
- La familia de Lorenzo Mata Doro aún confía en que la justicia, con imparcialidad, prevalecerá en un caso que consideran teñido de corrupción e impunidad
Por Ana Valeria Castro
Zinacantepec, Méx.- Un grito desgarrador de auxilio resuena desde el corazón de una familia mexicana, cuya vida ha sido pulverizada por lo que describen como una condena injusta. Las hijas de Lorenzo Mata Doro, un honrado taquero de Pueblo Nuevo Tlalmimilolpan, Zinacantepec, han lanzado un desesperado llamado a la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, y a la gobernadora, Delfina Gómez Álvarez, implorando su intervención en el caso de su padre, quien fue sentenciado a 62 años de prisión por un delito que, aseguran, jamás cometió.
«El día de ayer sentenciaron a mi papá a 62 años de prisión por un delito que él no cometió,» declara una de las hijas mediante un video en redes sociales que busca conmover a la nación. La familia, oriunda de Zinacantepec, vive hoy la pesadilla de ver a Lorenzo recluido en el penal de Santiaguito, en Almoloya de Juárez, acusado de extorsión basándose, según ellas, en el mero señalamiento de una persona, sin una sola prueba que respalde la acusación.
La médula de este drama judicial radica en la supuesta víctima, quien alegó miedo para no presentarse en el juicio. Sin embargo, la familia de Lorenzo la ve «paseándose de un lado al otro, riendo, bebiendo,» una cruel burla que contrasta con el encierro injusto de su padre. «Mientras mi papá está preso, encerrado, injustamente como si fuera un criminal peligroso, nosotros, su familia, estamos completamente destruidas,» lamenta la hija.
Lorenzo Mata Doro, un pilar de su hogar ha pasado los últimos cinco años dedicándose a su taquería para sacar adelante a los suyos. El 22 de septiembre de 2024, su vida dio un giro brutal. Fue privado de su libertad por una falsa acusación de extorsión. Sin embargo, la familia presentó pruebas contundentes donde ese día, el acusado y su familia visitaban a su suegra enferma. Un video grabado con un celular y corroborado por peritajes confirmó su presencia en ese lugar.
Sin embargo, el caso está plagado de irregularidades, además de que la menor de las hijas de Lorenzo fue obligada a declarar ante un juez sobre su presencia con su padre en casa de su abuela, una flagrante violación de sus derechos como menor. A pesar de la contundencia de las pruebas y los testimonios presentados, fue sentenciado.
La familia señala que la parte acusadora tiene un parentesco con el juez del caso, un conflicto de interés alarmante. Además, la supuesta víctima es propietaria de una pastelería inaugurada cerca del negocio de Lorenzo, poco antes de la acusación. La ausencia de la presunta víctima en el juicio, la falta de testigos o elementos probatorios, y la inverosímil afirmación de que el delito ocurrió un domingo de tianguis sin que nadie lo presenciara, solo aumentan las dudas sobre la legitimidad del proceso.
Otra anomalía impactante fue que la denuncia se presentó en la Fiscalía de Homicidios en Lerma, a pesar de contar con ministerios públicos más cercanos. La detención de Lorenzo, ocurrida en presencia de su hija menor mientras la recogía de la escuela, fue violenta: a punta de pistola y con agresiones físicas y verbales.
La madre de Lorenzo, antes sostenida por él, ahora trabaja incansablemente día y noche, cerrando su puesto a altas horas de la madrugada y levantándose al amanecer para preparar su negocio. Todo, para mantener a la familia y llevarle lo indispensable a su esposo, preso injustamente.
«¿Cómo es posible que en México se destruya una vida, una familia, solo por el señalamiento de una persona sin pruebas y sin el testimonio?» claman las hijas, extendiendo su preocupación a todas las personas inocentes que, como su padre, languidecen en prisión. Cuestionan por qué sus pruebas, videos, testimonios y testigos fueron desestimados.
El mensaje final de la familia es un clamor urgente a la conciencia de las líderes del país: «Claudia, Delfina, este mensaje es para ustedes, ayúdenos a revisar este caso. No queremos privilegios, queremos justicia real. Mi papá es inocente, no puede pasar 62 años en la cárcel por un delito que él no cometió.»
Piden a la sociedad que comparta el video y etiquete a las autoridades, con la esperanza de que este ruego llegue a las manos correctas. «Hazlo viral, porque hoy puede ser mi papá, pero mañana puede ser el tuyo.» La familia de Lorenzo Mata Doro aún confía en que la justicia, con imparcialidad, prevalecerá en un caso que consideran teñido de corrupción e impunidad.