice “en la guerra es la mentira gloriosa”. En los actuales conflictos, y en general en los discursos de los estadistas del imperialismo, la verdad hay que buscarla meticulosamente entre los intersticios de la mentira.

La mentira, ya no se compone de pequeñas o grandes retazos de engaño y manipulación y distorsión de la verdad, estamos en la época de la Gran Mentira [8], entendida esta como la construcción de realidades virtuales que justifican y hasta   obligan a los actos más ruines, bárbaros y cínicos. Así, los Palestinos, todos los  Palestinos, especialmente los que sobreviven en su tierra original son víctimas de un despojo sistemático y permanente de sus territorios y propiedades,    condenándolos a una vida sin derechos sociales y políticos y a privaciones de todo  tipo impuestas por el gobierno israelí. La resistencia palestina sea de orientación laica o religiosa es calificada de terrorismo, y los civiles palestinos son considerados cómplices de   ese terrorismo y por lo tanto objeto de represión y vigilancia por  parte del Estado y linchamiento por parte de los colonos israelíes que los despojan       de sus tierras. La sola existencia del pueblo palestino es valorada como un atentado contra                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                          la paz y el futuro del Estado Israelí. En ese ambiente el gobierno de Netanyahu ha iniciado un genocidio, el cual cuando es denunciado en foros internacionales, por   algún periodista o en las movilizaciones de la juventud  europea y norteamericana, es calificado en automático de antisemitismo y por lo tanto sujeto a censura y a medidas policíacas [9]. En su época de       decadencia el  capitalismo, cada vez más se olvida a los que eran los referentes de las       denominadas democracias liberales occidentales como son los principios de   libertad, igualdad y fraternidad originados en la Revolución    Francesa, o     varios de los principios plasmados en la Declaración de   Independencia y la    Constitución Norteamericana, así cada vez es más evidente   que el poder no reside   en el pueblo y que los derechos inalienables de      libertad, vida y búsqueda la  felicidad,  no se preservan bajo el  capitalismo.

  1. El discurso y la narrativa de los procesos sociales contemporáneos no se explica sin referirnos a la lucha de clases. Significa que la ideología del capitalismo en su época de decadencia se basa no tan sólo en la recurrencia y operatividad de las prácticas cotidianas; si no que se expresa y apoya en la transmisión de creencias y tabúes de índole religiosos, económicos, culturales y del sentido común a la vez que las recrea, fortalece o cuestiona.

Así la ideología no es un reflejo epifenómico que surge mecánicamente de las relaciones políticas y sociales que establecen los hombres. “El poder de las ideologías se relaciona en que se usan para justificar y legitimar acciones. Quienes aceptan una ideología no la consideran arbitraria e injustificada. Por el contrario, sostienen que su interpretación ideológica es válida, es “evidente”, “lo que sostendrá cualquier hombre racional y realista [10]”. No obstante, el capitalismo y sus múltiples defensores muestran en su época de decadencia una situación de agotamiento de los discursos ideológicos; sin embargo, la izquierda en general, incluyendo la que todavía reivindica a Marx ya no muestra la praxis que rebate  esos discursos, y la izquierda no marxista se entiende a sí misma, como la izquierda del capital, aceptando la imposibilidad de cuestionar, para trascender,       los discursos hegemónicos. Así, los intelectuales, académicos, líderes de opinión y partidos, que todavía en los años setenta, ochenta y noventa del siglo pasado impulsaron las movilizaciones contra la OTAN, se han convertido al igual que sus pares de la derecha en fervientes defensores de las políticas económicas de índole neoliberal, dirigiendo o apoyando, según sean gobierno u oposición, los recortes sociales, y poder dirigir esos recursos al rearme de sus ejércitos. La situación internacional permite observar cómo se han adaptado y convertido en defensores del capital [11].

  1. Los fundamentos bajo los que se ha construido a la ideología racista norteamericana. Diversos analistas resaltan sobre qué argumentos basan su sistema de creencias, que ha moldeado un individuo que hace de la negación de principios básicos de la ciencia: como son la evolución humana, el origen de la tierra, la existencia del cambio climático, el cuestionamiento sobre la eficacia e importancia de las vacunas en su concepción del mundo. Resumiendo, hacen de la ignorancia una virtud [12]. Donald Trump no es producto de un vacío conceptual y político, es expresión, entre otras cosas de la gradual sumisión de la razón ante la fe y la autoridad así se puede afirmar que desde de la presidencia de Georges Bush hijo, hasta la actual presidencia, son producto del consenso que abarca un segmento importante de la ciudadanía norteamericana; compuesta por sectores de los trabajadores blancos y muchos de ellos integrantes de sindicatos que poca empatía tienen por los inmigrantes y trabajadores de otros países. Así, en diversos estados de la Unión Americana se ha producido la imbricación entre elementos de control político, económico y social aderezado de creencias religiosas derivadas de una práctica religiosa evangelista de tipo sureño; así se llega a bendecir prácticas homofóbicas, antiabortistas, supremacistas y xenófobas que desean hacer una interpretación literal de la biblia ajena a cualquier evidencia empírica[13] Por eso son tan peligrosos para la humanidad, y para ellos mismos, abonan el terreno ideológico que santifica a Trump, la guerra contra lo oriental y el genocidio israelí contra los palestinos. En sus concepciones político/religiosas, están cumpliendo las profecías del Apocalipsis, y así, apresurando la segunda venida de Cristo al mundo. Obviamente que todo es una mezcla de creencias, que rara vez se encuentran es estado puro. El racismo contra las personas no blancas, el rechazó a lo Oriental –que va de Rusia a China- y a los mahometanos –como enemigos de la cultura cristiana-; se une a la imperiosa necesidad de mantener las tasas de ganancia como acostumbran, y seguir acumulando la riqueza en pocas manos, como símbolo de la supremacía de ciertos hombres sobre otros, y aceptar como lógico, progresista y moral la industria armamentista y todo lo que órbita a su alrededor.

En una encuesta llevada a cabo por la revista Time, se expresa que un 59% de los americanos creen en las profecías apocalípticas plasmadas en el libro de las revelaciones, las cuales tienen la esperanza que se cumplan, y ellos como verdaderos creyentes sean llevados en éxtasis ante Dios [14].

  1. No obstante, a nivel internacional se han desatado una serie de movimientos que expresan que se puede revertir esa tendencia negativa. Así lo sucedido en Los Ángeles y las movilizaciones de No King en la mayoría de los estados norteamericanos; expresa la posibilidad y necesidad de unir las luchas de las mujeres, de la juventud, de la comunidad LBGQ, por la defensa de los derechos laborales y políticos y de defensa de los migrantes. Es a través de principios de clase, que se opongan al desempleo y mayores cuotas de explotación, pasar paulatinamente a revertir la situación de reflujo político en que nos encontramos. Igualmente, tan sólo a través de la intervención en las luchas sociales y políticas, en donde se está reconfigurando las relaciones sociales y el Estado Moderno, podemos revertir el descredito en que cayó el proyecto socialista, víctima de las profundas desviaciones y traiciones que dentro de su propio ámbito hicieron metástasis y que corroyeron la visión de una sociedad que trascendiera al capitalismo en descomposición.

El dilema que en su época expresó Rosa Luxemburgo es más vigente en la actualidad, sino avanzamos hacia el Socialismo, nos hundiremos en la Barbarie y probablemente al inició de la tercera guerra mundial.

 

Lerma de Villada, México Agosto del 2025.

VRPM

[1] El occidente colectivo es el grupo de países y culturas que conforman la estructura mundial en donde se asienta los estados que dominan el capitalismo en su fase imperialista. La explicación que le dan a este dominio es a partir de compartir una cultura y un objetivo en común; la cultura que se remite a la Grecia clásica y de base judeocristiana. El objetivo es revitalizar la acción política mundial para garantizar un futuro de democracia y progreso para sus integrantes.

[2] No obstante, la crisis del capitalismo con los elementos que la configuran no es un problema reciente, desde inicios del siglo pasado, los marxistas de esa época identificaban, por ejemplo, entre los años de 1902 a 1909 que precedieron al estallido de la I Guerra Mundial en 1914, y así afirmaban “que se abría una época de guerra y revoluciones” caracterizada por un sistema global de interacción revolucionaria, “Una época de desarrollo revolucionario ha comenzado. La época de los avances lentos, casi imperceptibles, va a ceder el paso a una época de revoluciones, de bruscos saltos hacia adelante, quizás de grandes derrotas ocasionales, pero también -debemos tener confianza en el proletariado- de grandes victorias a fin de cuentas” (Karl Kautsky, 1905). Si hace más de un siglo Kautsky indicaba que el desarrollo de las comunicaciones y la integración de los países a través del desarrollo capitalista, que permiten la transmisión de ideas y la afluencia de contradicciones sociales y políticas entre países. La guerra si bien permite la puesta al día de etapas revolucionarias, igualmente llevan a través de políticas públicas y acciones policiaco/militares trabajar para abortar los procesos prerrevolucionarios desde su inicio; así los procesos políticos se complementan entre sí, pero igualmente rechazándose mutuamente, he ahí la importancia de los partidos y otras organizaciones políticas proletarias que puedan tener la sensibilidad del pulso político, he intentar orientar estos procesos a una solución revolucionaria. Sin embargo, lo que nos diferencia de otras épocas es la carencia de proyectos revolucionarios, así en la época de Kautsky y destacadamente Lenin, existían grandes partidos obreros, el Partido Socialdemócrata Alemán que era el partido ejemplo de la II Internacional, que propugnaba pasar de una estrategia de desgaste a una de derrocamiento. Actualmente aun siendo una época de guerras y genocidios -como el que padece el Pueblo Palestino-, lo que se observa en la mayor parte de la izquierda europea, una colusión con los partidos tradicionales del capital, y con los revitalizados partidos fascistas, convirtiéndose en garantes del orden establecido. Vid Lart T, Lin, “Lenin en 1914, La nueva época de guerras y revoluciones” en Viento Sur, junio de 2014.

[3] El golpe del Euromaidan se dio en 2014 después de una serie de movilizaciones de sectores nacionalistas y europeístas ucranianos, muchos de ellos financiados y dirigidos por la inteligencia norteamericana y alemana, que expresaba una planificación desde el año del 2011 para cambiar el régimen ucraniano y extender las fronteras de la OTAN hasta Rusia, con el fin de acotarla política y militarmente, o en el mejor de los casos, iniciar una guerra de desgaste contra ella, utilizando como carne de cañón a los ucranianos.

[4] “Como señalo un viejo revolucionario olvidado y vilipendiado: “La guerra es el método por el cual el capitalismo, en la cumbre de su desarrollo, busca la resolución de sus insolubles contradicciones. A este método el proletariado debe oponer su propio método: el método de la revolución social”. León Trotsky, “Prologo” en, Comunismo guerra y paz, México, Juan Pablos editor, 1973, p. 12.

[5] En Estados Unidos, los recortes al gasto del gobierno federal, que ya han provocado el despido de miles de empleados públicos, debían extenderse al gasto militar, que en cinco años se habría reducido en aproximadamente un tercio: de 968 mil millones de dólares en 2024 a 600 mil millones en 2030. Sin embargo, la administración Trump ha dado marcha atrás y el gasto militar previsto para 2026 crecerá a 1,010 mil millones, incluyendo la modernización nuclear, el Golden Dome, el escudo espacial y antimisiles, y la expansión de las fuerzas navales”. Vid., Dominico Moro, El vínculo inseparable del capitalismo con la guerra, https://www.elpais.cr/2025/05/23/el-vinculo-inseparable-del-capitalismo-con-la-guerra/

[6] Theodor W. Adorno, Después de Auschwitz en “Dialéctica negativa”, Madrid, Cuadernos para el diálogo, Taurus ediciones, 1979, p. 362.

[7] Hagamos una breve reseña de ese proceso: En 1908 se encontró un yacimiento de petróleo, que llevó al gobierno británico a convertir en una colonia clásica a la antigua Persia, así se establece la empresa Anglo-Persian Oíl Company, la cual, aparte de ocupar territorios sin pago alguno, estaba exenta de pagar algún impuesto o derecho por su explotación y comercialización. En 1947 a partir del descontento por esa situación en el Parlamento Iraní, un diputado de nombre Muhammad Mossadegh, reclamó un acuerdo para revertir esa situación, teniendo el apoyo del gobierno norteamericano que sugirió a Gran Bretaña aceptara tal acuerdo. La AIOC se negó; obligando a Mossadegh a presentar una propuesta de ley en la que se pedía la nacionalización de la compañía en rebeldía, dado el apoyo popular a tal iniciativa se logró, igualmente, que se nombrara primer ministro a su autor. EUA aceptó esa situación ya que permitía establecer un gobierno que serviría para contención del comunismo soviético. En octubre de 1951 Mossadegh se presentó ante la Asamblea General de la Naciones Unidas, fue tal su aceptación que los delegados norteamericanos ante la ONU lo acompañaron a que se fotografiara en Filadelfia a un lado de la Campana de la Libertad; la prensa norteamericana lo nombró el Georges Washington iraní; sin embargo, pronto cambió esa apreciación e Inglaterra y EUA diseñaron la operación Áyax de cambio de régimen que consistía en un golpe de estado instrumentado por la CIA y el M16, el objetivo fue prevenir el fortalecimiento de una dictadura comunista y recuperar el petróleo para la Gran Bretaña. Así con el apoyo y complicidad de la Prensa Iraní y miembros del ejército se ejecutó, “Los impulsaba una ideología casi rabiosa, les parecía de todo razonable instigar tanto golpes de estado preventivos como acciones contra amenazas que ni siquiera se habían materializado”, así la monarquía del Sha, se convirtió conjuntamente con Arabia Saudita e Israel en uno de los pilares de la estabilidad norteamericana en Medio Oriente. El gobierno dictatorial, y a la vez frívolo del Sha, concluyó en 1979 con estallido de la Revolución Islámica, en donde el Ayatola Jomeni se convirtió en su máximo referente. EUA nunca aceptó al régimen islámico, y así alentó el estallido de la guerra entre Irak de S. Hussein e Irán que duró de septiembre de 1980 a agosto de 1989 con miles de muertos en ambos lados.  Vid., Morris Berman, “La edad oscura norteamericana: La fase final del imperio”, Madrid, Editorial Sexto Piso, 2006, pp. 226-242.

[8] No se trata de la mentira tradicional de la política -demagogia-. Es una masificación y sistematización tan grande que desafía cualquier refutación lógica. La gran mentira no intenta convencer con argumentos bien estructurados, su poder reside y convence a través de lo descarado de su mendicidad; por ejemplo cuando se afirmaba que la Revolución Rusa fue organizada por Lenin gracias al apoyo y dinero otorgado por Alemania; o los denominados como Los procesos de Moscú  en contra de la vieja dirección bolchevique en los años treinta; o la existencia de armas de destrucción masiva que justifico la guerra contra Irak o el peligro de la construcción de una bomba nuclear por parte de Irán. Vid. “El WSWS y la lucha contra la guerra, el genocidio, el fascismo y la gran mentira”, 23 de mayo de 2025.

[9] No olvidemos que los socialistas y los comunistas en particular su odio hacia el capitalismo; o a la iniciativa privada (bancos, industriales y las profesiones liberales), a los cuales en muchos casos son relacionados con los judíos mostrando con claridad su antisemitismo” Guy Claret, El economista, México, 29 de noviembre de 2023.

[10] R.J. Bernstein, La reestructuración de la teoría social y política”, México, F.C.E., 1982, p.146

[11] La ideología es en sentido una “fuerza social organizadora que constituye activamente a los sujetos en la raíz de su experiencia vivida y pretende dotarles de formas de valor y creencia relevantes para sus tareas sociales específicas y para reproducir el orden social…algunos de los efectos más poderosos son generados por instituciones como la democracia parlamentaria, por procesos políticos impersonales más que por estados de ser subjetivos” Terry Eagleton, Ideología, Ediciones Paidós Ibérica, Barcelona, p.276-277.

[12] “La función de la ideología no es ofrecernos un punto de fuga de nuestra realidad, sino ofrecernos la realidad social misma como una huida de algún núcleo traumático, real” Slavoj Zizek,” ¿Cómo inventó Marx el síntoma?” en Ideología, un mapa de la cuestión, F.C.E. Buenos Aires, 1994, p.366.

[13] Vid. El excelente trabajo de Charles Reagan Wilson, “la religión y el sur de los Estados Unidos” en Espacios del Sur, https://southernspaces.org/2004/religion-and-us-south/

[14] Vid., Morris Berman, op. cit., pp 25-30.

Carlos H.