Frida C.
Por la Tribuna…
• Sergio “checo” Pérez y Juan Toscano, llegaron a lo más alto en sus respectivas competencias.
Por Benjamín Santana
Este fin de semana, dos referentes del deporte en México, Sergio “checo” Pérez y Juan Toscano, llegaron a lo más alto en sus respectivas competencias, consiguiendo proezas históricas para el deporte nacional. El piloto de F1 ganó el Gran Premio de Mónaco, una hazaña jamás realizada por un nacido en México, así mismo el basquetbolista se convirtió en el primer mexicano en llegar a las Finales de la NBA. Entonces, ¿Cuál es la razón de que nos cuestionemos el progreso del deporte en el país?, respuesta que seguramente escucharemos que a pesar de las adversidades, hay triunfos que hay que celebrar.
Primero hay dejar claro que, aunque estás son hazañas que son dignas de festejar, son casos aislados y que no representan los generales del deporte nacional. Basta con echar la mirada unos meses atrás, cuando de los 161 atletas olímpicos que llegaron a Tokio, sólo se obtuvieron 4 medallas, todas ellas de bronce, consiguiendo el peor resultado en el medallero olímpico en los últimos 25 años.
Sin embargo, lo que sucedió en Tokio sólo es la consecuencia de un abandono que ha sufrido el sistema deportivo en México durante años. Claro que la pandemia de Covid-19 tuvo un papel importante para que se dieran estos resultados, pero es aquí donde entra el papel de las autoridades deportivas, se debieron generar espacios seguros para que los atletas tuvieran la oportunidad de seguir desarrollándose a pesar del momento tan complicado por el que estaba pasando el mundo entero, la mayoría entrenaban donde podían, por la falta de infraestructura.
Sin duda alguna el poco apoyo que existe hacia los atletas es uno de los grandes problemas que padece la estructura del deporte en México, llevamos años escuchando que los deportistas venden cosas para viajar, piden donaciones para comprar su equipo o que simplemente se quedan sin competir por falta de dinero.
Durante el segundo semestre del 2020, el actual presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, desapareció 109 fideicomisos, entre los cuales se encontraba el Fondo para el Deporte de Alto Rendimiento el cual desembolsaba $20,359,000 mensuales para pagar becas vitalicias a los medallistas olímpicos mexicanos y sus entrenadores; entre su lista de beneficiarios también había más de 600 deportistas de alto rendimiento, atletas de deporte adaptado y sus respectivos entrenadores. El presidente justificó esta medida afirmando que el manejo de sus recursos estaba fuera de control y que su desaparición es para evitar que haya ‘aviadores’.
Otro de los grandes problemas que tiene el deporte en el país es la administración, pareciera que a los grandes deportistas se les premia con un puesto al frente de las federaciones deportivas después de concluir su carrera como atletas, a pesar de no tener los conocimientos necesarios para llevar este cargo. La Federación Mexicana de Ciclismo dejó fuera de la convocatoria a Tokio a Jessica Salazar, una promesa de medalla, debido a un error “administrativo”. La Federación de Natación dejó en un limbo a los deportistas a tres semanas de los clasificatorios.
Es claro que para ninguna de las administraciones, el deporte ha sido una prioridad.
Es evidente que la solución no es poner a exatletas en puestos administrativos relacionados con el deporte, la entrada de Ana Gabriela Guevara al frente de la CONADE prometía un cambio con respecto a administraciones pasadas, pero el tiempo nos ha demostrado que la realidad ha sido otra.
Para generar un progreso en el deporte nacional, debemos revisar y replantear la estructura general del desarrollo humano. En México, el deporte debe ser considerado como una prioridad nacional, en el marco de la política social del Estado.
santa.benja@gmail.com
