Carlos H.
- Revelan video de decapitación de perros por personal de la Unidad de Control y Bienestar Animal (UPA).
Por Luis Ayala Ramos
Ixtapaluca, Méx., 25 de junio de 2025.- Organizaciones defensoras de los derechos animales y ciudadanos indignados se manifestaron este miercoles en la explanada municipal de Ixtapaluca, tras la filtración de un video que muestra a exservidores públicos de la Unidad de Control y Bienestar Animal (UPA) cercenando la cabeza de al menos dos perros inmóviles con una segueta, en instalaciones ubicadas en el casco de San Buenaventura.
La denuncia, que circula desde ayer en redes sociales, expone escenas explícitas de crueldad, que aunque algunos podrían atribuir a procedimientos de necropsia en el marco de la NOM-011 de la Secretaría de Salud para el monitoreo de rabia, se realizaron de manera indebida, sin protocolo, respeto a la dignidad animal ni justificación técnica. Peor aún, organizaciones como Mundo Patitas alertan que estos actos también podrían estar relacionados con prácticas ilegales como la venta de cadáveres a escuelas o laboratorios, o incluso su destino al consumo humano.
Aunque el video no es reciente —se estima que fue grabado hace un año— la indignación recae en la falta de acciones por parte de la Procuraduría de Protección al Ambiente del Estado de México (PROPAEM), institución de la que presuntamente provino el video, captado por cámaras que esa dependencia instaló en centros de control animal. Activistas exigen saber por qué no se denunció formalmente el hecho cuando ocurrió ni se sancionó a los responsables.
Dos de los cuatro individuos identificados en el material ya no laboran en el Ayuntamiento; sin embargo, se sospecha que los otros dos participantes podrían seguir activos y estar protegidos por el sindicato.
Uno de los principales señalados es el médico veterinario zootecnista José Luis Amador Islas, exencargado de la UPA y propietario de una clínica veterinaria en San Buenaventura. Su historial es largo: según consta en carpetas de investigación y reportes documentados por organizaciones, ha sido señalado por múltiples actos de negligencia y maltrato animal desde al menos 2020.
Entre los casos más graves destaca la muerte de la perrita «Mélody», quien sobrevivió a un machetazo pero falleció por una gasa olvidada en su cavidad torácica, tras ser atendida de forma negligente por Amador. También se documentó en 2024 que un perro semiconsciente fue trasladado en un costal y dado por muerto, y en otro episodio, un husky albino con problemas de comportamiento fue entregado en plena calle, sin protocolo de adopción ni seguimiento veterinario, bajo el falso diagnóstico de lupus. El animal, hoy llamado «Dustin», vive sano y feliz gracias a ciudadanos responsables.
Otro caso denunciado ocurrió cuando la UPA presuntamente utilizó a un perro con fractura expuesta como “conejillo de indias” para prácticas quirúrgicas de pasantes, sin anestesia ni cuidados postoperatorios, y posteriormente fue visto de nuevo en la calle, abandonado.
Las organizaciones exigen respuestas inmediatas al gobierno municipal encabezado por Felipe Arvizu de la Luz, así como a la gobernadora Delfina Gómez Álvarez, al CEPANAF y a la Fiscalía del Estado de México. Piden que se judicialice el caso y que José Luis Amador Islas, con cédula profesional 3578704, enfrente sanciones ejemplares junto con los demás involucrados.
También piden investigar la asociación civil “Patitas Unidas Ixtapaluca”, vinculada al mismo veterinario, por presuntamente encubrir y simular acciones de protección animal mientras se cometen irregularidades.
“¿Cómo alguien con tantos señalamientos sigue ejerciendo, y peor aún, tuvo bajo su responsabilidad la vida de cientos de animales inocentes?”, cuestionan los activistas, quienes exigen que este caso no quede impune.
Las denuncias ya han sido remitidas a distintas instancias gubernamentales. La sociedad civil espera que ahora sí, con pruebas evidentes y testimonios sólidos, las autoridades actúen. Porque cuando el maltrato animal proviene de servidores públicos, las penas deben ser más severas.
