• Durante la investigación del crimen contra Eduardo Moreira se detuvo al exsubdirector operativo y el supervisor de la policía.
José Eduardo Moreira Rodríguez, hijo del ex gobernador de Coahuila, Humberto Moreira, fue asesinado por Los Zetas, hace ocho años. Durante la investigación se detuvo al ex subdirector operativo y el supervisor de la policía que han sido liberados.
Este sábado se anunció que su salida de prisión fue por orden de un juez que detectó violaciones al debido proceso cometidas por la procuraduría estatal.
A los policías se les acusó de citar a José Eduardo Moreira antes del crimen. Las declaraciones de testigos, así como de operadores de Los Zetas, indican que José Eduardo no estaba involucrado en actividades ilícitas, publicó Milenio.
Ese mismo medio tuvo acceso a la sentencia dictada por Juan Marcos Dávila Rangel, juez Tercero de Distrito en Coahuila, quien ordenó la liberación de Rodolfo Castillo Montes y de Víctor Landeros Sifuentes, La Iguana, ex subdirector operativo y supervisor, respectivamente, de la Policía Municipal de Ciudad Acuña.
Según se informó, Eduardo confiaba en Rodolfo Castillo Montes porque trabajó en la campaña de su padre, Humberto Moreira, rumbo a la gubernatura.
De acuerdo con los datos obtenidos por ese medio, el 3 de octubre de 2012, Castillo Montes recibió en su teléfono un mensaje de un oficial que trabajaba en la base líder del municipio, quien le pidió reunirse con él.
El mensaje decía: “29 en libramiento sur poniente”, que significa “tenemos que vernos en el libramiento sur poniente”.
Rodolfo acudió al lugar y el uniformado que lo citó se encontraba acompañado de otro policía. Le dijeron que tenía que ir al estacionamiento de una tienda “Oxxo” sobre la avenida libramiento sur poniente y avenida Eje Central, en el fraccionamiento Santa Rosa.
El subdirector preguntó de qué se trataba y por qué no le decían en ese momento. El oficial le mencionó que se trataba de “una diez papa”, es decir, “un asunto personal”.
Rodolfo declaró que vio como se estacionó junto a ellos una camioneta Jeep Cheeroke color negro, con vidrios polarizados, de la cual después descendieron tres hombres armados, miembros de Los Zetas.
Después le pidieron que los acompañara. Durante el trayecto le dijeron a Rodolfo que tenía que localizar a Eduardo, sobrino del entonces gobernador Rubén Moreira. Le pidieron el favor porque sabían que lo conocía muy bien y eran amigos.
También le dijeron que querían ver a Eduardo para plantearle un problema relacionado con su trabajo, ya que se desempeñaba como coordinador de Programas Sociales de la Secretaría de Desarrollo Social de Coahuila.
Rodolfo llamó a Eduardo y lo citó en el mismo Oxxo. A su llegada fue recibido por Miguel Ángel Rodríguez Díaz, Alfa Metro, jefe de plaza, y le dijo a Eduardo que los acompañara, mientras lo encañonaba con un arma de fuego.
Después le dijeron al subdirector que se fuera, que luego lo verían. A las 9 de la noche encontraron abandonada la camioneta de Eduardo Moreira. Fue cuando Rodolfo se imaginó que lo habían asesinado y dio aviso al alcalde y a su director para reportar el crimen.