
Por Rafael Alfaro Izarraraz
La muerte del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, ha tenido el poder de convertirse en un activador de la resistencia hacia la violencia criminal. Y surgió en un lugar en donde la violencia que se vive ha transformado la vida cotidiana de habitantes de una entidad que, desde siglos anteriores, siempre ha sido un factor de la redefinición de las condiciones de vida de un Estado como el mexicano: así ocurrió con Morelos, la reforma y Melchor Ocampo, la revolución mexicana y el general Lázaro Cárdenas del Río y, más tarde, su hijo, Cuauhtémoc.
Michoacán, no es una entidad de migrantes, que también lo es, Michoacán es y ha sido siempre parte integral de la creación y recreación del Estado mexicano. El país no se entiende sin Michoacán. Ahora, lamentablemente, el asesinato de Carlos Manzo ha llevado al estado a un nivel de efervescencia que simplemente reordena los átomos de la vida política, infelizmente, de la manera en que ahora ocurre. La verdad es que, en las principales ciudades de Michoacán y del bajío, la organización criminal crudamente se percibe, en algunos casos activada conscientemente como dispositivo de los poderosos.
Enrique Guerra Manzo, académico e investigador, en su trabajo sobre la violencia en la región de Tierra Caliente, expone la transición de los grupos productores de marihuana y su transición hacia los modernos grupos criminales de la globalización, auténticas empresas vinculadas al mercado de consumo de drogas estadounidense que implicó un cambio en los métodos (usos de la violencia) de estos grupos y de sus vínculos con empresas globales del crimen. El cuchillo y el uso de las pistolas que “regulaban” la vida de las familias de rancheros (este término es más de Luis González y González) quedaron opacadas.
Lo más difícil de concebir es la existencia de una entidad principal productora de aguacate, limón, fresa, entre otros productos agrícolas, se mantenga como una entidad sumergida en condiciones de desigualdad social como la que existe. La economía urbanacentralizada en las ciudades en la oferta de servicios, el comercio, con bajos salarios y una periferia social que participa del jornal agrícola sobrevive con los recursos que envían los migrantes a sus familias. Jalisco, Querétaro, Guanajuato y todavía la ciudad de México siguen siendo destinos apresurados para escapar de una entidad rica y pobre a la vez.
Improbable que la región quedara apartada del surgimiento de líderes sociales que durante el gobierno de Peña Nieto abundaron, pero que una política errada sacrificó a muchos de ellos ante los grupos criminales con camuflaje de guardias de las comunidades. Con la 4t llegaron nuevos aires y líderes. Aunque Manzo fue diputado por Morena la cultura en Michoacán de independencia, con cierta lejanía del centro del poder nacional, y la experiencia de las guardias comunitarias y su resultado, ha dejado ciscada a la población y sus líderes.
Manzo era un líder y presidente municipal del estilo de Obrador y Claudia, que el pueblo les impone una agenda personalísima. Lo anterior, choca con cualquier burocratismo o de entender la política alejada del pueblo. De lo que sabemos de Manzo es que estaba atento a las necesidades de su pueblo y el símbolo del sombrero como parte del movimiento no es una casualidad. En Michoacán, el sombrero es sinónimo del trabajo en el campo literalmente, de la exposición al sol, no significa rechazar las tareas del escritorio, pero el sombrero es mensaje hacia el pueblo que es la prioridad.
En una entidad con el peso de los grupos criminales y su enraizamiento como fenómeno social, es decir, que el crimen organizado no se trata de un grupito que por ahí anda con armas atemorizando a la población, sino que se ha convertido en un amplia red de tentáculos comerciales, financieros y de servicios local, nacional e internacional, pero que también incluye la política. Por lo que, debe decirse tal cual, Morena debe ponernos las pilas en entidades como Michoacán. Bedolla, llegó de rebote, pero llegó, y no se tuvo el cuidado necesario. No se trata únicamente de ganar por ganar.
Como lo ha expuesto Harfuch, luego del cateo a una de las residencias del todavía gobernador de Michoacán, al parecer ahora en plena fuga, tenía un acuerdo escrito con el líder del Cartel de Jalisco Nueva Generación (CJNG), cosa rara, en el que se entregaba a su resguardo a municipios para su dominio, entre los que se encontraba el de Uruapan, La Ruana, Apatzingán, entre otros. Por lo que la deriva de esos acuerdos, de los que Harfuch posee los documentos originales, tiene que ver con la complicidad del gobernador y el grupo que ejecutó a Meza, el CJNG.
De acuerdo a la información difundida por el titular de la secretaría de seguridad mexicana, el círculo interno del gobernador tuvo el manejo no únicamente de la guardia personal del ahora ex alcalde sino también de los grupos o empresas que operaron las vallas de seguridad del Manzo durante la celebración, en la plaza principal de Uruapan, durante el Encendido de las velas del Día de Muertos. De tal manera que las vallas fueron modificadas sin haber informado al alcalde, de dichos movimientos.
De tal suerte que Manzo quedó expuesto a quien iba a ejecutarlo, ante una seguridad laxa que lo abandonó en ese momento en que, por instrucciones del gobernador, se retiró poco a poco del alcalde. El círculo cercano a Manzo sabía que no llevaría chaleco antibalas. Ese dato la conocían los guardias, su círculo interno y los asesinos. Aparte, había una camioneta de la empresa que se encargó del montaje de la infraestructura del día del encendido de la velas que siempre estuvo monitoreando, desde cuatro horas antes del asesinato, los movimientos de Manzo.
Una parte del dinero que llegó a manos del círculo que desoperaba en torno a Manzo y que colaboró con su asesinato provino de otro círculo, el cercano al del gobernador Bedolla. Lo anterior, de acuerdo a las investigaciones llevadas a cabo por Harfuch. Ha quedado registrado en la prensa, algunos de los colaboradores del gobernador, han renunciado a sus cargos por las implicaciones, pues se han rastreado los depósitos y se tienen grabadas a las personas que lo hicieron.
La supuesta guardia personal de Manzo operó como cualquier grupo que está al servicio de grupos criminales ya sea del CJNG o de los cercanos al gobernador Bedolla. Al asesino, de conformidad con informes que se ha dado a conocer Harfuch, se encontraba drogado. No pudo huir y fue detenido no por el grupo de seguridad de Manzo sino por habitantes del municipio que acudían al evento del encendido de las velas. Cuando lo inmovilizaron y lo tenían desarmado, alguien de seguridad se acercó y lo ejecutó con un balazo en la cabeza.
La ejecución del asesino de Manzo no fue discutida ni hablada con nadie. Simplemente, el ejecutor, llegó y le disparó cuando se encontraba totalmente controlado y desarmado por los vecinos. Es evidente, que su ejecución, fue parte de un plan cuyo propósito era eliminar un importante eslabón de la cadena que podría vincular y llegar a toda en su conjunto. Lo eliminaron para que no hablara. Muerto, el que también era familiar de los líderes del CJNG en la entidad y la región. Los “eres” 1, 2 y 3, familiares entre ellos y del asesino de Manzo.
El gobernador Bedolla, su biografía personal, no fue suficientemente atendida cuando fue lanzado como candidato en sustitución de Raúl Morón quien absurdamente fue descalificado por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación porque no había reportado adecuadamente 19 mil pesos de su precampaña para ser designado candidateo por Morena a la gubernatura. Bedolla, es familiar de integrantes del CJNG que se encuentran presos en EU por haber traficado con droga. También, ese grupo criminal, aparte del pacto, le apoyó en la campaña para la gubernatura, esto ha quedado demostrado con evidencias.
Grecia, esposa de Manzo, ha sido electa presidenta en sustitución de su esposo. Mi respeto a ella al Movimiento del sombrero.
raizarraraz@gmail.com
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