ASCENSIÓN A LA MONTAÑA

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«NENKI CAMINANTE»

Por Rosa María García Reyes 

“Todo cambia, cuando el hombre en un acto de voluntad decide subir a la montaña”
Esta decisión implica un viaje en tres tiempos: salida, llegada regreso si lo hubiera.
En la obra de Thomas Mann “La montaña mágica”, el personaje principal Hans Castorp decide ir a visitar por tres semanas, a su primo Joachim, quien se encuentra confinado desde hace seis meses en el Sanatorio Berghof .
Así comienza la magia de la transformación de Hans. La salida de su lugar de origen Hamburgo incluye un viaje largo, donde el paisaje rompe la monotonía de su lugar de origen, la tierra, plantas, aire, agua, nieve todo modela un campo de percepción que cae en un terreno joven de aprendiz y buena disposición del joven Hans Castorp.
Universo sin límites, es la ruta de su salida, hasta su llegada a ese mundo de enfermedad, salidas y llegadas de pacientes internos que por diversas razones dejan o llegan a ese lugar.
Para Hans la montaña es un reto de aprendizaje, sus largas caminatas, conversaciones enamoramiento hacia una pensionista Claudia Chauchat,. “..se trata nada menos que de mi amor por ti, ese amor que se apoderó de mí en el instante en que mis ojos te vieron, más bien, que reconocí cuando te reconocí a ti, y es él evidentemente el que me ha conducido a este lugar.”..
Todo se va descubriendo ante su conciencia y “aprendiendo a ver el universo en una gota de agua” (Unamuno: Niebla) …”Fue cogiendo aquellas flores graciosas, llevo a su habitación ramos enteros, con una intención de gran seriedad, no únicamente para decorar su cuarto, sino también para dedicarse a un severo estudio científico que tenía en proyecto…,”
“…Por la noche contemplaba los astros…”, la intensidad de los sentidos son un vértigo de conocimientos frente a la enfermedad y monotonía ritual así como de costumbres del sanatorio, donde los pensionistas esperan la muerte que está arrojada como la vida misma.
Hans es llevado a ser hombre existente “…Pero una cosa le proporcionaba gran satisfacción cuando se hallaba echado y escuchaba atentamente su corazón, su corazón corporal, que latía rápida y distintamente en el silencio, en el silencio reglamentario que durante la principal cura de reposo reinaba en todo el Berghof”
Y se encuentra solo con sus propias decisiones personales y creadoras: …” ese mundo en su silencio insondable, no tenía nada de hospitalario, admitía al visitante a su propio riesgo y peligro, no le acogía, toleraba su intrusión, su presencia, de una manera tranquilizadora, sin responder de nada, y era la impresión de una amenaza muda y elemental, no de una hostilidad, sino de una indiferencia mortífera, lo que de aquellos parajes se desprendía….”
La magia de la montaña revela el secreto de su existencia como un sentimiento de la vida misma.

Nenki.@Gmail.com

 

Carlos H.


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