Frida C.
Secreto a Voces
Por Rafael Alfaro Izarraraz
La designación de Alejandra del Moral como aspirante del tricolor a la gubernatura mexiquense demuestra que el PRI está bailando al son que le marca la maestra Delfina y Morena. Está a la defensiva y aunque eso no significa necesariamente que vayan a perder la elección, aunque es lo más seguro, hará hasta lo imposible para evitar perder los beneficios que implicará perder la administración de la entidad más importante de la república, en esta ocasión sin el aparato gubernamental federal que hizo gobernador al que es probable que será el último gobernador priísta del estado de México.
Que un grupo político al que en 93 años de gobernar la entidad jamás haya designado a una mujer como aspirante a la gubernatura, no es una casualidad. Alejandra del Moral logró romper el “Club de Toby” en que se había convertido en “Grupo Atlacomulco” de donde surgieron casi todos los gobernadores. Pero eso no será suficiente porque no se trata de una medida que tenga como origen un cambio en la manera de pensar del PRI con respecto a las políticas de género, ahí está la reciente denuncia contra Alejandro Moreno, líder nacional del PRI, y las “packs” de las diputadas que denunció Layda Sansores.
No era la mejor carta Alejandra del Moral, sino la diputada Ana Lilia Herrera Anzaldo a quien las encuestas de mitad de año del Financiero (edición digital del 6 de agosto) la colocaban en una mejor posición que Del Moral. Como Ana Lilia lo refiere, se trata de una figura política que nunca ha perdido una elección. Y la verdad es que más allá de la pertenencia al tricolor de Ana Lilia me consta que tiene carisma y los votantes la ven con buenos ojos. Pero como no pertenece a la corriente política de Del Mazo (es montielista) pues fue desplazada por Del Moral, que ha ganado y perdido elecciones. Delfina ya le ganó una elección a Del Moral, cuando ambas compitieron por la senaduría.
Delfina es del Valle de México/Texcoco. En la historia del PRI, en muy contadas ocasiones su candidato a la gubernatura mexiquense ha tenido como origen el Valle de México, como ahora ocurre con Alejandra del Moral. La norma es que sean del Valle de Toluca, salvo algunas excepciones, que simbólicamente (en la geopolítica local) es un indicador de en dónde reside el poder local. El candidato del PRI que vino del Valle de México fue Eruviel Ávila Villegas (2011-2017). Eruviel, ex alcalde de Ecatepec de Morelos, fue colocado a calzador debido al reclamo de corrientes priístas del Valle de México acerca del control que desde el Valle de Toluca se ejerce hacia al Valle de México.
Que Del Moral sea de Cuautitlán Izcalli y ahora candidata a la gubernatura es estrategia pero como acto reflejo. Esa estrategia no tiene solidez. A Del Moral no la nombran porque cuente con arrastre social en aquella parte de la entidad, que ni la conocen, salvo en su natal Izcalli y el respaldo de las políticas a través de la “tarjetas rosa”. Delfina ya ganó la zona metropolitana hace cinco años y su candidatura responde a la creciente molestia que existe entre la población del Valle de México y particularmente a la Zona Oriente que por décadas, sus habitantes, han sido olvidados por las decisiones que se toman desde el Valle de Toluca.
Muy complicado que el nombramiento de Del Moral haga olvidar la exclusión en que han vivido las familias del Valle de México y la región de Texcoco. Pequeñas y no tan pequeñas montañas llenas de habitantes que ocupan casas cuyo color grises destacan a lo lejos y en donde prevalecen los malos servicios, educación, desempleo, bajos salarios, ausencia de clínicas de salud e inseguridad. Avenidas con tráfico incesante y un transporte público en el que se viaja en condiciones inhumanas largas distancias a precios que en algunos casos son los más elevados de la república, todo ello como herencia de un gobierno que ha sido en el tiempo omiso en cuanto a su responsabilidad social de carácter urbano sin planeación.
Del Moral pertenece a un municipio que fue fundado como modelo de ciudad en 1973, tomando el territorio de otros municipios de la región como Cuautitlán México y Tepotzotlán. Era gobernador de la entidad el profesor Carlos Hank González (1969-1975). Este municipio fue creado como un espacio para alojar a la clase obrera que se ocupaba y ocuparía en las industrias que se encuentran en el corredor industrial que existe en la región. De un momento a otro, si más no recuerdo, era la época de la constructora “ICA” fundó fraccionamientos por todo el territorio. Por algo decía el profesor Hank que un político pobre era un pobre político.
Es hija de una familia (los Del Moral) que tiene su influencia en la vida política local e influyente entre los grupos de las corrientes priístas, lo que le valió ser candidata del PRI, en 2009, a la alcaldía del municipio de Cuautitlán y gobernarlo. Su padre, un médico de la localidad, participaba activamente en eventos del tricolor hasta antes de que el PAN ganara por primera ocasión el gobierno municipal en 1997. Dos años más tarde se afilia al PRI. El apoyo que prestó a la campaña de Peña Nieto y de Eurviel (quien sucedió a Peña Nieto en la gubernatura) le valió escalar a puestos dentro de la administración estatal.
Del Mazo no ha permitido la interferencia de la dirigencia nacional en la elección local y de los pactos federales de partidos, ante el temor que el desprestigio de “Alito” Moreno, líder nacional del PRI, le pegue a la campaña de la ahora candidata del tricolor. Hasta donde se sabe Alejandro Moreno no participa en las pláticas que llevaron al gobernador a inclinarse por su candidata. Con Del Moral, Del Mazo asume la responsabilidad de mantener la entidad como priísta a pesar de la adversidad que establecen los primeros sondeos en la entidad. La posibilidad de que el PRI vaya solo con su candidata es realmente un suicidio político, aunque ya sabemos que si alguien sabe de mañas político-electorales es la clase política local.
El PAN va con el diputado mexiquense Enrique Vargas y el PRD con Omar Ortega, legislador local. Movimiento Ciudadano, repetirá con el experredista Juan Zepeda. El PAN no tiene posibilidades de ganar la gubernatura, por lo que Enrique Vargas se ha dedicado a elogiar la alianza que tenían con el PRI más con el interés de evitar la ruptura de “Va por México” que por otra cosa. Recordemos que el viaje que hizo a España para convencer a Peña Nieto de que le abriera paso a él como candidato a la gubernatura no tuvo éxito alguno porque el ex gobernador anda más preocupado por ocultar las riquezas mal habidas que por inmiscuirse en la vida local.
Lo más probable es que el PRI no haga alianza con el PAN. Los acuerdos recientes del PRI con Morena, alejan al PAN que quería encabezar la alianza en la entidad. Al parecer de igual manera el PRI no irá con el PRD. Este a su vez no quiere ir a la cola del PAN en una entidad que estuvo a punto de gobernar hace algunos años.
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