Frida C.
• El director de la Diplomacia Cultural de SRE afirmó que el despido del exministro Jorge F. Hernández se dio porque se refirió “en términos muy ofensivos y misóginos” a la embajadora de México en España.
El director ejecutivo de la Diplomacia Cultural de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), negó que el despido del exministro Jorge F. Hernández haya sido “un acto de censura”, y explicó que este se dio por “un asunto ético y de conducta institucional”.
A través de un comunicado personal, Enrique Márquez afirmó que “en días pasados, en una reunión en la Ciudad de México, el Sr. Hernández se refirió en términos muy ofensivos y misóginos a quien era su jefa, la embajadora de México en España, María Carmen Oñate Laborde. El propio Sr. Hernández, buscando mi apoyo, me refirió lo ocurrido. Esto está documentado”.
“Por tal motivo, a pesar del reconocimiento, la gratitud y el afecto que como muchos tengo respecto de Jorge F., me vi obligado, en mi calidad de Director Ejecutivo de la Cancillería, a solicitar a la Dirección General de Personal la cancelación de su contratación porque de ninguna manera podría estar de acuerdo con conductas ajenas al debido respeto a las personas y a los códigos de ética institucional”, aseguró.
Esta aclaración, en la que mencionan a la embajadora como María Carmen Oñate Laborde, aunque sus apellidos son Oñate Muñoz, ocurre después de que este sábado el escritor cesado compartiera un primer comunicado emitido por la SEP sobre el asunto, y que después fue editado para borrarle el adjetivo “grave” a una expresión para referirse a la conducta de Jorge F. Hernández.
El primer documento señala que dicha “Dirección quiere dar a conocer que el día de ayer fue solicitada la cancelación del escritor Jorge F. Hernández”, quien “en fechas recientes, desafortunadamente incurrió en comportamientos graves y poco dignos de una conducta institucional que nos llevaron a solicitar a la Secretaría el término de su contratación”.
Posteriormente, la SRE publicó un comunicado similar, en el que se eliminó la palabra “graves” para calificar los comportamientos del escritor.
