
Secreto a voces
- El sexenio de Sheimbaum dará tiempo de recordar a todas las mujeres que de alguna manera participaron en la creación del México de nuestros días.
- Ahora, el intento va por recuperar la vida de algunas de las mujeres que participaron en la guerrilla (poco conocidas).
Por Rafael Alfaro Izarraraz
Es tiempo de mujeres e imposible que el sexenio de Sheimbaum de tiempo de recordar a todas las mujeres que de alguna manera participaron en la creación del México de nuestros días. En este modesto espacio se han recuperado algunas experiencias más o menos conocidas como Sor Juana o Margarita Maza, esposa de Benito Juárez. Existen mujeres que son conocidas en tanto que otras no tanto. Ahora, el intento va por recuperar la vida de algunas de las mujeres que participaron en la guerrilla (poco conocidas) y que fueron víctimas de la guerra sucia impulsada por el gobierno en contra de quienes, ante la cerrazón, decidieron ofrendar su vida por la causa de un México justo.
Doña María Pérez Mora, “Gervasia”, fue la madre de Enrique Guillermo Pérez Mora quien era conocido por el apodo de “El tenebras”. Él fue responsable en Jalisco de la Liga Comunista 23 de septiembre (en adelante LC23S). Jesús Morales Hernández, “El momia” la recuerda en los trabajos escritos que dejó y ante la añoranza evoca la obra de Máximo Gorki, La madre. En el caso que nos ocupa, madre e hijo (El Tenebras y Gervasia) militando en la guerrilla bajo un mismo propósitoy un suceso literario que tuvo su réplica en la realidad jalisciense. Lo del apodo de “El Tenebras” viene de que llegaba con el grupo de jóvenes y gustaba decir “traigo una tenebra”, es decir, una idea o estrategia para llevar a cabo algún acto o acción.
Ahora bien, más allá de lo que asevera Jesús Morales sobre Gervasia, que le acredita la militancia en la LC23S, también existen otras versiones que ponen en duda esa condición de integrante de la LC23S; sin embargo, existe un dato que es irrebatible: es una madre y un hijo con un amor entrañable, en el que Gervasia de alguna manera respaldaba la actividad de su hijo, la de participar en una actividad armada en contra del gobierno. Mantenía un contacto permanente con él y llegó a colaborar con algunas tareas mínimas (no sé si necesariamente como militante) que le encomendaba su hijo. La represión en contra de los guerrilleros y sus familias fue brutal y eso es más que suficiente como para destacar la vida de Gervasia así como de otras mujeres.
El Tenebras por aquel tiempo se había escapado del penal por lo que tres comandantes de la Dirección Federal de Seguridad (entre ellos Maximiliano Toledo) montaron un operativo para regresar al penal a Enrique. Acudió al que era el domicilio de la madre de El Tenebras y como, en ese momento, no lo encontró golpeó a Gervasia sin importar la condición de convaleciente en que se encontraba.Finalmente, lo encuentra y El tenebras, que ya sabía que había golpeado a Gervasia pues dijo aquí está quien agredió a mi madre: lo toma del cuello y le dispara en la cabeza ocasionando la muerte de manera instantánea.Ahí muere también Enrique.
Esto es lo que cuenta Mario Marlo (ZonaDocs, 17/06/2023). “El 16 de junio de 1976, Enrique Guillermo Pérez Mora, conocido como “El Tenebras”, fue asesinado por elementos de la Dirección Federal de Seguridad (DFS). Ese día cumplía 25 años.Acompañado de otros tres integrantes de la LC23deS, “El Tenebras” llegó en un vochito a la casa de seguridad de la Liga en la calle Amapola, colonia Margarita, Culiacán, Sinaloa, donde elementos de la DFS lo esperaban.Cuentan los testigos que, a pesar de que los judiciales dispararon varias veces a Enrique, moribundo, reconoció a Maximiliano Toledo “El Max”, uno de los tres federales que habían golpeado a su mamá y abusado de su esposa. “El Tenebras se abalanzó sobre “El Max”, lo abrazó y antes de morir sacó la pistola y le disparó en la cabeza. Murió vengando a su mamá y a su mujer”.
Gervasia recibió en el hospital la visita de El Momia (no era La momia sino El Momia, por cierto, su apodo). Le dice a El Momia, amigo desde la infancia del Tenebras y de la familia de Gervasia, que si se muere se lleve con ella a Enrique quien había muerto previamente como se ha relatado. Esto lo refiere cuando estaba en el hospital sedada y únicamente en espera de su muerte de acuerdo a la información que el médico que la atendía le informa a El Momia. El también conocido con el apodo de“El Compa Chuy” le responde de manera afirmativa: le dice que le va cumplir el deseo porque él tiene el corazón de Enrique y que se irá con ella.
Palabras más o menos es lo que refiere el “Compa chuy”. Acto seguido se dispara. Aquí es importante señalar que la relación entre los guerrilleros que tuvieron como antecedente la casi inquebrantable amistad que habían tejido entre ellos y sus familias como parte de una corriente migratoria de familias campesinas que llegaron a la ciudad de Guadalajara y, de manera particular, al barrio de San Andrés. Durante la década de los cincuenta y en los años y dos décadas que siguieron, poco a poco, fueron conformando un tipo de relación y hermandad desde jóvenes que mantuvieron, durante la época en que algunos tomaron las armas.
Cuando murió El Tenebras, su cuerpo fue rescatado por El Momia, quien tuvo bajo su responsabilidad el cuidado del cuerpo de Enrique que había sido destrozado por el odio y la furia con que lo trataron durante su asesinato. Es de sobra conocido que no había entre los integrantes de los cuerpos de seguridad del gobierno que los seguían el más mínimo estado de empatía hacia los guerrilleros. El cuerpo de Enrique estaba en proceso de descomposición en donde lo estaban velando y Jesús Morales se lo lleva con un personaje que él conocía de autopsias. Es en ese momento en que recata el corazón de El Tenebras.
Dice Jesús Morales que cuando le estaba lavando el tiro de gracia que le dieron vio el corazón en un frasco en el que habían depositado algunas otras partes interiores de su cuerpo. Al ver el corazón se dijo que lo quería y lo reservó para él y se lo llevó. Es así como lo obtiene y después visita a Gervasia que estaba en una clínica del Seguro Social (está o estaba ubicado en la 110). Cuando llegó a la clínica le pregunta al doctor que si se podía hablar con ella. El galeno le responde que sí, aunque en ese momento se encontraba sedada porque estaba a punto de morir. Le autoriza ingresar y es como se da origen al relato ya expuesto.
Durante el velorio de Gervasia, a las personas que acudieron al lugar se les pidió que salieran por un momento. Durante ese lapso, se aprovechó para colocar el corazón de El Tenebras en el cuerpo de Gervasia, su madre, cumpliendo así el deseo de que Enrique se fuera con ella. “Póngamelo aquí mijo (le dijo Gervasia a El Momia), aunque me levante un poquito el vestido”. El cuerpo de Gervasia se encuentra en el panteón de San Andrés, barrio de la ciudad de Guadalajara. Gervasia, no fue la única.
Algunos nombres destacados de mujeres guerrilleras, citadas por Jesús Morales: Elizabeth Cifuentes Berumen, “Bety” “Natacha”. Irma Susana Ceballos Contreras, “Verónica. Graciela Mijares López. Hilda Rosario Dávila Ibáñez, “Gaby”. Celia Torres Bustamante. Graciela Mijares López. Hilda Rosario Dávila Ibáñez, “Gaby”. Irma Yolanda Cruz Santiago. María Constanza Caraballo Bolin. Alicia de los Ríos Merino. Teresa Hernández Antonio, “Alejandra”. Alicia Estrada, Alicia Arteaga, Dalila Mextli González Hernández, Caridad Monserrat Moreno Díaz, Margarita Maldonado Ochoa, Hilda Chavarín, Trinidad Cuevas Dolores Amezquita, entre otras tantas.
La historia de Gervasia, como de otras tantas cuya vida no es visible, es impactantemente humana.
raizarraraz@gmail.com