- Apenas el pasado 2 de febrero, el Primer Ministro canadiense, Justin Trudeau, defendió la necesidad de «elegir Canadá» en las compras, esto como respuesta a los aranceles del 25 por ciento anunciados por el Presidente estadounidense, Donald Trump.
Ciudad de México, 5 de febrero (SinEmbargo).– “La confianza se ha roto”, dicen los vacacionistas canadienses, de acuerdo con el diario The Star. Y acuden en masa a las agencias a cancelar las vacaciones que tenían programadas en Estados Unidos, en respuesta a las amenazas de Donald Trump.
Son tiempos de guerra en Canadá.
The Globe and Mail narra hoy cómo el patriotismo canadiense no es muy explosivo, pero en momentos en que Donald Trump mantiene la amenaza de destruir al país con aranceles del 25 por ciento, muchos ciudadanos han tomado conciencia. “Los canadienses no son conocidos por sus estallidos públicos de patriotismo. Y menos en Costco. Y cualquier otro día, los pasillos de los congeladores de doble ancho y el olor a agua de hot dogs que llegaba desde el bar de bocadillos se sentirían tan alejados como fuera posible de la Casa Blanca o del Congreso en Washington. Pero esta semana, en todo el gran supermercado de Toronto había evidencia de una disputa que pesaba mucho en las mentes de los canadienses”, dice un texto de hoy.
El lunes, agrega, de pie frente a un congelador lleno de arroz de coliflor, “Michael Orr entrecerró los ojos al ver una bolsa de verduras congeladas de 11.49 dólares. Intentaba descifrar, a partir de la letra pequeña de la bolsa, si se había producido en Estados Unidos. Él y su esposa habían acordado antes de venir a la tienda que adoptarían un enfoque de compra canadiense”.
«Estoy muy enojado por las acciones que está tomando Estados Unidos», dijo el jubilado a The Globe and Mail. El señor Orr, dice el diario, no se considera antiamericano. Trabajó para IBM e incluso vivió un tiempo en Estados Unidos. “En todo caso, soy bastante proamericano, pero la situación actual me parece intolerable”.
The National Post, otro diario, dice que hay varios grupos de Facebook donde los canadienses se están agrupando para promover el consumo de los productos locales. Uno de los grupos, dice, tiene ya 650 mil suscritos.
Y no sólo es él, o ellos. No sólo son los consumidores. El Gobierno también está abriendo trincheras y colocando cañones para resistir. El Primer Ministro Justin Trudeau ha convocado una cumbre de último minuto en Toronto para este mismo viernes. Es para planear qué hacer con la amenaza de los aranceles y el proteccionismo estadounidenses. Buscará formas de diversificar el comercio internacional de Canadá más allá de los Estados Unidos y aprovechar nuevas fuentes de crecimiento económico e inversión.
“Estamos reuniendo a socios de empresas, sociedad civil y sindicatos para encontrar formas de galvanizar nuestra economía, crear más empleos y salarios más altos, facilitar la construcción y el comercio dentro de nuestras fronteras y diversificar los mercados de exportación”, dijo Trudeau. “Queremos que las empresas, los inversores y los trabajadores elijan Canadá”.
Uno de los objetivos de Trump al amenazar con aranceles a los aliados, según han dicho los funcionarios canadienses, es obligar a los inversores a trasladar la fabricación a Estados Unidos, a expensas de los socios comerciales. Los líderes empresariales canadienses han descrito la pausa arancelaria como un respiro, pero no una resolución a la creciente amenaza del proteccionismo estadounidense.
El diario latino El Popular narra cómo Trump “despertó al gigante del norte dormido con el movimiento ‘Compre productos canadienses’”.
“Creo que han despertado a un gigante dormido”, comentó Glenn Naylor, de Courtenay, British Columbia, al diario en español. “Hemos sido demasiado complacientes durante demasiado tiempo con respecto a ser canadienses, y creo que lo que esto ha hecho, sin importar el retraso, es abrirnos los ojos a la necesidad de estar más centrados en Canadá”.
Los canadienses, cuenta el diario en su versión en línea, acudieron en masa a las redes sociales en busca de ayuda para conseguir productos fabricados en Canadá, y otros, como los dueños de negocios, se deshicieron de productos fabricados en Estados Unidos, como el alcohol importado de Estados Unidos. “Y al igual que Naylor, incluso con la pausa en los aranceles, miles dijeron que no tienen planes de volver a comprar productos estadounidenses a menos que sea absolutamente necesario”.
“Creo que la gente está tan enojada que creo que esto despegará”, añadió Ann Williams de Ladysmith, B.C. “Creo que habrá un boicot a los productos estadounidenses. No estoy diciendo que no podamos o no queramos comprar productos estadounidenses, porque a veces esa es la única opción, pero en lo que a mí respecta, evitaré todo lo que pueda”.
Louis Arsenault confesó que mirar las etiquetas para verificar si un artículo es canadiense no era una prioridad para él en el pasado, pero ahora es una “historia diferente”. En el futuro, planea mirar todas las etiquetas y concentrarse en comprar productos canadienses, incluida la visita a las tiendas de Moncton que venden productos locales.
“Soy una canadiense orgullosa y quiero apoyar cualquier cosa que nos ayude a salir de este arancel y vamos a comprar productos canadienses tanto como sea posible”, declaró Arsenault al diario latino El Popular.