**El Gobierno de EU detalla la operación cada vez más compleja y encabezada por los hijos del capo para producir, traficar, vender y lavar dinero del fentanilo: desde la mujer clave que adquiría los precursores en empresas chinas hasta los hombres encargados de sembrar terror en bandas y rivales y aquellos que a través de las criptomonedas consiguen enviar millones de dólares al año de regreso a México.
Ciudad de México, 23 de abril (SinEmbargo).– Se trata de una trasnacional cada vez más sofisticada. Cientos de millones de dólares se mueven en mercancía –y en efectivo– a lo largo y ancho de dos continentes y el Pacífico. Para instaurar su poder, ha utilizado la violencia sin restricciones y como resultado ha lavado cantidades incalculables. Se trata del Cártel de Sinaloa a cargo de “Los Chapitos”, los hijos del capo encerrado en Estados Unidos, a los que ese país acusa de encabezar el tráfico de fentanilo.
Así lo detalla, a lo largo de 65 folios, la acusación de la Corte del Sur de Nueva York hecha pública la última semana contra los hijos de Joaquín Guzmán Loera. Ahí se precisan las operaciones para mover los precursores chinos de la droga desde Asia y hasta México, del tráfico hacia la frontera norte y el retorno del dinero ya lavado.
Nombres, modus operandi y crímenes supuestamente cometidos por casi una treintena de personas, incluidos Iván Archivaldo Guzmán Salazar, Jesús Alfredo Guzmán Salazar y Ovidio Guzmán López, “El Ratón”, así como Joaquín Guzmán López, además de trabajadores del cártel, encargados de negociar la “importación y exportación” de la droga, sicarios y también el tráfico de armas desde EU clave para fortalecer el poderío de la organización frente a sus competidores, desde al menos 2014, cuando el imperio del fentanilo es consolidado por el Cártel de Sinaloa, hasta incluso apenas febrero de este año, cuando se lavó dinero con el uso de criptomonedas.
A continuación, los detalles del documento:
LAS ACUSACIONES Y LOS PROTAGONISTAS
Las autoridades del Distrito Sur de NY señalan a 23 personas relacionadas con el tráfico, producción, traslado y lavado por la venta de fentanilo en Estados Unidos. En este caso, Ovidio Guzmán, aún detenido en México tras ser recapturado en enero, no es uno de los señalados, pero sí está acusado en el Distrito Norte de Illinois.
Ovidio Guzmán, “El Ratón”: Acusado en Illinois de cargos parecidos, el nombre del más joven de los “Chapitos” con 33 años, es señalado en el documento acusatorio contra sus hermanos como quien “tiene la principal responsabilidad” en el tráfico de fentanilo. “Guzmán López controló el primer laboratorio de fentanilo usado por los ‘Chapitos’ en o alrededor de 2014 y desde entonces supervisó la explosión del tráfico y de las ganancias de esta actividad”, explica.
Bajo el liderazgo de Ovidio, los traficantes del cártel mueven el fentanilo a través de la frontera México-EU con destino a locaciones controladas por “Los Chapitos” en zonas metropolitanas a lo largo del sur del país vecino del norte. Desde ahí, se distribuye al resto de la nación americana.
Iván Archivaldo Guzmán Salazar: Uno de los principales acusados, tiene 39 años y “lidera” el aparato de seguridad de los hijos del capo. “En ese rol, ha ordenado a sicarios que perpetran violencia a proteger y profundizar la actividad de “Los Chapitos” de sus vastas propiedades y activos criminales”, reza la acusación. El señalado por supuestamente ordenar de forma personal el uso de violencia, incluidos asesinados y secuestros de policías, autoridades y rivales del cártel.
Jesús Alfredo Guzmán Salazar: El “Chapito” de 37 años es, según el Gobierno de los Estados Unidos, “un traficante mayor de fentanilo”, así como un traficante de precursores, ya que lo acusan de organizar el envío de estos químicos desde China hasta México a través de un “aeropuerto comercial de la Ciudad de México”, posiblemente el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, ya mencionado en el juicio contra Genaro García Luna, así como su posible participación en la tortura de traficantes rivales “con el propósito de obtener información sobre la filtración de otras organizaciones dentro de “Los Chapitos”. También ordenó presuntamente el asesinato de un individuo que le robó droga.
Óscar Noé Medina González: “El Panu”, es descrito como la mano derecha de Iván Archivaldo, y el comandante del día a día de la seguridad de “Los Chapitos”. “Supervisa a los comandantes regionales de ‘Los Chapitos’, quienes son responsables de la seguridad en sus áreas designadas de México, así como a los sicarios que son enviados a donde se les necesita para proteger las operaciones del tráfico de fentanilo, asesinar rivales de otros cárteles, demoler negocios que no colaboren, capturar territorio disputado, intimidar a civiles y atacar a las fuerzas de la ley”, detalla.
Néstor Isidro Pérez Salas: “El Nini”, trabaja directamente con Median González, al igual que el siguiente acusado, Jorge Humberto Figueroa Benítez: “El 27”. “[Ambos] supervisan al personal de seguridad dedicado a Sinaloa y se coordinan para la manufactura y tráfico de fentanilo” y son vistos como comandantes de “Los Ninis”, un grupo “particularmente violento dentro del grupo de seguridad” de los hijos de Guzmán Loera.
Liborio Núñez Aguirre: “El Karateca”: junto a Noel Pérez López, “El tío”, así como Samuel León Alvarado y Luis Javier Benítez Espinoza, “El catorce”, y Alan Gabriel Núñez Herrera, son acusados de ser traficantes de fentanilo tanto en píldoras como en polvo.
“El Karateca” supuestamente negoció una venta en EU de unas 70 mil pastillas de fentanilo. En esas reuniones, Núñez Aguirre aseguró según las autoridades que la droga pertenecía a “Los Chapitos” y que podía vender hasta 50 mil unidades en una sola entrega.
Juan Pablo Lozano: “El Camarón”, es un proveedor de armas y traficante de fentanilo dentro del cártel, responsable de distribuir la droga en el sur de EU y de traer a México “grandes cantidades de pistolas, rifles automáticos y dispositivos explosivos usados por ‘Los Chapitos’ y sus aliados para perpetrar violencia en México”, indica la acusación.
Carlos Limón, Jesús Tirado Andrade, Carlos Omar Félix Gutiérrez y Silvano Francisco Mariano, “El Rayo”: estas personas fueron acusadas por EU de “operar clandestinamente los laboratorios de fentanilo del cártel dentro y alrededor de Sinaloa, donde los precursores venidos de china son procesados y donde la droga se manufactura para su importación.
En noviembre de 2022, dice el documento, “Limón”, probó la pureza del fentanilo que él y otros “cocineros” habían manufacturado recientemente para el cártel inyectándole a un “individuo adicto a la droga” una prueba de ese lote. “El individuo murió tras recibir la dosis, pero el cártel siguió adelante con su distribución”.
Julio Marín González, Alberto Jiménez Castro, “El Kastor”, y Sergio Duarte Frías: Las autoridades estadounidenses los señalan por el presunto lavado de dinero para el Cártel de Sinaloa, además de supuestamente participar en el tráfico del fentanilo y la responsabilidad de mover las ganancias desde EU a México a través de varios métodos, incluidos “dólares en efectivo a granel, transferencias electrónicas, comercio de bienes y criptomonedas”.
Ana Gabriela Rubio Zea: “La Gaby”, empresaria, estaba en Guatemala y negociaba la venta de precursores químicos en nombre de “Los Chapitos” con las empresas chinas. Fue detenida esta semana en aquel país centroamericano. Tiene 32 años.
Kun Jiang, Yonghao Wu, “Tim” Yaqin Wu, “Lily” y Huatao Yao, “Yao”: Estos ciudadanos chinos son acusados de ser los proveedores de los precursores químicos, quienes presuntamente trabajaban para empresas chinas y enviaban, con conocimiento de su destino, estos materiales a México en barcos.
EL IMPERIO DEL FENTANILO
El Gobierno estadounidense afirma en su acusación que la mayoría del fentanilo que inunda sus calles y deja unas 196 personas muertas al día por su consumo, proviene principalmente de traficantes mexicanos ya por encima de los chinos, la cual sólo ha aumentado desde que en 2014 comenzara a producirse de forma más continua.
Este dato se debe en gran parte a qué tan “agresiva y exitosa ha sido la operación de ‘Los Chapitos’”. Los aseguramientos han crecido “dramáticamente” en los últimos cinco años, según la acusación. Más de 16 mil 200 libras fueron aseguradas en la frontera mexico-americana en este tiempo. Desde julio de 2022, las incautaciones promediaron un total de dos mil 200 libras cada mes.
La producción inicia en China, que ha emergido como el vasto proveedor de estos precursores químicos. La acusación menciona a la empresa Suzhou Xiaoli PharmatechCo., Ltd., a quien Rubio Zea, “Gaby”, compró supuestamente 25 kilogramos en una ocasión a Kun Jiang; los materiales llegaron a un puerto de Guadalajara en septiembre de 2021 y se conoció de este envió al ser asegurado por las autoridades.
También aparece la compañía de Wuhan llamada Shuokang Biological Technology Ltd, o simplemente “SK Biotech”. Envió supuestamente fentanilo de forma clandestina a través de Yaqin Wu, los culaes fueron enviadas a Mazatlán desde el país asiático y fueron presuntamente pagadas vía criptomonedas o transferencias bancarias.
“Yao” también le dio asistencia al cártel, indica el documento, con el desarrollo de un “eficiente método de preparación” del fentanilo, para pasar de los precursores a la droga que se comercializa al otro lado de la frontera. Por ejemplo, alrededor de diciembre de 2022, Yaqin Wu les describió el “mejor método para optimizar el costo y la producción de esta droga.
Tan reciente como el 26 e febrero de 2023, “Yao” y Yaqin Wu comenzaron a negociar la venta de preocursores en Manhattan y recibieron cinco mil dólares en criptomonedas como adelanto por cinco kilos. Después de su entrega en NYC, fue enviada a México para su manufactura. El 14 de marzo, los materiales fueron asegurados por la DEA, Agencia antidrogas estadounidense.
De acuerdo con la acusación revelada en la Corte Sur neoyorokina, “Gaby” le envió un mensaje encriptado a “Tim”, otro de los negociadores de precursores chinos, asegurándole que el cártel era “el más grande [productor]” de la droga y por eso podían adquirir “muchos precursores” disfrazados de comida en contenedores que iban de puerto en puerto para evitar ser detectados. “Gaby” también le dijo en otro momento que confiaba en la corrupción en la frontera para poder introducir los materiales al país.
“Al igual que algunas otras empresas en China involucradas en el suministro ilícito de precursores de fentanilo o traficantes de drogas, SK Biotech proyecta un supuesto aire de legitimidad y toma medidas para evitar la detección y el enjuiciamiento por parte de las fuerzas del orden. En su sitio web, por ejemplo, la empresa se anuncia como fabricante de materias primas legales. Esos químicos, sin embargo, son principalmente los que se usan a menudo como agentes de corte para narcóticos ilegales, incluido el fentanilo”, acusa EU.
El control de “Los Chapitos” de la producción del fentanilo es tal que, según la acusación, los hijos del capo permiten que otros trafiquen la droga mientras sea manufacturada en los laboratorios del cártel y paguen cuotas por operar en su territorio.
También ejemplifica el imperio del fentanilo con una reunión donde “El Panu” y “El Nini” se reunieron en México con “Los Chapitos” para discutir el sobre los proveedores de precursores químicos. Jesús Alfredo recomendó usar aerolíneas particulares para el transporte, “presumiendo las conexiones en las aduanas mexicanas que les permitirían la entrada de estos materiales a su llegada”.
Luego, el traslado a EU es posible gracias a una combinación de corrupción y de estrategias como esconder compartimentos secretos en automóviles, disfrazados como otros bienes en tráileres y escondidos en el equipaje de aviones comerciales, así como a través de contenedores en barcos con papeles falsificados e incluso usando “mulas”, es decir, a otras personas a quienes les introducen la droga en el cuerpo para “pasarla al otro lado”.
Pablo Lozano, “El Camarón”, es mencionado en este apartado por reclutar a mujeres estadounidenses a las que se les inserta hasta dos mil pastillas de fentanilo en el cuerpo. Realizan tres viajes, ida y vuelta, a través de la frontera, y el acusado tiene una casa de seguridad en las afueras de El Paso, en Texas, donde recibe la droga que ya ha cruzado desde México.
“Los Chapitos”, en el estilo de Guzmán Loera, también usan túneles. La acusación menciona uno de una milla de largo bajo la frontera entre ambos países que cruza hasta Arizona. “Este túnel cruza hasta una oficina pequeña en Estados Unidos, donde los traficantes van y vienen con libertad, usándola precisamente como una oficina común, sin levantar sospechas”, dice el documento.
El miércoles, el Embajador de China en México, Zhang Run, le dijo a la Comisión de Relaciones Exteriores para Asia-Pacífico que que no hay ningún reporte de tráfico ilegal de sustancias para fabricar fentanilo entre su país y el nuestro.
Antes y después, en repetidas ocasiones, el Presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador ha dicho que en México no se produce fentanilo. Esta semana, fue más allá y calificó como una “intromisión abusiva” y “prepotente” la infiltración de la Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) en la organización criminal de los hijos de Guzmán Loera.
LAS CIFRAS DEL FENTANILO
El tráfico de esta droga es “extremadamente rentable”, dice el Gobierno de EU. El cártel puede comprar aproximadamente un kilo de precursores de fentanilo en unos 800 dólares y a cambio, puede manufacturas cerca de 415 mil pastillas, o cuatro kilos de fentanilo en polvo, el cual puede venderse en hasta 50 centavos de dólar la unidad.
Pero en sitios como Nueva York, las pastillas pueden costar hasta tres dólares, elevando las ganancias “entre 200 y 800 veces” lo gastado en precursores. A ello se le suma que la operación de “Los Chapitos” supuestamente vende “millones” de unidades cada mes.
El dinero acumulado en EU regresa desde las formas más tradicionales, como el envío “a granel” de dinero en efectivo en compartimentos secretos de carros, hasta el uso de las criptomonedas. “‘Los Chapitos’ y sus aliados acumulan vastas cantidades de dinero en activos diversificados, que incluyen cuentas off shore en el extranjero, bienes raíces, bienes muebles y otros.
“La cantidad lavada es impresionante”, señala el documento. “En el curso de unos dos años, un solo traficante del cártel puede lavar más de 24 millones de dólares”, como lo hizo un individuo no mencionado que trabajaba para Ovidio Guzmán. ¿Cómo? Envió nueve millones en efectivo y, durante seis meses entre 2021 y 2022, envió a un bar de Phoenix cientos de miles de dólares cada semana, intentando disfrazarlo como ganancias comunes del negocio.
Los cargos que las autoridades buscan imputarle a este conjunto de personas, incluidos los hijos de Guzmán Loera, son cinco: mantener una empresa criminal de forma continua; conspiración para importar fentanilo; conspiración para traficar fentanilo; posesión de armas de fuego, ametralladoras y dispositivos destructores; conspiración para poseer ese tipo de armas y dispositivos; y conspiración para lavar dinero.
En la acusación, las autoridades piden que, en caso de no capturar a los responsables, o que estos no se encuentren disponibles en dicha jurisdicción, solicitarán el decomiso de cualquier otra propiedad de los demandados hasta el valor de la propiedad confiscable mencionada en el documento
LOS OTROS CASOS
En el Distrito Norte de Illinois, los cargos de narcóticos, lavado de dinero y por uso y portación de armas de fuego también fueron revelados por las autoridades, en este caso contra: Iván Guzmán Salazar, Alfredo Guzmán Salazar, Joaquín Guzmán Lopez y Ovidio Guzmán López.
La acusación contra “El Ratón” va separada del resto, aunque por las mismas ofensas, cometidas supuestamente entre mayo de 2008 y octubre de 2021, mucho antes de que comenzara el boom de fentanilo y hasta su primera captura, conocida como “Culiacanazo”, donde el Presidente López Obrador, ante la violencia desatada por el Cártel de Sinaloa contra la población civil, decidió liberarlo para evitar una sangrienta tragedia en Culiacán.
La investigación es encabezada por las Oficinas del FBI en Washington y San Diego; la Oficina de Nogales del Departamento de Seguridad Nacional; las divisiones de la DEA Chicago y San Diego; el Servicio Interno de Impuestos (IRS; por sus siglas en inglés; y la Oficina en Chicago de Investigaciones Criminales.
En el caso de las acusaciones en el Distrito de Columbia, en la capital del país, los cargos sobre narcóticos, uso de armas de fuego y otros fueron revelados contra Néstor Isidro Pérez Salas, “El Nini”, de 31 años, el supuesto líder de los sicarios de “Los Chapitos”. La investigación la lleva a cabo la Oficina del FBi en Washington.