Opinión
Por F. V. Figueroa
Diversos luchadores sociales han sostenido que el impacto de las aportaciones de Carlos Marx al conocimiento de los fenómenos sociales, ha suscitado en la burguesía y sus defensores, que son todos los intelectuales de la derecha y dentro de la izquierda la corriente oportunista, el más encarnizado ataque a sus ideas y en algunos casos, a su persona y a su legado.
Al respecto señala Lenin en su obra Marxismo y Revisionismo: “… contra Marx arremeten con igual celo tanto hombres de ciencia jóvenes, que hacen carrera rebatiendo el socialismo, como los ancianos seniles, que guardan el legado de toda clase de ‘sistemas’ caducos. Los avances del marxismo, la difusión y el arraigo de sus ideas entre la clase obrera provocan inevitablemente la reiteración y el enconamiento de esos ataques burgueses contra el marxismo, el cual sale más fortalecido, más templado, con más vida de cada una de sus ‘destrucciones’ a manos de la ciencia oficial”.
Al inicio de este sexenio en agonía, anunciado con un inmenso despliegue propagandístico sin precedentes como el primer gobierno de izquierda, fuimos testigos de la forma en que el titular del ejecutivo, afirmó que en México el origen del enriquecimiento de unos se debía a la corrupción y que, por tanto, otras teorías aquí, en nuestro país, no aplicaban, haciendo a un lado la irrefutable verdad, producto de un concienzudo análisis científico, de que es la explotación del trabajador lo que permite a unos acumular riqueza y a otros condenarlos a la miseria.
Con el planeamiento y sostenimiento de este postulado, no sólo demostró orgullosamente su ignorancia, al menos en el tema, sino que, sin tener conciencia de ello, hizo pública su adhesión a la corriente oportunista que se disfraza de izquierda y que en realidad, como fieles defensores de los intereses de los grandes empresarios, aborrecen todo lo que tenga que ver con las aportaciones de Marx en los diferentes campos de la ciencia, en particular, aquellos que tienen que ver con el descubrimiento de la esencia del capitalismo y de su difusión entre los trabajadores para su educación política.
Sin embargo, el conjunto de conocimientos desarrollados por Marx, Engels, Lenin y por otros revolucionarios, obtenidos por la consistente aplicación del materialismo dialéctico al estudio de los fenómenos de la realidad, han llegado a formar una ciencia, y como señalan M. B. Kédrov y A. Spirkin en su libro “La Ciencia”, esta forma superior de los conocimientos humanos en desarrollo, obtenidos mediante los diferentes métodos cognoscitivos, se reflejan en conceptos exactos y su veracidad se comprueba y demuestra en la práctica social.
Resulta pues, una aberración, intentar sepultar por todos los medios posibles los descubrimientos científicos y oponerse a su difusión entre la clase trabajadora.
Por otra parte, mal se haría en defensa del marxismo, atrincherarse y hacer de los conocimientos de esta ciencia un patrimonio exclusivo de cierto grupo de personas; se requiere que conquiste por la fuerza de su veracidad, que avasalle con su ejemplo certero, por su coincidencia en la descripción e interpretación de los fenómenos de nuestra realidad y por su capacidad de previsión del futuro; para eso en necesario saltar las barricadas y diseminarse entre todos los trabajadores, estudiantes, amas de casa y campesinos de nuestro país.
Es en este sentido, que la conferencia “Teoría del valor – Trabajo de Carlos Marx” ofrecida por el Ingeniero Aquiles Córdova Morán en el marco del II Congreso Internacional Universitario organizado por el Centro Universitario Tlacaélel de Ixtapaluca, cumple con un doble propósito que convergen en un punto importante: el fortalecimiento de la conciencia de los trabajadores y con ello, el robustecimiento del instrumento indispensable para revolucionar todos los aspectos de esta realidad.
El primer propósito se logró con una amena y detallada exposición que el conferencista realizó sobre los principios elementales de la teoría del Valor; sustentado en el mismo método aplicado por Marx al estudio y análisis del Capital, es decir, de lo concreto a lo abstracto, llevó de la mano al público, remontándolo de lo simple a lo complejo, eliminando los resquicios que pudieran albergar dudas de consideración que impidieran la cabal comprensión del tema.
De esa manera, fueron analizadas la mercancía y sus propiedades,su vínculo ineludible con el trabajo abstracto, su relación con la división social del trabajo y la existencia de la propiedad privada de los medios de producción, el desarrollo de las diferentes formas del valor, su evolución histórica hasta desenmarañar y dejar expuesta, con toda claridad, que el dinero no es la riqueza sino una mercancía como otras, que además de su valor de uso natural, adquiere, en el proceso de desarrollo del cambio, un valor de uso social que consiste en servir de equivalente general de todas las demás mercancías, pero sólo es eso.
En el desarrollo de esta exposición quedó clarificado también, el carácter social del trabajo productor de mercancías y, por tanto, el análisis de las condiciones sobre las que se desarrolla la producción histórica, de las relaciones emanadas de los diferentes tipos de propiedad puso de manifiesto que el marxismo no solamente es el fundamento de una teoría económica, sino que es la base para el estudio de todos los campos de la ciencia y que, además su vigencia está fuera de toda duda, su capacidad nos permite comprender los fenómenos contemporáneos del mundo, como la financiarización,caracterizada por el hecho de que los grandes países se han convertido en prestamistas a crédito y los países pobres en productores.
El primer propósito quedó cubierto; demostrar la cientificidad del marxismo, su elevada capacidad de análisis, su valor como guía para la acción transformadora y, sobre todo su vigencia.
Simultáneamente, el segundo propósito también logró cumplirse. Propagar las aportaciones de los luchadores sociales que han conformado el contenido del socialismo científico revolucionario, demostrar a los trabajadores el verdadero carácter del sistema capitalista, desenmascararlo con la exposición paciente y detallada de su carácter explotador, de las bases sobre las que se sostiene y de su desarrollo histórico, identificar a las clases sociales representativas de este modo de producción, del carácter de la lucha que se desarrolla entre ellas y del futuro de la humanidad con el triunfo del proletariado.
La comprensión de la realidad, el reconocimiento de la existencia de clases sociales, de los intereses de los poseedores y las verdaderas aspiraciones de los desposeídos, la identificación de las trampas que los elementos oportunistas implementan para esconder sus verdaderas intenciones, el daño que ellos provocan entre el pueblo con su demagogia y su falta de principios, ayudará a consolidar la conciencia de quienes han comprendido que para cambiar de raíz los problemas de los pobres, es necesario desarrollar una lucha prolongada y que se requiere permanecer vigilante ante los titubeos o vacilaciones.
Por eso es indispensable la educación política del pueblo; así como un ejército convencional, el pueblo debe pertrecharse con las armas ideológicas, con el conocimiento del marxismo, de su herramienta teórica que le permita enfrentar con éxito las diferentes situaciones concretas del antagonismo de clases con la seguridad plena de que la lucha del pueblo es justa y necesaria; Quien sostiene al mundo son los trabajadores; este mundo puede vivir sin burgueses, pero no sin trabajadores.