Carlos H.
- De todas las atribuciones no cumplen ninguna…no facilitan el acceso al crédito, ni dan asistencia, ni capacitan a las pequeñas y medianas empresas mexicanas.
Por Joaquín H. Vela González
El crédito al desarrollo es una pata de la que cojea el país, desafortunadamente no sólo durante la etapa del neoliberalismo, sino también en la 4T. Si no se le busca solución a este problema, el desarrollo del país no se puede desplegar y será más lento y complicado. A la Banca de Desarrollo teóricamente le correspondería jugar el siguiente rol: “Las instituciones de banca de desarrollo son entidades de la Administración Pública Federal, con personalidad jurídica y patrimonio propios, constituidas con el carácter de sociedades nacionales de crédito.
Tienen como objeto fundamental facilitar el acceso al ahorro y financiamiento a personas físicas y morales, así como proporcionarles asistencia técnica y capacitación.” De todas las atribuciones que se les señalan, desafortunadamente no cumplen cabalmente con ninguna, porque no facilitan el acceso al crédito, ni dan asistencia, ni capacitan a las pequeñas y medianas empresas mexicanas.
Algunas de estas instituciones jugaron un papel relevante durante la época dorada del desarrollo del modelo nacional, entre los años cuarenta y setenta del siglo pasado. Durante el milagro mexicano, era indispensable el adecuado funcionamiento de este tipo de instituciones financieras. El proteccionismo que se aplicó durante esa época, permitieron canalizar subsidios a las empresas nacionales, precisamente haciendo flexibles tanto las tasas de interés, como los plazos y requisitos para acceder a los créditos. Esto era visto como normal en tiempos de apoyo al desarrollo a las empresas nacionales. Al igual que en Alemania en el último tercio del siglo diez y nueve. Porque el objetivo era desarrollar al país y alcanzar el nivel de las potencias con las que se competía: Inglaterra y Francia.
En el caso mexicano, el objeto de crecimiento hacia dentro tenía como objetivo impulsar el desarrollo nacional y tener mayor competitividad con nuestro vecino del norte, que era además la mayor potencia mundial. “Nacional Financiera surgió en 1934, el espíritu que animó su creación, fue la necesidad de movilizar los recursos congelados en los bancos, para financiar el crecimiento económico… En 1940, como resultado de la interrupción de los flujos de comercio provocada por la II Guerra Mundial, el Gobierno Federal decidió impulsar el crecimiento industrial, para lo cual apoyó la canalización de recursos crediticios en términos accesibles. Ello fue el punto de arranque en el desarrollo institucional; Nacional Financiera, en forma acelerada, se convirtió en el principal Agente Financiero del Gobierno Federal, al negociar y obtener líneas de crédito del Banco Mundial, del Banco Interamericano de Desarrollo y del Export Import Bank de los Estados Unidos, contribuyendo de este modo al financiamiento de importantes obras de infraestructura y a la expansión industrial. (Diagnóstico de la Banca de Desarrollo en México. Centro de Estudios de las Finanzas Públicas. Cámara de Diputados. México, 2008.
Con la llegada del neoliberalismo, se desmantelaron muchos de estos subsidios y se llegó a calificarlos como excesivos y abusivos, porque muchas empresas que los habían recibido se los quedaban y no los utilizaban para hacerse eficientes y productivas. A partir de estos juicios y debido a que los neoliberales no les interesaba el desarrollo nacional, anularon las funciones de la llamada Banca de desarrollo, con el objeto de convertir al país en un eslabón más de la fábrica mundial.
En un país maquilador-armador de procesos industriales diseñados y desarrollados en los países centrales y en los que nuestro papel era proporcionar fuerza de trabajo con cierto grado de calificación y sobre todo barata. Para eso los neoliberales mexicanos resultaron altamente eficaces y eficientes. México se distinguió durante los últimos 45 años de tener los salarios más bajos de Latinoamérica. Esta situación está cambiando en los últimos 5 años, con la llegada de AMLO a la Presidencia. México era el país que aparte de garantizar salarios bajos, proporcionaba la infraestructura necesaria para la instalación de estas empresas extranjeras armadoras-maquiladoras. Para esas actividades la Banca de Desarrollo, principalmente Banobras, solo era utilizada para el financiamiento de la realización de las obras de infraestructura.
“La banca de desarrollo es considerada como de segundo piso porque canalizan recursos financieros a los sectores estratégicos definidos en sus leyes orgánicas, a través de otras instituciones financieras que actúan como intermediarios. Estos últimos reciben fondeo por parte de la banca de desarrollo y tienen la relación contractual directa con los acreditados” (Notas Relevantes sobre la Banca de Desarrollo. Comisión Bancaria y de Valores).
Es decir los créditos se manejan en esta etapa con criterios de la Banca Comercial. Y en eso radica la principal causa con la que se anula el papel que debería tener la banca de desarrollo, la de facilitar las cosas a los productores mexicanos para desarrollar su proceso de generación de riqueza. Es con Zedillo cuando se reestructuran las funciones de la Banca de Desarrollo. Su principal atributo de hacer accesibles los créditos eses siempre obstaculizado A partir de ahí se fueron adelgazando las instituciones, como Nacional Financiera y Banco Nacional de Comercio Exterior, en este último se cerraron las oficinas en el interior del país y los escasos recursos con los que contaban tenían que dárselos a las grandes empresas que eran las únicas que tenían las garantías que es el criterio bajo el cual funcionan la banca comercial privada. Si no tienes garantías no eres sujeto de crédito. Lo cual dejó a los medianos y pequeños fuera de ser considerados.
Hoy es más fácil encontrar una aguja en un pajar que tener acceso al crédito. Esta función indispensable para el desarrollo quedó anulada durante el neoliberalismo, lo impensable es que durante la 4T, sigue en las mismas condiciones. Sin crédito, no hay futuro para nadie en el corto, mediano y largo plazo.
En la etapa actual en la que se enarbola la transformación sería importante hacer un cambio de fondo en los criterios de funcionamiento de lo que sería la nueva “Banca de Desarrollo”, apoye la transformación anunciada con una nueva visión de apoyo al productor nacional para la pequeña industria y comercial, así como al campo para alcanzar las metas que se han propuesto para alcanzar la Autosuficiencia Alimentaria y el fortalecimiento de nuestro mercado interno.
velagj@economia.unam.mx
