Cuentas y Cuentos… Condiciones Para el Segundo Piso de la Transformación

OPINION vela

Por Joaquín H. Vela González

Erradicar el Neoliberalismo es una tarea de trabajo detallado y persistente. Se trata de bajar y desmontar todo el entramado legal, económico y político sobre el que se construyó y desarrolló este modelo desde 1983 hasta 2018. La crisis de 1976 y la de 1982, son la conclusión de un modelo que le había permitido crecer y acceder a la industrialización al país, que como toda economía capitalista se desarrolla con contradicciones, que al no poder ser resueltas favorablemente y con evidentes excesos de corrupción, aceleraron el fin del modelo y de la etapa en la que se pudo haber consolidado, aunque fuera en parte un modelo capitalista mexicano. La crisis y el saqueo de los recursos de las empresas paraestatales crearon las condiciones para la instalación del modelo neoliberal.

Las reformas constitucionales en las que se levantó toda la superestructura legal, económica y cultural que le permitió someter a las instituciones y a las estructuras económicas del modelo nacionalista desde los años cincuenta. La Constitución de 1917, que originalmente había reformado la de 1857. en un principio constaba de 20 mil palabras cuando fue promulgada, al final de los recientes gobiernos neoliberales se había triplicado su volumen y ya sumaba 60 mil palabras, nos señala el ya extinto investigador y profesor universitario Eliezer Morales Aragón. Son cambios realizados a lo largo de 36 años de prevalencia del modelo, que se centró en combatir la acción del Estado en la economía y predicar un modelo de supuesta libre competencia, que estableció un sistema oligopólico, en el que un reducido número de empresas establecían los precios en el mercado y no el mercado, como ellos pregonaban. Este sistema oligopólico fue el que permitió la concentración de la riqueza en un puñado de oligarcas que se enriquecieron sin medida y empobrecieron a un gran segmento de la clase media, que se había creado en los años de modelo del nacionalismo mexicano, así como también a las clases trabajadoras.

Una alianza estratégica entre estos oligarcas mexicanos, la mayoría de ellos con capitales provenientes del saqueo del erario público, vía compra en oferta de las empresas estatales, los cuales se aliaron con capitales extranjeros, articulados por la clase política que llegó al poder en 1982, la mayoría de ellos jóvenes egresados de universidades norteamericanas, fueron los artífices de este “modelo  neoliberal a la mexicana”, que con la implantación de políticas económicas de contracción del gasto público y presupuestos sin déficit fiscal, terminaron por construir un modelo que se caracterizó por tener un paraíso para la inversión extranjera: uno de los salarios más bajos del mundo; mano de obra abundante para capacitar a su gusto, un sindicalismo controlado al que se le fueron reduciendo los contratos colectivos y autoridades laborales y gubernamentales prácticamente a su servicio. Adicionalmente se firmaron acuerdos de Libre Comercio que garantizaban que los juicios (En caso de existir) fueran en tribunales internacionales, obviamente favorable al gran capital. El resultado de la aplicación fue el empobrecimiento generalizado de la población, aumentó de la migración principalmente a Estados Unidos y también a Canadá, disminución de las clases medias, una secuela interminable de quiebras de miles de pequeñas y medianas  empresas mexicanas, a las que se les retiraron los subsidios, proletarización creciente y en general una precarización en las condiciones de vida.

Actualmente México cuenta con 16 de los 500 hombres más ricos del mundo, cada hombre o mujer que se suma a esta lista significa que se agreguen 4,5 millones de nuevos pobres por la aguda concentración de la riqueza. Los multimillonarios mexicanos, al igual que los rusos y los que se apropiaron las empresas estatales de las economías del este europeo, los ex países socialistas, son vistos con desprecio y rechazados por que la burguesía histórica de abolengo, sabe que amasar una fortuna se tarda entre 4 o 5 generaciones; en cambio estas nuevos multimillonarios amasaron estas fortunas en menos de 30 o 40 años. La mayoría de los ricos mexicanos ni siquiera tienen empresas fabriles en las que se apropien de la plusvalía, son más bien rentistas o prestadores de servicios.

En los primeros cinco años del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador se hicieron algunas cosas y muchas otras quedaron pendientes. Es importante hacer una clasificación de estas y enumerar las pendientes en un contexto aún más difícil, ya que las condiciones políticas no son las mismas. El ejercicio del poder siempre desgasta.

Se ha avanzado en la caída salarial, pero esta es aún insuficiente. Se ha iniciado una recuperación de la inversión pública, pero a costa de casi agotar los mecanismos para aumentar los ingresos, al final se echó mano de la deuda pública, al próximo gobierno le toca hacer la reforma fiscal. Falta consolidar la Reforma Judicial. Será necesario establecer un nuevo contrapeso al poderío económico de los dueños de los medios de comunicación. Se tiene que mantener la reactivación de la economía con formas alternas como la economía social y solidaria, además, capitalizar más las cuentas del sector social de la economía para invertir con comuneros y ejidatarios. Se tiene que avanzar en la organización de los productores mexicanos en sus diferentes sectores y ramas para fortalecer el modelo nacional. Se tiene que diseñar un gran concepto productivo nacional que asegure la autosuficiencia alimentaria y su distribución y comercialización. Se tiene que impulsar la industrialización nacional, con características tecnológicas y digitales y eso se podrá lograr si aprovechamos la coyuntura del nearshoring. Otra tarea impostergable es el tema del calentamiento global y los compromisos contraídos al respecto. En el próximo artículo detallaremos muchos de estas tareas pendientes.

velagj@economia.unam.mx

Carlos H.


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