Por Joaquín H. Vela González
El resultado de las elecciones estadounidenses ha causado las más diversas reacciones en el mundo, y especialmente en nuestro país. Nuestra presidenta habló con Trump y mandó un mensaje de confianza y de tranquilidad a la población mexicana. Pero en realidad el resultado de la elección preocupa profundamente al gobierno mexicano, a los sectores laboral, campesino y empresarial, y en general a todos los mexicanos.
Mucho nerviosismo provocó en la población mexicana el triunfo electoral de Donald Trump, debido a que el republicano representa racismo, violencia, xenofobia, misoginia y discriminación, que en conjunto se traduce en fascismo y política persecutoria y de odio. Escribió Anne Applebaum, en The Atlantic. “La deshumanización deliberada de grupos enteros de personas…. el cultivo del odio no sólo contra los inmigrantes sino también contra los oponentes políticos: nada de esto se ha utilizado con éxito en la política estadounidense moderna”.
México está en la línea de fuego de Trump en los siguientes temas: Migrantes; narcotráfico, en particular fentanilo; el comercio, la inversión y la cooperación con China; la aplicación de aranceles a las exportaciones mexicanas, y finalmente el discurso de Trump que ha impactado a amplios sectores de la opinión pública de su país, con su narrativa en contra de la percepción de que somos amigos y vecinos, imponiendo la visión de que somos adversarios, e incluso contrarios. Estos son los temas sobre los que debe actuar cuidadosamente e inteligentemente la política del gobierno mexicano con los EUA.
Vienen tiempos complicados.
Porque muchos de los temas obsesivos de Trump son más percepciones personales que producto de la realidad, lo cual dificulta una discusión creativa y positiva. Sin embargo, como muchas de sus propuestas no tienen bases sólidas, es más sencillo confrontarlas y ganar el debate.
En el tema de la migración, México ha ayudado de manera sustancial en la disminución del volumen de la llegada de migrantes a nuestra frontera norte, incluso con críticas internas a la aplicación de esa política. Además de que generó una enorme descomposición de nuestra frontera sur. Actualmente el crimen organizado tiene el control de la región. De manera tal que las y los estadounidenses no podrán asegurar que México no los ha apoyado, aún con altos costos internos.
El tema del fentanilo es el principal reclamo que Estados Unidos le hace a México en los últimos tiempos. Cotidianamente México se ha deslindado del tema, porque es una sustancia de origen Chino que directamente se traslada entre estos dos países. Sin embargo, parece ser que alguno de los cárteles más fuertes si tienen que ver en este tema y tiene que ver con los últimos roces que han tenido ambos países. El tema de declarar terroristas a los cárteles mexicanos es visto más como un pretexto para violar a nuestra soberanía. Si verdaderamente quisiera combatir al tráfico de drogas y a otras 20 actividades delictivas, tendrían que dar la muestra combatiendo a sus organizaciones delictivas internas. Y sin duda que festejaríamos mucho un verdadero intento de combatir estos males y se podría diseñar un acuerdo verdadero. Pero son muchos los intereses y las ganancias que existen en el fondo de este tema.
Uno de los temas torales en la relación de México con EUA es que México se presta para ser puente para el traslado de vehículos chinos al vecino país. Este es un reflejo de la batalla por la mayor productividad, principalmente en la industria automotriz, que los estadounidenses están perdiendo desde hace años con los países asiáticos, primero con Japón y Corea, y actualmente ante China.
La solución a este problema no tiene salida cuando menos en el corto plazo. La solución de fondo a ese tema es realizar un acuerdo con México para la entrada pactada de trabajadores mexicanos, cosa que actualmente los gringos no aceptan.
Aunque el tema migratorio es muy fuerte, aparatoso y genera mucha tinta, con la amenaza de las deportaciones masivas y la construcción del muro. En la realidad simplemente dos datos demuestran la necesidad de trabajadores migrantes por la economía yanqui. En el año 2022 entraron 3 millones, 300 mil migrantes y en 2023, fueron 2 millones 700. Esto demuestra que el tema es superar esta contradicción con grandes acuerdos pactados entre las dos naciones en un futuro espero no muy lejano. Los gringos tienen que entender que para mantener la hegemonía mundial, nos necesitan para aumentar la productividad de la región.
La aplicación de aranceles sería una confrontación muy grave y complicada de resolver entre ambos países. En su período pasado, Trump varias veces amenazó, pero afortunadamente nada relevante quedó para contar. Al contrario de aplicar aranceles, se debería diseñar políticas conjuntar que permitan desarrollar equitativamente a la región.
El nacionalismo de derecha de Trump, en apariencia busca beneficiar a sus trabajadores y a sus empresas, pero en los 4 años que gobernó, las condiciones económicas de su país y de los trabajadores no mostraron mejora alguna.
Definitivamente la narrativa de Trump es parte de la ofensiva fascista de la derecha mundial que avanza principalmente en Europa, y que conduce a la confrontación para consolidar su poder en el mundo. Pero Trump no tiene tampoco muchas condiciones reales de instrumentarla, como se comprobó en su anterior periodo de gobierno. Está bien para una campaña electoral, pero como operación de gobierno, sólo conduce a la nada. Esperamos que ésta lógica se supere y que pueda conformarse un ambiente sano y adecuado para construir y no destruir.
Por su parte, nuestra presidenta tiene el compromiso contraído con 36 millones de mexicanos, de diseñar las líneas de un proyecto.
velaj@economia.unam.mx