Carlos H.
Por Joaquín Vela González
La oportunidad que se nos presenta con el nearshoring debe ser aprovechada al máximo. El interés de estos cuantiosos capitales externos de invertir en México, sea por nuestra condición geográfica, estratégica, o por cualquier otra; crea condiciones adecuadas para poner en primer término el interés nacional.
Corea del Sur, China y otros países del Sudeste asiático en circunstancias similares a las que México tiene hoy, aprovecharon para poner cláusulas y condiciones que beneficiarían al desarrollo futuro de sus países. México sirvió de ejemplo a estos países por su experiencia con la Ley de Industrias Nuevas y Necesarias, que condicionaba las facilidades para el ingreso, con la obligación posterior de incluir partes nacionales en su producto final. Pero los coreanos y chinos fueron más a fondo y pusieron condiciones que incluían el acceso a la tecnología utilizada y la temporalidad de las inversiones en sus países que al retirarse, dejaran la planta instalada y el acceso a la tecnología utilizada. Los resultados son evidentes. La economía de estos países ha crecido de manera acelerada. Compiten actualmente en condiciones de igualdad con las economías más avanzadas. 
Aunque las circunstancias pueden ser diferentes, nada impide a México trabajar la formulación de una política industrial activa en la que se formulen escenarios de desarrollo nacional, que se puedan articular con los del crecimiento previsto por las empresas del nearshoring. Condicionar a las nuevas inversiones externas en temas como transferencias de tecnología y desarrollo conjunto de patentes, que permitieran un desarrollo interno mucho más adecuado que con las actuales maquiladoras que sólo se instalan en México, para aprovechar la mano de obra barata, sin acceso al desarrollo tecnológico, sin involucrar a los pequeños productores nacionales en programas de proveedores y sin preocuparse de alguna forma en el entorno de la economía del país donde se están beneficiando.
El proyecto del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, que va de Salina Cruz a Coatzacoalcos puede ser un buen modelo para iniciar la aplicación práctica de una nueva política industrial activa para el futuro de México y para avanzar en la lucha contra el neoliberalismo. Es una obra totalmente diseñada por el Estado, con recursos del sector público, que está generando empleos e ingresos desde su construcción para toda la población de esa región; otorgó contratos para un gran número de empresas; se está construyendo el complejo de logística integral más moderno del país, que permitirá comunicarnos de mejor manera y rápida con Europa, Norteamérica y el Sudeste Asiático. Además se están proyectando 10 parques industriales de aproximadamente 300 hectáreas cada uno, que sin duda detonarán el crecimiento económico de toda la región. El impacto del proyecto, ha despertado interés en gran cantidad de empresas, tanto de las que están llegando por el nearshoring, como de inversiones nacionales y extranjeras. La demanda por instalarse ahí está superando la oferta. Este será sin duda el proyecto más exitoso del sexenio. Es el mejor ejemplo de cómo combinar la construcción de la infraestructura necesaria para el desarrollo, con la formulación de proyectos productivos viables y atractivos además de orientar hacia qué sectores y ramas se pretende hacer avanzar el desarrollo del país. Que no solo se limiten a crear empleos, sino que con visión de largo plazo proyecten el futuro de las nuevas generaciones de mexicanos.
Es también el modelo ideal para poner reglas y condiciones, para que los inversionistas nacionales y extranjeros sepan qué compromisos y responsabilidades adquieren con el país que les está brindando para crecer sus activos. México no puede desaprovechar esta magnífica oportunidad. Les estás ofreciendo instalaciones, agua, energia, fibra óptica y todo tipo de comunicaciones. ¿Ellos en que se van a comprometer con el país, acaso en lo referente a la transferencia de ciencia, patentes y tecnología? El Estado Mexicano tiene la obligación de actuar en favor del futuro del desarrollo nacional y establecer las normas y regulaciones para estos nuevos inversionistas. Tal vez nunca volveremos a tener otro nearshoring y una nueva oportunidad como la actual.
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