
- El empresario, que se declaró culpable de lavar dinero para Los Zetas en 2019, es señalado ahora por presuntamente participar en una red de «huachicoleo fiscal», una de las modalidades del robo de combustibles que evade impuestos y causa pérdidas multimillonarias para Pemex y los mexicanos.
Ciudad de México, 14 de julio (SinEmbargo).– En medio de la estrategia del Gobierno de Claudia Sheinbaum contra el robo de combustible, la cual ha dejado en los últimos días golpes espectaculares como el aseguramiento de millones de litros, se encuentra un empresario que trabajó para Los Zetas, con vínculos con los hermanos Moreira, que gobernaron Coahuila, y que ahora es señalado como parte de una presunta red de huachicoleo.
Se trata de Juan Manuel Muñoz Luévano, alias “El Mono» Muñoz, presunto responsable de tráfico de drogas, tenencia ilícita de armas y blanqueo de capitales para el Cártel de Los Zetas en Europa, quien fue detenido dentro de una agencia del Ministerio Público de la Federación (MPF), ubicada en la colonia Luis Echeverría Álvarez, de Torreón, Coahuila.
Esto ocurrió luego de que Muñoz Luévano acudiera al lugar para intervenir en favor de dos conductores de pipas que habían sido detenidos por presunto robo de combustibles, y quienes trabajaban para él. El “Mono” fue detenido tras proferir amenazas contra policías de Torreón, además de la posible posesión de drogas.
Horas después, el empresario fue liberado y sigue su proceso en libertad por las amenazas contra los agentes policiales. Pero la semana pasada la Fiscalía General del Estado (FGE) de Coahuila realizó un cateo en un rancho en el municipio de Arteaga vinculado a Muñoz Luévano, quien regresó a México hace dos años tras ser procesado por delitos relacionados con lavado de dinero en Estados Unidos. En la acción se aseguró una pipa, más de 15 tanques con hidrocarburo y se detuvo a siete personas.
Javier Rangel Ramírez, Fiscal Ministerial en la entidad, señaló que en el inmueble se localizaron distintas sustancias químicas usadas para hacer mezclas de combustible. Presuntamente la empresa de «Mono Muñoz», Cargo Gas, estaría involucrada en esta red criminal.
Según los reportes, el cateo ocurrió en el rancho “Paola”, propiedad de Muñoz Luévano, en las inmediaciones del cruce entre la Carretera 57 y el Libramiento Óscar Flores Tapia. El sitio, señalan las investigaciones, estaría vinculado a una red de tráfico de combustible conocido como “huachicol fiscal”.
Los Zetas, el huachicol y el huachicol fiscal
Si al robo de hidrocarburos para revenderlos de forma ilegal se le conoce coloquialmente como «huachicol», el llamado «huachicol fiscal» es otra modalidad de este tipo de robo: es combustible robado, que entra al país por los puertos o de otra forma, etiquetado como otro tipo de producto, para evitar el pago de impuestos, y una vez dentro del país es distribuido para su reventa ilegal.
De acuerdo con la Onexpo, la unión de asociaciones de gasolineros más grande de México, este tipo de robo tiene un mercado de entre 5 mil 200 y 8 mil 700 millones de dólares al año, la mitad o más del presupuesto de Petróleos Mexicanos (Pemex).
En octubre del año pasado, el diario Reforma informó que a pesar de ser investigado por la Procuraduría General de la República (PGR) como operador de una red de robo de combustible, el Gobierno encabezado entonces por Enrique Peña Nieto otorgó a Muñoz Luévano permisos y concesiones para transportar y vender gasolina. Esto ocurrió en 2017, cuando se negociaba la extradición a EU del empresario.
Y es que el huachicoleo fiscal es «la modalidad principal a la que nos referimos hoy en día al utilizar el término de referencia», de acuerdo con la investigadora Guadalupe Correa-Cabrera. «En el transcurso de este siglo, se ha vinculado a organizaciones dedicadas al narcotráfico con este concepto, aduciendo a la diversificación de actividades criminales que trajeron con su modelo Los Zetas—y que ahora se extiende a muchos otros grupos delincuenciales mexicanos (CJNG, Cártel de Sinaloa, Cártel del Noreste, Cártel del Golfo, etc.)», explica.
El Gobierno federal ha intensificado su estrategia contra el robo de hidrocarburos, conocido como huachicol, con operativos que han dejado decomisos históricos.
Imagen aérea de predios asegurados en los que se almacenaban cientos de contenedores de mil litros cada uno con combustible del ducto de Tuxpan-Azcapotzalco de Pemex. Foto: Cuartoscuro
Samuel León Sáez, autor del libro Huachicol: el nuevo mercado criminal en México, coincide. «La red criminal Cártel del Golfo / Zetas cooptó a Pemex desde mediados de la década del 2000. (…) El Cártel del Golfo y Los Zetas respondían agresivamente al decomiso de camiones cisterna con combustibles robados, ya fuera con secuestros a trabajadores de Pemex o enviando grupos fuertemente armados para recuperar vehículos de las instalaciones gubernamentales», detalla.
Apenas el mes pasado, el narcotraficante Jaime González Durán, alias “El Hummer”, quien fuera uno de lo más importantes integrantes de Los Zetas y ligado al huachicol, fue sentenciado en la Corte Federal del Distrito de Columbia, en Washington D. C., a 35 años de cárcel, luego de que se declarara culpable de trasiego de drogas, portación de armas ilícitas y lavado de dinero en marzo como parte de un acuerdo alcanzado con la Fiscalía estadounidense.
Asimismo, cometió actos de violencia contra grupos rivales a Los Zetas durante los conflictos por el control de las plazas de drogas. Es señalado, además, de ser responsable del asesinato del cantante mexicano Valentín Elizalde, quien murió en noviembre del 2006 en un atentado.
El «Mono» y los Moreira
En 2019, el diario Reforma reveló que el exgobernador de Coahuila, el priista Humberto Moreira (2005-2011), habría negociado con las autoridades de Estados Unidos la entrega de información que llevó a la captura del «Mono» Muñoz, entonces operador financiero de Los Zetas en Madrid, España.
De acuerdo con el diario, el trato se habría llevado entre 2016 y 2019 entre agentes del Buró Federal de Investigación (FBI, por sus siglas en inglés) y otros agencias estadounidenses con Moreira, para así evitar acusaciones de nexos y vínculos con el operador financiero de Los Zetas.
En el documento citado por Reforma, se detalla que el 23 de noviembre de 2016, el entonces candidato del Partido Verde a la Alcaldía de Saltillo, Eugenio Pío Cisneros Rodríguez, envió un correo electrónico a los defensores de Muñoz en España, Arturo Cabrero y el Bufete García Cabrero, en el que señalaba que Moreira había pactado con el Consulado estadounidense en Monterrey.
El correo fue hallado durante un cateo a la casa de Luis Javier Muñoz Ayub, hijo de “El Mono”.
El texto electrónico detallaba que un individuo conocido como Luis Monzón, quien había trabajado con Moreira, fue el que realizó las gestiones para que Moreira realizara el trato con las autoridades estadounidenses.
«Esta persona [Monzón] formó parte del grupo que se conformó junto con Humberto Moreira Valdez para fraguar la entrega de Juan Manuel a las autoridades tanto españolas como norteamericanas, mencionando Monzón que cuando acordaron lo narrado, él optó por no participar por inconformidades en cuestiones de dinero», se detalla en el correo al que el diario capitalino tuvo acceso.
Aparentemente, la idea del trato entre Moreira y los estadounidenses habría sido impulsada por una persona conocida como Ariel Maldonado Leza. «Esta persona fue quien le sugirió a Humberto entregar a Juan Manuel ya que el FBI y demás agencias de EU están dándole seguimiento a los delitos de Humberto y esta fue una de sus negociaciones con los agentes de USA en el consulado de Monterrey, Nuevo León», se lee en el correo.
Según el diario capitalino, Maldonado Leza fue director general de la Coordinación Interinstitucional de la entonces Procuraduría General de la República (PGR) que dirigió Jorge Madrazo Cuéllar, durante el sexenio de Ernesto Zedillo Ponce de Léon.
Moreira reviró a las acusaciones diciendo que el mail mencionado en el reportaje «carece de relevancia jurídica, tanto en su contenido como en su forma, por no ser prueba directa ni indirecta de nada, carece de consistencia material y no ha sido sometido a contradicción ni tampoco a ningún tipo de verificación».
«En segundo lugar, en ningún momento he realizado ningún tipo de acusación contra el Sr. Muñoz Luévano y como se puede comprobar en mi declaración ante las autoridades españolas, no hice ningún tipo de imputación de hechos delictivos a ninguna persona, sino que me limité a explicar el origen lícito de mi patrimonio», reconoció.
Humberto Moreira fue detenido en España en enero de 2016, por presunto lavado de dinero y malversación de fondos durante su administración al frente de Coahuila. Unos días después, salió de prisión sin fianza y con restricciones para seguir su proceso fuera de prisión, y meses después la investigación fue archivada. En 2018, otro Juez español reabrió el caso pero un par de años después, en 2020, el caso fue sobreseído totalmente.
El otro escándalo con los Moreira
En 2016, la agencia noticiosa EFE publicó que Muñoz Luévano había afirmado en una conversación telefónica mantenida desde España, que el Gobernador de Coahuila, Rubén Moreira Valdez (2011-2017), hermano de Humberto y también priista, se interesó por sus negocios para que le entregara una cantidad de dinero.
En la transcripción literal de la conversación, “El Mono” dice que Moreira le había mandado saludos y que “se ofrecía y que estaba preocupado” por sus negocios porque “quería una lana”. En una conversación de junio de 2014, el detenido habla con un interlocutor sin identificar y explica que Moreira se había puesto en contacto con él, e interesado por sus negocios con el objetivo, dice la Policía, “de que le haga entrega de una cantidad de dinero”.
En noviembre de 2014 dijo: “El ‘procu’, Homero [Ramos], que quiere hablar y ponerse a la orden”, dice el narcotraficante.
Rubén Moreira negó lo publicado por EFE. “Ni el Ejecutivo del estado ni el Procurador han tenido tratos con la persona señalada en las notas. El texto es inverosímil y se rechaza contundentemente por parte del Gobierno del Estado”, indicó el gobierno estatal a través de un boletín.
El brazo financiero de Los Zetas
Muñoz Luévano, según las investigaciones de las autoridades españolas, vivía en las afueras de Madrid y desde ahí coordinaba la entrada de cocaína producida por Los Zetas a Europa. Pero el 18 de marzo de 2016 fue capturado por policías españoles e ingresado a prisión.
Las autoridades ibéricas informaron que contaban con grabaciones de las pláticas que el capo mantenía con políticos y funcionarios de la justicia mexicana, los cuales luego fueron revelados por distintos medios, como EFE. «Muñoz Luévano amenazaba, extorsionaba, ordenaba dar palizas e incluso asesinar desde su casa de un barrio residencial de la periferia de Madrid, donde intentaba pasar desapercibido junto a su familia, a pesar de que al gozar de un alto nivel de vida llamó la atención de los investigadores», relatan las crónicas de entonces.
Entre ello se encontraban alcaldes, legisladores y jueces de Coahuila. Muñoz era considerado por la Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) como un importante narcotraficante y blanqueador de capitales. Por eso su extradición fue avalada desde el país ibérico.
Muñoz Luévano, según el diario El País, guardó en octubre del 2016 en dos computadoras intervenidas en el domicilio de su hijo, Muñoz Ayub, detalles de 59 millonarias entregas de dinero en bolsas de viaje, maletas, y hasta en cajas de cartón, a los jefes del cártel en distintos hoteles de la zona centro de la Ciudad de México.
En 2019, Muñoz Luévano se declaró culpable en Estados Unidos, de cargos federales de lavado de dinero, que a decir del juez David Alan Ezra, de la Corte Federal del Distrito Oeste de Texas, provenían de transacciones ilegales del narcotráfico. Fue solamente uno de los cuatro cargos que pesaban en su contra.
Según el diario texano San Antonio Express News, «El Mono» se convirtió en informante del Gobierno estadounidense, para ayudar a los fiscales estadounidenses a capturar objetivos mexicanos, a cambio de beneficios en su condena. Salió de prisión en mayo de ese año