El Cambio Sigue su Curso…

ALFARO
Secreto a Voces

 

Por Rafael Alfaro Izarraraz

El “ganar” está asociada a un modelo de sociedad que cuenta con una estructura que hace que los catapultados como ganadores sean siempre o por lo general aquellos que gobiernan, participan de los poderes, poseen empresas o negocios, capital, asociaciones de negocios, grandes investigadores y científicos laureados y reconocidos, escritores archiconocidos, ganadores de torneos deportivos, entre otros. Estos agentes que se mueven han creado una estructura que históricamente abre condiciones y posibilidades para que aquellos que se encuentran en la parte alta de la jerarquía finalmente se conviertan en los “triunfadores” de siempre.

No gana el trabajador de la industria que se traslada penosamente en el transporte público todos los días a su empleo; no gana el campesino que renta su tierra porque no tiene para invertir lo suficiente en la producción agrícola; no gana la familia que vive en pobreza extrema; no gana el vendedor ambulante que compite con otros tantos que salen a la calle con las mismas intenciones; no gana el empleado de un taller de hojalatería que gana el mínimo para sobrevivir; no gana quien busca entre la basura algo para vender por kilo o algo para comer, etc. Cuando lo hacen, sus triunfos fueron tratados desde el poder como algo circunstancial y desconectados de la realidad.

A los olvidados les construyeron triunfos efímeros, socialmente creados, artificiales y con el fin de orientar sus inquietudes hacia planos sin valor en la vida real, pero que se reproducen semana tras semana con triunfos y derrotas sin sentido, aunque como dice Freud todos requerimos de “muletas” para sobre llevar la vida. Para estos segmentos de la población, son muletas falsas. Aunque luego de besar la mano o hacerle una fiesta al “jefe” o al “patrón” puede mentarle la madre cuando se aleja o salir a votar por otro candidato al del jefe, lo cierto es que hacía “arriba” se topa con obstáculos casi siempre infranqueables que modifiquen la relación entre los gobernantes y gobernados.

A los marginados se les trató de imponer un tipo de éxito que nada tiene que ver con las desigualdades creadas socialmente. Cuando ocurre un triunfo o éxito de “los olvidados” se asocia con el “esfuerzo personal”, actos heroicos que superan el libreto preestablecido y lo trascienden de manera increíble (es decir que otros desposeídos no pueden emular); también puede ser que se le adjudique a la “suerte”. Mientras esto ocurre, cada semana se espera a la loteríanacional, mientras Chava Flores ironiza el destino casi fatal con la clásica: “A que le tiras cuando sueñas mexicano”.

Los milagros y la casualidad o el golpe de suerte son formas de escape falso y una manera de “desorientar” a los que viven con hambre material o espiritual.Ganar o perder tiene un trasfondo sociopsicológico inimaginable. No es sólo reafirmar la confianza interior sino reflejar ante la sociedad a quién o aquiénes “triunfan”y de donde se deriva esa fuerza espiritual. Esa confianza se traduce en un “aliento” que reafirma valores y creencias sociales que al final de cuentas tendrán un efecto práctico. La vida cotidiana es permeadade ese ambiente que es lo importante.

En México la relación ganador/perdedor se modificó con el “giro popular” del 6 de  julio del 2018 que ha permeado los estados de ánimo de la sociedad. Los que triunfaron fueron los considerados perdedores de antaño, los que eran valorados y enjuiciados de todo a todo como los derrotados de siempre. El giro popular del poder en México cambió el estado del pensamiento, del lenguajey las prácticas de la población. Ganaron los de los éxitos que fueron devaluados y desconectados políticamente desde el poder porque propiciaban cambios sociales de trascendencia, como luchas de los maestros, estudiantes, campesinos ecologistas, por la paz y contra la violencia, las mujeres, por la presentación de personas desaparecidas, entre otros.

Más allá de las nuevas estructuras existe y se aparecía un nuevo ambiente, un estado de ánimo que se refleja en lo que se puede leer en las redes sociales, en lo que dicen los principales exponentes de la nueva corriente que ha llegado al poder. Ese espíritu de “triunfo” esa confianza que da el poder “ganar” aunque no siempre es fácil, es lo que se puede apreciar en el pueblo mexicano.Lo que hemos visto en las elecciones de estos días es el reflejo de la confianza que ha tomado la población en sí misma que siente pertenecer a un equipo ganador, pero sin la falsedad artificial del pasado.

Ese sentimiento de la población de sentirse ganadora se ha arraigado socialmente y la idea de que “puedo ganar” y que se piensa y se hace y que eso puede trasladarse a la vida cotidiana, hacia la consolidación de una sociedad más justa y equilibrada. Se trata de algo nuevo, de una nueva confianza de la sociedad en sí misma asociada a una alternativa política. Ocurrieron decenas de ejemplos en donde la población resguardó el proceso electoral lo que marca un acontecimiento generalizado que en el pasado era ocasional e inhibido políticamente.

En esta elección vimos a una sociedad a la ofensiva, dispuesta a defender lo ganado. Se respira un nuevo ambiente en el que después del triunfo inicial ahora la sociedad no quiere dejar ir lo que ha conquistado, la creación de una red social que actúa bajo una misma consigna, evitar el regreso al pasado. Tiene el respaldo del Estado en el combate al fraude electoral, aunque esto llevará tiempo debido a que las fuerzas que todavía defienden sus privilegios como se pudo apreciar no están dispuestos a irse sin resistir.

El giro popular del poder en México tiene otra base y por tanto otros ganadores que se sumarán después de los comicios de este 6 de junio serán un nuevo carburante hacia la profundización del cambio popular…

raizarraraz@gmail.com

Frida C.


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