San Juditas Viajo Desde el Edoméx Pa’ Visitar al Niño Pa en Xochimilco Para, Doris Camarena y Ricardi Bernal

SAN Juditas 1

Por Saúl Santana Hernández

Sobre 50 trajineras, más de mil, 1000, peregrinos van en procesión tras las reliquias del Santo de las causas perdidas, San Judas Tadeo, sobre los líquidos 2.5 kilómetros del Canal de Cuemanco en mero Xochimilco.

El embarcadero de Cuemanco, el mismo donde cada noviembre se organiza la representación de «La Llorona», recibe al Santo desde Cuautitlán, Estado de México, donde se hospeda tras llegar de El Vaticano, en Roma.

Música metal, cohetes de vara, cantos, porras y rezos, de los feligreses en las orillas lacustres lo flanquean hacia el canal de la draga. Desembarca en el muelle del Club de remo  «Antares».

San Judas levita, usando  hombros de una escolta convencida. Habitantes de la urbe boscosa y líquida de la CDMX, Xochimilco, Tlahuac y Milpa Alta, pelean pacíficamente un sitio para fotografiar el capelo, la vitrina, con los restos bendecidos. Avanza entre el laberinto de calles hasta la Catedral «X», de Xochimilco, donde ya esperan feligreses con imágenes, escapulario y otras ofrendas para bendecir, menos veladoras.

Inicia la misa, avanza en paralelo a mentales agradecimientos y más, más peticiones al Santo Judas, confundido con el traidor. Es domingo ritual.

No hay casualidades. Mientras el Santo de la túnica verde llegaba a México y al verde  Xochimilco, en Francia, un joven de apellido Verde, peleaba, literalmente, por una medalla olimpica, ¿San Juditas le concedió el milagrito en forma de medalla plata? Si así fue pues a rezarle por la de oro…

Culmina la misa. Inicia la fila para contemplarlo unos segundos. Doña Esther, sale del «Callejón del Chincoco», atraviesa el canal, en la canoa propulsada a jalones de mecate «San Juditas vino a visitar al Niño Pa de Xochimilco…»

Carlos H.


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