
- Durante el sexenio del priísta Alfredo Del Mazo Maza, la economía no creció.
Por Joaquín H. Vela González
Las condiciones en las que encontró la economía del Estado de México, la Maestra Delfina Gómez en el inicio de su gobierno son buscando algún calificativo suave, por lo menos caóticas.
Los sectores productivos están destruidos como después de una guerra: la agricultura creció 0.4% entre 2008 y 2020 y la industria creció solo 1.5 % en el mismo periodo. La pandemia vino a poner la estocada y apenas 2022 y 2023 se observa una leve recuperación. La verdad, es que prácticamente durante el sexenio del priísta Alfredo Del Mazo Maza, la economía no creció y se mantuvo estancada en el mejor de los casos.
El diagnóstico más optimista es que se requiere una cirugía mayor. Veamos: la planta industrial del Estado de México es o era la más grande del país, seguida por Nuevo León, pero durante estos últimos años sufrió una desindustrialización terrible al pasar de aportar el 29% al Producto interno Bruto del estado en el año de 2008 a sólo el 23% en 2020. El investigador de la UNAM (FES Acatlán) Jorge Issac Egurrola puntualiza que más que desindustrialización es realmente un “vaciamiento” lo que está sucediendo con la industria del Estado de México. Si ya calificando el proceso como de desindustrialización es dramático, “vaciamiento” es trágico, pero describe lo crítico de la situación que se intenta analizar.
Es urgente un programa específico de reactivación de esta actividad económica. La inversión privada no aumenta por sí sola, requiere de la inversión pública que apoye la creación de infraestructura que facilite, favorezca y motive la inversión del capital privado y eso corresponde al Estado realizarlo. Esta inversión pública también serviría para mejorar la infraestructura existente, la cual es calificada como aceptable para recibir empresas del nearshoring, lo cual nos pondría en el camino de reiniciar la dinámica industrial con buenas expectativas.
La dinámica del sector agropecuario también es dramática porque después de ser calificado este sector agrícola mexiquense como el “granero del país” al valle de Ixtlahuaca, que se sitúa entre Toluca y Atlacomulco, así en todo el estado prácticamente fue borrado en cuanto a su aportación al PIB estatal ya que actualmente solo contribuye con el 1.3% del PIB estatal. De esta manera es alentador que se destine una buena cantidad de recursos para promover la actividad en el campo (3,710 millones) que reactiven este importante sector.
De igual manera son importantes los recursos destinados a la movilidad en el estado (5,892 millones) en un tema de extrema urgencia en el Estado de México, que es el transporte urbano de pasajeros, donde no existen los subsidios ni la modernidad que si están presentes en la CDMX, y vienen a deprimir aún más los bajos salarios de los mexiquenses, así como las largas horas destinadas a la transportación a sus centros de trabajo y el desgaste que en su fuerza de trabajo esto significa.
También es favorable el aumento presupuestario federal a los diversos programas sociales, porque estos fortalecen el mercado interno e incrementan la capacidad de compra de los mexiquenses. Pero esto es insuficiente para reactivar la actividad industrial, que debe ser el motor de este proceso, para ello se requiere que aumente la inversión pública estatal y debería haber sido una prioridad en este presupuesto.
El aumento del Presupuesto estatal de 1.1% queda corto para las necesidades que existen en el conjunto del estado. Si para ello hubiese que haber incrementado la deuda pública, debería haberse analizado esta posibilidad, era necesario haber proyectado un escenario de deuda para fortalecer la recuperación económica, como lo hizo el Gobierno Federal con la deuda billonaria que contrajo este año.
Tener unas “obras públicas insignia” como el Gobierno Federal que permitieran hacer funcionar el efecto multiplicador del gasto público estatal y levantar la dinámica del crecimiento en todo el estado: Obras como una autopista moderna de primer mundo al sur del estado o; Iniciar las obras de un primer Metro que fuera ahora si propiedad del estado, que generará mayor dinamismo económico y creación de empleo; Diseñar conjuntos de Parques Industriales Tecnológicos para atraer empresas de alta tecnología digital, con las que se pudieran establecer convenios para iniciar nuestro desarrollo tecnológico digital.
Es necesario imprimirle una acción con mayor participación estatal dirigida a retomar y recuperar la dinámica industrial característica de nuestro estado y creadora de un verdadero valor agregado de nuestra mano de obra y no sólo ver el comercio y el sector servicios de productos importados, que solo benefician a los obreros de otros países.
Es importante presentar al Ejecutivo Nacional, macroproyectos de obras de gran impacto que impulsen verdaderamente la recomposición del conjunto del aparato productivo del Estado de México.
Asimismo, insistir ante la Secretaría de Economía Nacional, que el Estado de México sea considerado prioritario en las inversiones proyectadas en razón del Nearshoring. Desafortunadamente estas prioridades tendrán que esperar, como tendrán que esperar también expectativas de mejores condiciones materiales de vida de la población obrera industrial mexiquense.
Propuesta:
Seguiremos proponiendo lo que consideramos urgente y necesario. Vamos a seguir insistiendo en la realización de un gran “Pacto Social” entre empresarios, trabajadores y el nuevo gobierno estatal, para iniciar un nuevo ciclo de expansión en el estado, la etapa anterior se agotó hace muchos años, que por cierto también se inició con un Pacto Social. Existen las condiciones para hacerlo, la alta votación de la Maestra Delfina Gómez Álvarez le da margen para plantearlo.Esperemos que algo se haga y se sienten las bases de un cambio verdadero.
velaj@economia.unam.mx