Por Ruperto Retana Ramírez
Van ocho días de campaña electoral y las propuestas de cada una de las candidatas comienzan a difundirse a través de distintos medios. En el inicio de las campañas parte como favorita en las encuestas la maestra Delfina. Como lo fue en la precampaña, su reto es mantener el nivel de apoyo alcanzado e incrementarlo, sobre todo entre los indecisos e impactar en las clases medias para no perder votos en estos sectores. Si consideramos las encuestas, en todas ellas la tendencia le es ampliamente favorable, ya que es de más de dos dígitos.
Tendría que pasar algo extraordinario como un super escándalo que la involucrara de tal manera que impactara negativamente en el electorado mexiquense. Parece que las cartas de este tipo se cebaron en la precampaña al pretender responsabilizarla por las observaciones que se hicieron por la Auditoría Superior de la Federación a la SEP cuando fue su titular o la responsabilidad que se le pretendió atribuir por los llamados “diezmos”, cuya sentencia del tribunal electoral la exonera de esa responsabilidad explícitamente, así como la intervención del coordinador de comunicación social del gobierno del estado para que los medios publicaran notas contra la maestra Delfina. Sin embargo, no se descartan otras pretensiones que encuadren también en la llamada “guerra sucia” contra ella.
Para Alejandra Del Moral el panorama es muy complicado, pues tiene ante sí el reto de crecer en la preferencia de los electores en sólo dos meses de campaña y a un ritmo que supere lo que logró en el periodo de precampaña y, siempre y cuando, decaigan sensiblemente las preferencias de los electores por la maestra Delfina. El escenario que se planteó en precampaña de que la maestra había llegado a su tope de apoyo ciudadano y empezaría a caer no se cumplió, por el contrario, no solo lo sostuvo sino que lo incrementó.
Con el inicio del periodo de campaña electoral llegan las propuestas con sus diferencias, también ciertas coincidencias, pero sobre todo se juega la credibilidad de cada una de las candidatas y es aquí donde, desde mi particular punto de vista, está el quid de las campañas y de esta elección.
La credibilidad de la maestra Delfina está por encima de su contrincante; en las encuestas, cuando se pregunta por honestidad, cumplimiento de promesas, equipo de trabajo, experiencia u otras cualidades, tiene una mucho mejor calificación.
El problema principal de Alejandra Del Moral es la credibilidad, quizá no tanto por ella misma, sino por toda la carga negativa que arrastra su partido (PRI) y los personajes principales del mismo, entre los cuales están los exgobernadores y los actuales dirigentes nacionales entre los que figura en primer plano, el inefable “Alito”. No es casualidad que busque malabarismos para intentar dejar de lado esta cuestión y diga que la elección es solo ella contra Delfina, que no se trata de partidos ni de ideologías sino de propuestas o que no va a pagar un plato que no rompió y sean los exgobernadores (Montiel, Peña Nieto) quienes respondan por sus propiedades y acciones. La confesión de que es ella la que recibe las mentadas de madre ilustra muy bien esta pesada carga negativa y mella su credibilidad. Además, porque es ahora la candidata de esos personajes que la arropan desde el inicio de la campaña.
Asimismo, la credibilidad involucra de alguna manera las expectativas inmediatas o mediatas del triunfo o la derrota; en esta ocasión vinculada con la elección presidencial del 2024 y el futuro del PRI y aliados o la consolidación del proyecto transformador de la 4T al extenderse al estado de México, por su gran importancia nacional. Involucra el prestigio o desprestigio de los otros dos partidos de la coalición; el PAN ha salido muy afectado por el caso García Luna, por ejemplo, y el PRD se debate seriamente con su identidad de izquierda apoyando a la derecha y su candidata. Hay que decir que la posición de Morena y el presidente Obrador frente al INE dio motivo a una marcha numerosa de la oposición en la Ciudad de México y en otros estados, aunque la elección de los cuatro consejeros, incluida la titular de la presidencia, dejó satisfecho al presidente AMLO. Así, la credibilidad, si bien se centra en las candidatas y sus alianzas estatales, se encuentra relacionada con temas de percepciones y expectativas, no sólo de carácter local, sino también nacional.
Por lo tanto, la credibilidad de las propuestas tiene mucho que ver, en principio, con la candidata que las realiza. En ocasiones pueden tener poco que ver con la viabilidad de las mismas, lo que importa es el efecto que tengan en los electores para buscar conseguir su voto. Toda vez que hay ciudadanos cada vez más avispados en cuanto a la valoración de las promesas o propuestas, las candidatas tienen que pensar bien los efectos de las promesas que hacen en campaña, porque las opiniones en las redes sociales y su manejo son un factor nuevo que pesa a favor o en contra de determinadas propuestas.
En el arranque de las campañas se marcan ya líneas políticas, programáticas, y algunas propuestas de las candidatas. Delfina Gómez se propone un gobierno del pueblo y para el pueblo, que es la original acepción de democracia. Es de esperarse que esto se traduzca en mecanismos para que el pueblo verdaderamente participe en el gobierno; los hay y múltiples: consultas ciudadanas, presupuestos participativos, referéndums, plebiscitos, cabildos abiertos, parlamentos ciudadanos, revocación de mandato, etc.
Su plan se sustenta en lo que llama “humanismo mexicano” que sintetiza, según expresó, los principios que impulsan la Cuarta Transformación Nacional, fomentando el progreso pero con justicia, pluralidad e inclusión, austeridad y honestidad, gobierno del pueblo y para el pueblo, donde por el bien de todos primero sean los pobres.
Sus propuestas las agrupa en tres grandes ejes transversales, a saber: seguridad y erradicación de la violencia, igualdad de género y cumplir con los objetivos de desarrollo sostenible de la ONU planteados en la agenda 2030; asimismo delimita cuatro ejes de cambio: cero corrupción y gobierno del pueblo y para el pueblo, empleo digno y desarrollo económico, agua para todos, cuidado de la naturaleza y combate a la pobreza y atención a grupos en situación de vulnerabilidad. Ya en el plano más práctico plantea mantener y mejorar los programas sociales existentes, incluido el del Salario Rosa, combatir la pobreza, la desigualdad, depurar y mejorar la policía, cero corrupción e impunidad, facilidades a empresarios, atender los diversos servicios de salud, educación, mejorar la movilidad, etc. y compromiso con lo que denominó agenda animalista, lo que es de alguna manera novedoso para una agenda política estatal. Curiosamente, Alejandra del Moral ha hablado de favorecer a las mascotas. Estas, al parecer, obtendrán algunos beneficios derivados de estas campañas.
Alejandra Del Moral promete ser la gobernadora de la reconciliación porque dice estar convencida que la reconciliación es mucho más poderosa que la polarización. Coloca al estado de México como la punta de lanza de la reconciliación cuando dice “Desde el Edomex comienza la reconciliación nacional”. Para ella la elección es para unir, reconciliar para progresar: «Nunca más familias divididas por opiniones políticas, nunca más vecinos confrontados por filias o fobias políticas, nunca más gobernantes fomentando el odio, conflicto o la división, lo cortés no quita lo valiente y que yo sea la candidata de la reconciliación no me quita lo brava, la voy alcanzar y le voy a ganar la gubernatura del Estado de México». En otra entrega me referiré a esta propuesta porque me parece recoge la vieja idea del partido hegemónico, de pensamiento político cuasi único y hay que prevenirse de cualquier nuevo hegemonismo que reedite el del PRI, así no sea el PRI.
Del Moral propone ampliar el Salario Rosa para convertirlo en Salario Familiar para abarcar 4.5 millones de familias, igualdad de oportunidades para las mujeres, modernización del transporte público, fortalecer programa de bicicleta pública, impulsar el desarrollo de la capital mexiquense, mediante el mejoramiento de la oferta turística, garantizar la seguridad pública, reorientar el transporte público y realizar un programa de bacheo; programa para el campo que contemple mayor presupuesto, apoyo en fertilizantes, un seguro que cubra catástrofes en los cultivos, entre otros puntos.
Bueno, las promesas de campaña están fluyendo, el tiempo corre rápido y la credibilidad de las candidatas y sus propuestas están en el juego electoral. Ya veremos si modifican la intención de los votantes. Hasta la próxima.