Sobrecostos, Retrasos, Hundimientos, Daños… los Porqués del NAIM que no Despegó - Lacallelibre

Aeropuerto de Texcoco 1
  • El aeropuerto de Texcoco que planteó Peña Nieto fue cancelado desde el inició del Gobierno de López Obrador, en 2018, cuando ya acumulaba críticas y observaciones por el sobrecosto y el impacto ambiental.

 

Ciudad de México, 6 de julio (SinEmbargo).– El aeropuerto internacional que se construiría en Texcoco, Estado de México, fue presentado por el expresidente Enrique Peña Nieto en 2014 como «una obra trascendental, emblema del México moderno» que para 2018, cuando se anunció su cancelación, acumulaba críticas y observaciones por el sobrecosto, el atraso en obras, las licitaciones y el impacto ambiental.

A casi siete años de la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM), el exmandatario Peña Nieto aseguró que sigue sin comprender qué motivó al Gobierno de Andrés Manuel López Obrador a suspender la obra.

«Ahí yo me quedo con la incógnita de qué le lleva o qué le motiva a [López Obrador a] tomar esa decisión. Porque sé que, al interior de su Administración, había voces que estaban por impulsar, mantener la construcción del aeropuerto. Bueno, lo hemos conocido públicamente: el que fuera Secretario de Hacienda ha hecho revelaciones públicas después, señalando que él estaba a favor de que el proyecto se continuara», dijo en la serie documental Texcoco, la decisión del Presidente.

Cuando Peña Nieto informó de la construcción del aeropuerto, en septiembre de 2014, reconoció que se trataba de un proyecto transexenal a cargo de los arquitectos Norman Foster y Fernando Romero: La primera etapa contemplaba tres pistas de uso simultáneo para transportar a más de 50 millones de personas, mientras que una segunda fase contaría seis pistas para atender a 120 millones de pasajeros anuales

Entre las razones que la Secretaría de Comunicaciones y Transportes a cargo de Javier Jiménez Espriú analizó para cancelar el NAIM estaban distintas modificaciones al alcance del proyecto que se acordaron sin la autorización oficial de la Secretaría de Hacienda, así como cambios en el presupuesto y el inicio de operaciones.

Por ejemplo, en la terminal de pasajeros del Pre-Plan Maestro de 2014 se consideraban 472 mil metros cuadrados (m2) de superficie, en 2015 se contemplaban 743 mil metros cuadrados, pero en 2018 ya eran de 792 mil m2. Además, la torre de control pasó de 10 a 19 mil m2; las puertas de contacto de 76 a 104 y la Terminal de Carga de 42 a 83 hectáreas.

Jiménez Espriú aseguró que 76 por ciento de los 692 contratos suscritos para el NAIM fueron asignados directamente, sin licitación y sin concurso. «Hay ahí la presunción de muchas irregularidades”, planteó en entrevista para Los Periodistas, programa de SinEmbargo Al Aire, en marzo de 2022.

El exfuncionario también recordó que se encontraron sobre costos, por ejemplo, en la creación de pistas: “Las pistas del aeropuerto de Texcoco cuya normatividad exigía cuatro kilómetros de longitud y 45 metros de ancho, las habían hecho de cinco kilómetros de longitud y 60 metros de ancho, eso para cualquiera que sepa sacar el área de un rectángulo se da cuenta que es el doble de metros cuadrados. Entonces una pista que costaba 4 mil millones de pesos regular, pues costaba 8 mil millones de pesos en el contrato”.

hoteleras y comerciales implicaría sellar con cemento «una importante zona de infiltración y recarga de agua de lluvia, tan importante para mitigar la crisis hídrica que condena a la Ciudad de México y la Zona Metropolitana». A ello se suma que no se consideraron los derechos humanos de las comunidades afectadas por el proyecto ni sus preocupaciones.

Además, en el cronograma presentado en 2014 por el Gobierno de Enrique Peña Nieto se estableció que la primera etapa del proyecto se terminaría en octubre de 2018 e iniciaría operación en 2020, con un presupuesto de 169 mil millones de pesos. Pero para 2018, de acuerdo con la Secretaría de Comunicaciones y Transportes de López Obrador, aunque se hablaba del mismo presupuesto en dólares, en pesos se incrementó a 305 mil millones y el 2022 se mencionaba como año de inicio de operaciones.

La dependencia alertó en ese entonces que no había certeza de cuándo podría quedar terminada la obra, tampoco del costo total, por lo que describió al NAIM como «un pozo sin fondo».

Los cambios en  costos y las fechas previstas para que el aeropuerto operara no fueron transparentados, pese a que desde julio de 2016 la empresa norteamericana Parsons, contratada como Gerente de Proyecto, ya había señalado en un oficio dirigido al Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México que el costo de la primera fase del proyecto se elevaría a entre 16 y 17 mil millones de dólares y que la fecha de inicio de operación sería en septiembre de 2024.

«Nunca se hizo del conocimiento público, ni del Consejo de Administración, suponemos que ni de la Secretaría de Hacienda, ni de los inversionistas de bonos y FIBRA-E, y lo que en ningún momento fue informado el Equipo de Transición del nuevo gobierno», expuso en 2019 la Secretaría de Comunicaciones.

La Auditoría Superior de la Federación (ASF) también identificó irregularidades en la construcción. De acuerdo con las cinco auditorías hechas a diversas obras referentes a la Fase 1 del aeropuerto, en 2017 se sabía de un posible desfalco al erario por 328 millones 125 mil 425 pesos.

Como parte de la Fase 1, se llevaron a cabo los trabajos de construcción del proyecto integral de la barda y camino perimetral, alumbrado, servicios inducidos y casetas de acceso para el Nuevo Aeropuerto. Ese proyecto estuvo en manos de la Sedena mediante un convenio de colaboración con el GACM.

Por ejemplo, en la Auditoría sobre la Construcción de la Barda se detectó un daño al erario por 38 millones 098 mil 914 pesos por pagos realizados sin que el GACM se cerciorara de que las cotizaciones presentadas acreditaran que el costo propuesto por la Sedena estuviera dentro de los valores de mercado

Pese a la información pública, el expresidente Peña Nieto asegura que no se ha comprobado un manejo inadecuado de recursos públicos destinados al NAIM: “No ha quedado acreditado, ni probado, ni evidenciado que haya habido un manejo no acorde con las mejores prácticas”, mencionó en la serie documental de cuatro episodios, producida por el Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY).

 

El daño ambiental por la NAIM

De acuerdo con el expresidente Peña Nieto, desde el primer día de su administración –en 2012– ordenó realizar estudios técnicos, análisis de factibilidad financiera y de rentabilidad social para definir el lugar idóneo de la construcción del nuevo aeropuerto. Durante su gestión aseguró que la construcción contemplaría el cuidado del medio ambiente y que el proyecto estaba diseñado para mejorar la salud ecológica de la región.

Pero los primeros años de construcción del NAIM dejaron afectaciones ambientales, como en los cerros de por lo menos 10 localidades del Estado de México cercanas al terreno, en donde se realizaron actividades de minería para extraer las piedras que se utilizarían en el aeropuerto. La extracción de materiales y el relleno de humedales afectaron el sistema hídrico y provocaron la devastación de cerros como el Tetzontle, donde se realizaba minería para las obras.

«Los territorios de donde se extrae el material pétreo para rellenar el lago (excavación y destrucción completa de cerros en busca de tezontle) y los poblados en donde se depositan los lodos tóxicos derivados de los procesos de extracción, junto a sus habitantes, también se ven afectados por el megaproyecto», expuso en 2018 la organización ambientalista Greenpeace.

Ese años 2018, antes de que el equipo del expresidente López Obrador realizara una consulta en la que se definió cancelar el aeropuerto, Greenpeace alertó que su operación aumentaría la emisión de gases de efecto invernadero, agravaría la mala calidad del aire y se esperaba la destrucción del hábitat de miles de aves migratorias y playeras que anidan, buscan alimento o transitan en la zona.

Desde entonces también se alertó que la construcción de pistas, estacionamiento, vialidades de acceso, las zonas hoteleras y comerciales implicaría sellar con cemento «una importante zona de infiltración y recarga de agua de lluvia, tan importante para mitigar la crisis hídrica que condena a la Ciudad de México y la Zona Metropolitana». A ello se suma que no se consideraron los derechos humanos de las comunidades afectadas por el proyecto ni sus preocupaciones.

Fue hasta marzo de 2022 cuando el Lago de Texcoco fue declarado por el Gobierno federal como Área Natural Protegida para proteger a 678 especies que habitan el lugar, de las cuales 107 son endémicas, y cuidar las 250 mil aves migratorias.

Este 1 de junio, la Presidenta Claudia Sheinbaum puntualizó que lo verdaderamente relevante sobre la cancelación del aeropuerto es el impacto ambiental que hubiera tenido la obra: “Se iba a construir un aeropuerto en un lugar con hundimientos, un vaso regulador de agua que recibe escurrimientos en temporada de lluvias”.

Además, aseguró que, de haberse concretado el proyecto, las inundaciones en la zona metropolitana podrían haber sido aún más graves.

«Lo importante sobre el aeropuerto, más allá de si hubo malos manejos o los recursos que se usaron para la construcción, la esencia es que se iba a construir un aeropuerto en un lugar con hundimientos, que es un vaso regulador del agua que sale de la Zona Metropolitana en época de lluvias. Estas inundaciones que hemos visto, si hubiera estado el aeropuerto, hubieran sido peores», añadió Sheinbaum Pardo. También sostuvo que detrás de la iniciativa había intereses inmobiliarios: “Querían convertir el aeropuerto actual en un nuevo Santa Fe, con la venta de 700 hectáreas”.

Carlos H.