El Periodismo Feminista Avanza sin Pedir Permiso

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• Desde las pioneras de CIMAC hasta las nuevas generaciones de periodistas creando espacios y medios independientes, el periodismo con perspectiva de género va ganando terreno. Cada vez hay más mujeres proponiendo nuevas narrativas y no esperando a que los medios les den un lugar en la mesa.

Por Cristina Salmerón/Aristegui Noticias

La casi nula representación de las mujeres en puestos directivos y con toma de decisiones en los medios de comunicación ha impulsado a las periodistas a construir sus “habitaciones propias” —en alusión al ensayo de Virginia Woolf— es decir, espacios alternativos a los dominados por hombres. Y en los medios tradicionales, como caballos de Troya, las mujeres impulsan una agenda informativa con temas de género que hacen contrapeso al dominio masculino.

Esta doble batalla es producto de un esquema desigual en el que 73 por ciento de los puestos de alta dirección en los medios de comunicación están ocupados por hombres, en comparación con 27 por ciento de las mujeres a nivel mundial, según el Global Report on the Status of Women in the News Media.

“Cambiar las estructuras dentro de los medios, que son tan verticales, aún se ve difícil porque si bien los hombres ya están dispuestos a ceder algunos espacios en términos de la información, la parte de los cotos de poder es muy compleja, y ahí no están dispuestos a perder el privilegio. Las mujeres que han logrado entrar en estos espacios enfrentan una condición muy compleja, absolutamente rodeadas de misoginia, porque son ‘sus’ lugares y ellas ‘tienen’ que desarrollar herramientas para sobrevivir ahí”, explica Lucía Lagunes, directora de Comunicación e Información de la Mujer en CIMAC Noticias, la primera y única agencia de noticias feminista que existe en México.

Lo que dice Lagunes está sustentado en el Informe 2020 “¿Quién figura en las noticias?”, el cual es parte del Proyecto de Monitoreo Mundial de Medios (GMMP, por sus siglas en inglés). Desde 1995, este es el esfuerzo más grande y relevante a nivel global para estudiar y analizar cada cinco años los temas de género en los medios informativos.

Así, en 2020, la participación promedio de las mujeres en los medios fue de 26 por ciento en América Latina. En la televisión, que es donde existe una representación mayor, alcanzó 28 por ciento, mientras que en la radio, que es donde menos mujeres hay, fue de 22 por ciento.

Para este sexto informe participaron 116 países, 15 de América Latina, y Sandra López Astudillo, directora de la Fundación Gamma de Ecuador y coordinadora del Informe para la región, indica que, en el caso específico de México, la presencia de las mujeres ha subido hasta llegar a 31 por ciento, lo cual cree que ha repercutido positivamente en las redes de periodistas feministas.

Sin embargo, algo en lo que México no avanza es en el tema de la etnicidad.

“La representación ancestral es mínima si tomamos en cuenta que es un país con alta presencia de población indígena”, dice Sandra López Astudillo.

El trabajo de GMMP es una importante iniciativa global en el tema de medición de contenidos de género, y que se haya mantenido por más de 25 años, que se realice cada vez en más países y que haya llegado a incidir en organismos como ONU Mujeres son los mayores logros para la especialista.

 

El avance de las mujeres: CIMAC, Imer y Malvestida

En sus 38 años de historia, el Instituto Mexicano de la Radio (Imer), el medio público radial más grande del país, ha tenido 10 personas en su dirección: siete hombres y tres mujeres.

Aleida Calleja es la tercera y actual directora.

“Que muy pocas mujeres hayan llegado a puestos directivos en medios de comunicación públicos es un fenómeno generalizado en el mundo, donde hemos tenido pocas posiciones de liderazgo y de poder”, reconoce en entrevista la periodista e investigadora.

La razón de esta inequidad, explica Calleja, se debe a que existen prejuicios sobre las capacidades de las mujeres.

“Creo que poco a poco eso va cambiando, aunque no tan rápido como quisiéramos. El Imer en este momento tiene 70 por ciento de los principales puestos de toma de decisiones ocupados por mujeres, somos de los pocos medios públicos —o medios en general—, donde esto ocurre”.

Pero para que se hayan dado estos avances tuvo que haber un grupo de pioneras, y en el caso de México, la creación de CIMAC en 1989 fue un parteaguas. Esta agencia con perspectiva de género surgió por la inquietud de un grupo de periodistas que colaboraban en el suplemento feminista mensual La doble jornada, que publicaba el diario La Jornada desde 1988.

Sara Lovera, Josefina Hernández, Yoloxóchitl Casas, Elvira Hernández Carballido, Perla Oropeza y Patricia Camacho decidieron hacer algo que evidenciara en los medios de comunicación que se estaba perdiendo información valiosa de ese otro 50 por ciento de la población, recuerda Lucía Lagunes, actual directora.

Aunque al inicio trabajaban todo en papel y hacían la entrega de las noticias por correspondencia, la labor de dispersar el ánimo por el periodismo con perspectiva de género iba logrando su cometido.

“De las propias colegas que fuimos conociendo y compartiendo experiencias, surgieron otros suplementos, llegamos a contar unos 47 o 49 en medios estatales y regionales para hablar de la condición de las mujeres”, dice Lagunes.

La existencia de CIMAC llevó a un cambio en la prensa, pues se abrió la fuente “mujeres” para cubrir marchas, iniciativas y nuevas leyes que los movimientos feministas de la época empujaron.

“Se estaba volviendo información valiosa para los medios”, agrega Lucía. “Al inicio tal vez no estaban tan convencidos de llevar esos temas, pero la calidad hablaba y se volvió atractiva para su publicación”.

En sus 30 años dentro de la agencia, Lagunes ha visto crecer la fuerza de las periodistas comprometidas con los derechos humanos.

“En CIMAC, la idea fue no sólo crear un organigrama de puras mujeres, sino fomentar los liderazgos de las reporteras en sus regiones. México tiene una historia gremial muy masculina y quisimos probar que un medio de comunicación dirigido por mujeres es totalmente normal, natural y competitivo”.

En los medios nativos digitales, también ha habido pioneras que han logrado crear y mantener sus “habitaciones propias”.

Ale Higareda es periodista; después de trabajar como editora web en revistas de prensa rosa, estilo de vida y actualidad, decidió que esos contenidos no eran lo que ella deseaba consumir y por eso creó Malvestida.

Este sitio nació en 2016 y ha sido uno de los primeros espacios 100 por ciento digitales en México en abordar la perspectiva de género.

“En un inicio eran las ganas de ver mayor diversidad de historias, y quizá en ese momento yo no contaba con un lenguaje o conocimientos tan extensos como ahora que me he estado nutriendo más de temas como feminismos, luchas de las mujeres, comunidad LGBTQ+”.

 

Su medio surgió con un organigrama horizontal.

“Algo muy hermoso de Malvestida es que hay una retroalimentación constante de todos los niveles del equipo y valoramos mucho las observaciones que cada quien pueda dar”.

En la actualidad, la democratización que ha traído internet para abrir sitios web o redes sociales como Tik Tok e Instagram ha ayudado al surgimiento de más “habitaciones propias” para el periodismo con perspectiva de género.

“Ya no es necesario meterse a estas estructuras tradicionales tan complejas, tan burocráticas, tan grandes y creo que al final el resultado es que surjan más medios o plataformas con perspectiva de género que el mainstream ha abandonado por años”, comenta Ale Higareda.

El esfuerzo más reciente es Opinión 51, una iniciativa en la que participan 80 mujeres columnistas, pues en los medios los espacios de análisis y opinión han sido históricamente dominados por varones.

“Me da gusto ver cada vez a más mujeres proponiendo nuevos espacios o nuevas miradas desde sus experiencias y ya no esperando a que los medios les den un lugar en la mesa, sino tomando por sus propios medios ese lugar y creando sus comunidades, llevando sus mensajes. Eso es muy poderoso”, considera Higareda.

Y aunque los medios feministas han sido bienvenidos, aún hace falta hacer alianzas dentro de los medios tradicionales.

“Falta construir redes internas para desarrollar estrategias y poder impulsar a compañeras dentro de los medios de comunicación. El reto es cómo construimos esto dentro de ese ambiente tan masculino y patriarcal. Se ha logrado hacerlas afuera, pero no adentro”, afirma Lucía Lagunes.

 

La violencia sexual en el periodismo, un obstáculo a superar

Otro tema que ocupa y preocupa a las mujeres es el tema de la violencia sexual en sus lugares de trabajo. La colectiva Periodistas Unidas Mexicanas (PUM) nació en octubre de 2018 a partir de casos de acoso y hostigamiento sexual, revictimización y hasta despidos injustificados de mujeres en un periódico.

“Empezó para poder visibilizar el tema, porque nos dimos cuenta de que no éramos las únicas. Hacia afuera éramos quienes denunciábamos las injusticias, pero hacia adentro de los medios no, ahí nos callan, nos someten”, recuerdan en entrevista dos integrantes de esta colectiva que prefieren resguardar su identidad.

De forma orgánica, este grupo de reporteras, editoras, fotógrafas, diseñadoras, infografistas e ilustradoras se volvió una red de apoyo en el gremio. Su primer evento público fue en la marcha del 8 de marzo de 2019; días después, el movimiento #MeTooPeriodistasMexicanos fortaleció a la agrupación porque por medio de redes otras colegas les confiaron las historias de violencia sexual que habían sufrido en los medios de comunicación.

El movimiento creció y requirió planes de acción. También fue posible una investigación sobre el Acoso-DATA con un sondeo que mostró el hostigamiento y las agresiones sexuales en el gremio que reveló que 61 por ciento de las mujeres acosadas en sus medios vieron afectado su desempeño laboral, 49 por ciento fue agredida por su jefe directo, y sólo 18 por ciento presentó una queja en su empresa.

“Nos volvimos un espacio de contención, un refugio, trascendimos los problemas para crear una red que ahora es de amistad”, explican las PUM.

A partir del #MeToo, en diversas redacciones donde hay integrantes de la colectiva se han creado redes sororas para apoyo y acompañamiento, consejos profesionales y estrategias para enfrentar situaciones de machismo en sus espacios de trabajo.

Jacqueline L’Hoist, quien fue fundadora del Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación de la Ciudad de México (Copred), es ahora directora de la Unidad de Género de Grupo Salinas, una instancia única en el país dentro de una empresa informativa que comenzó en Tv Azteca en 2019, pero a partir de mayo de 2021 se expandió a todo el conglomerado donde trabajan 110 mil personas.

“Mi labor es acompañar los casos que se presenten por acoso sexual y desarrollar estrategias de prevención de esta conducta normalizada en México y en el mundo. Hago campañas, estrategias, conferencias, pláticas, talleres, precisamente para que tanto hombres como mujeres reconozcamos qué es el acoso sexual para no repetir esa conducta y, si se da, poner la queja en la Unidad de Género”, cuenta L’Hoist.

La formación de esta Unidad de Género obedeció a la necesidad de construir espacios seguros y libres de violencia sexual.

“La mirada ideal es erradicar esta conducta de las sociedades y al momento de erradicarla, que ya no se necesiten estas unidades que atiendan a las personas que la sufren y además construyan una cultura social para que esto se modifique. Es a largo plazo, pero soy optimista de que se puede lograr”.

Frida C.


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