- El Dr. Oscar Martínez Martínez, académico de la IBERO, presenta investigación sobre inseguridad alimentaria.
- Las personas llevan a cabo estrategias de afrontamiento como racionar las porciones de alimentos, almacenar comida de baja calidad nutrimental o dar de comer primero a las y los niños y personas enfermas antes que a las adultas.
- La FAO celebra este 16 de octubre el Día Mundial de la Alimentación.
Ciudad de México a 15 de octubre 2024.- En México, personas que tienen empleos estables y que, a su vez, residen en municipios de alta y media marginación, viven preocupadas por la posibilidad de quedarse sin alimentos antes de la llegada del periodo de pago (semanal o quincenal), así lo revela la investigación Inseguridad alimentaria y niveles de marginación: accesibilidad, consumo y preocupación por los alimentos en México, realizada por el Dr. Oscar Martínez Martínez, académico del Departamento de Ciencias Sociales y Políticas de la IBERO.
Uno de los principales hallazgos de esta investigación es que el miedo e incertidumbre de experimentar inseguridad alimentaria lleva a las personas a realizar distintas estrategias de afrontamiento como: racionar las porciones de alimentos, almacenar comida de baja calidad nutrimental, dar de comer primero a las y los niños y enfermos antes que, a las y los adultos, entre otras acciones, para no quedarse sin comer en los días previos al pago quincenal o semanal.
De acuerdo con el Dr. Martínez, en los diferentes niveles de marginación se ve afectada la disponibilidad y el acceso a los alimentos en cuatro estados: Ciudad de México, Estado de México, Oaxaca y Tamaulipas. Esto ofrece un panorama de cómo varían las experiencias en diversos contextos urbanos y semiurbanos.
Encontró que en estas zonas existe una prevalencia significativa de alimentos ultraprocesados. Son más accesibles, pero contribuyen a una nutrición deficiente que se agrava por la falta de acceso económico a opciones más saludables. Esto refuerza el ciclo de pobreza y malnutrición.
De acuerdo con un estudio del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), sólo 57.8% de la población en México puede asegurar suficientes alimentos para el consumo regular. Mientras que 42.2% de los mexicanos, aproximadamente 53.5 millones de personas, enfrentan algún nivel inseguridad alimentaria. De este grupo, alrededor del 8.1%, es decir, 10.2 millones de personas, experimentan niveles severos de inseguridad alimentaria, como saltarse una o más comidas del día (desayuno, comida o cena).
El investigador de la IBERO señala que la situación se deterioró significativamente entre 2016 y 2020, periodo marcado por un aumento en la inseguridad alimentaria previo a la pandemia de COVID-19.
El Coneval atribuye esta tendencia a condiciones macroeconómicas adversas, incluyendo crecientes tasas de desempleo, pobreza, desigualdad e inflación. Estos factores han limitado la capacidad de muchos hogares para acceder a una alimentación adecuada, exacerbando la vulnerabilidad y ampliando la brecha de desigualdad en el país.
Para abordar esta problemática, el académico recomienda una serie de intervenciones políticas y sociales que aseguren un suministro constante y accesible de alimentos nutritivos. Por ello, resalta que es fundamental que las políticas públicas se enfoquen en mejorar la infraestructura de distribución de alimentos y buscar el cambio de patrones alimentarios a la población sobre la nutrición.
Asimismo, destacó la importancia de una colaboración entre el gobierno, las organizaciones no gubernamentales, el sector privado y las instituciones educativas para desarrollar soluciones sostenibles. «Una acción coordinada es esencial para cambiar las estructuras que perpetúan este problema en nuestra sociedad».