
Opinión
- ¿Hasta cuándo los mexicanos seguirán creyendo en el discurso de Morena?
Por Laura Castillo García*
Pese a que la realidad desmiente el discurso que durante seis años repitió el ex presidente López Obrador acerca de que los programas sociales “empoderan a los mexicanos y construyen una sociedad con justicia social y libre de marginación y desigualdad”, los políticos del partido Morena siguen repitiendo ese mismo discurso y, al igual que antaño, con él esperan seguir teniendo el favor de los mexicanos.
¿Hasta cuándo los mexicanos seguirán creyendo en el discurso de Morena? No lo sabemos, tal vez hasta que dejen de recibir el dinero en efectivo que les cae cada dos meses mediante las tarjetas del bienestar o cuando la situación económica los ahorque tanto que ni esos apoyos directos les solucionen los graves problemas que enfrentan, como ya está ocurriendo.
Todos sabemos que quienes reciben esos apoyos desde hace años–que en el Estado de México asciende a 2 millones 924 mil 25 personas y 14.4 millones en todo el país–, no se han vuelto millonarios, pero tampoco han resuelto sus problemas de vivienda, de servicios, de educación, de salud, seguridad o, los que han sido víctimas de fenómenos naturales como ha sucedido con las torrenciales lluvias o los huracanes, esos apoyos tampoco les han sido suficientes para restaurar la normalidad en sus colonias, comunidades o casas, por lo que quienes han sido víctimas viven en condiciones lamentables y abandonados por sus gobiernos, municipales o estatales, como es el caso de los afectados por las inundaciones en el municipio de Chalco, quienes llevan tres meses bajo el agua y ni el gobierno municipal ni el estatal han resuelto ese problema.
Los más desprotegidos, los que reciben los apoyos del Bienestar, pues,no viven mejor con esas ayudas,aunque sí les sirven para solucionar pequeñísimos problemas, pero su situación de carencias y pobreza sigue siendo igual, pues siguen viviendo en los puntos más lejanos y riesgosos de las ciudadades o comunidades a las que pertenecen y siguen ocupando casas o habitaciones hechas con materiales de desecho, los cuales son tan vulnerables ante los fenómenos naturales, como lo fue la casa de los tres cochinitos ante el soplido del lobo feroz.
Tampoco es cierto que el régimen de la 4T esté construyendo una sociedad justa y equitativa pues, en este régimen, la clase media que por tanto tiempo estuvo en proceso de construcción por los gobiernos anteriores a la 4T, ahora tiene una creciente preocupación, que día a día le genera estrés y ansiedad, por las grandes deudas que sus miembros han adquirido por el encarecimiento de la vida, la necesidad que tienen de cubrir gastos básicos, como la alimentación, vivienda y educación, además de que se ven obligados a pagar servicios de salud en instituciones privadas porque el sistema de salud del país, está muy lejos de ser como el de Dinamarca.
Ahora tenemos que, de acuerdo con el reporte Deudas de los mexicanos: motivos, soluciones y retos realizada por la firma Bravo, 7 de cada 10 ciudadanos del Estado de México–la mayoría con licenciatura y de entre 26 y 45 años de edad–, se están ahogando en deudas, las cuales han adquirido a través de: créditos bancarios, tarjetas de crédito, créditos fáciles en plataformas digitales, tiendas de conveniencia y préstamos personales, a fin de cubrir gastos elementales, sobre todo de salud: la presión económicalos ha llevado a padecer enfermedades que antes no conocían, como las nerviosas producidas por el estrés.
Dicen los especialistas del sistema que los mexicanos necesitan tener educación financieray estrategias para salir del hoyo en el que se encuentran y para no volver a caer en endeudamiento excesivo. Tal vez eso pueda salvar a algunas personas, pero no a todos porque, precisamente el régimen financiero de un sistema capitalista como el que vivimos está diseñado para que los deudores cada vez se endeuden más por los altos intereses que las instituciones y los prestamistas cobran, pues éstos –igual que en los casinos– nunca pierden, más bien siempre ganan.
No, la solución no está ahí. La solución real está en el cambio de régimen económico por uno que no trabaje para que la gente cada día se empobrezca más, sino para que cada día viva mejor y ese régimen no es el que encabeza Morena ni su presidenta Claudia Sheinbaum, ni ningún otro gobernante que lo haga sobre las actuales bases económicas de la sociedad y su Constitución política.
Para cambiar el régimen económico y político, no sirven los discursos que dicen que todo va bien mientras el país se está cayendo a pedazos, como la realidad lo está diciendo.
Lo que México necesita es una gran fuerza social que actúe unida y en una sola dirección para construir un gobierno del pueblo y para el pueblo.