Por Francisco V. Figueroa
Ciudad de México a 27 de febrero de 2024.- El arte es un poderoso medio para la educación y concientización de nuestro pueblo; gracias a la acumulación de sentimientos y emociones emanados de las duras condiciones de trabajo que provocan, mediante el manejo metafórico o directo, una identificación con los padecimientos que sufren los trabajadores y se abren las alternativas para la transformación social.
Uno de los grandes exponentes de la literatura universal, Máximo Gorki, consideraba un deber fundamental la labor creativa de escritores y pintores para la educación de un hombre nuevo, alejado de las perversidades que se transmiten a través de las obras de los artistas que erróneamente consideran únicamente a las actividades estéticas como una forma de obtener dinero.
El arte basado en el humanismo, nacido del seno del pueblo trabajador, no solamente proporciona un verdadero placer estético, sino que contiene un enorme potencial educativo que es fundamental porque facilita en muchas ocasiones, la comprensión de la realidad y de la situación concreta en la que se encuentran los individuos dentro de la sociedad, situación que nada tiene que ver con la suerte o la casualidad, sino con la posesión o no posesión de los medios de producción.
En el marco de la celebración del festival cultural Azcapotzaltongo 2024 “Nuestras Raíces”, impulsado por el Movimiento Antorchista en la zona noroeste del Estado de México, platicamos con el doctor Brasil Acosta Peña, dirigente de los antorchistas en la entidad, para conocer las concepciones y las propuestas que la organización tiene con respecto a una de las actividades humanas fundamentales como lo es el arte y la cultura.
¿Cuál es el rasgo fundamental que caracteriza la posición
del capitalismo con respecto al arte y la cultura?
En la sociedad capitalista en la que vivimos, nos encontramos con un fenómeno en el cual, todo se convierte en mercancía; Mar lo explica en El Capital, como algunas cosas que no son mercancías como la dignidad, incluso el sexo, se vuelven mercancías dentro del capitalismo porque esa es la dinámica a la que lleva la sociedad, a que todo se mercantilice, y en este sentido, la cultura también se convierte en un factor de mercantilización; en ese sentido, las grandes empresas se han dedicado a construir artificialmente gustos, empleo o uso de jóvenes con ciertas características que los llevan a convertirlos en productos para el mercado; un ejemplo de actualidad es el de una compañía sur coreana, el K-pop de los coreanos, que eligen a jóvenes, los someten a una dinámica de presión muy grande, hasta convertirlos, los que pasan las pruebas, en ídolos, así les llaman; y luego estos ídolos, los venden a través de plataformas, a través de del mercado de productos digitales, para luego hacer que los mexicanos, sobre todo muchos jóvenes hoy, estén imbuidos en esa dinámica y hasta se quieren ir a corea del sur, que hacer “Idols” o sea ídolos, a ese nivel.
Pero también, por ejemplo, los estados unidos nos invaden de narco corridos, de corridos llamados tumbados donde se habla de sexo de droga de alcohol, organizaciones criminales y el resultado finalmente es que los mexicanos perdemos nuestra identidad o se vuelve también nuestra identidad la que quieren los poderosos.
¿En qué consiste la propuesta del Movimiento Antorchista
para impulsar la conciencia por medio del arte y la cultura?
R.- El Movimiento Antorchista tiene muy claro que necesitamos generar en el pueblo conciencia, y la conciencia social tiene que ayudar a que el pueblo se dé cuenta de que él es el responsable de hacer los cambios sociales que se necesitan; el problema es que el pueblo mexicano es como un gran elefante, que tienen muchísima fuerza, muchísimo poder pero que está gobernado por un ratón, y los elefantes normalmente le tienen miedo a ratones, y no se dan cuenta de que con su fuerza son capaces de acabar con el ratón de un golpe.
El problema está entonces, en darle conciencia de ese pueblo; pero darle conciencia al pueblo no es una cosa sencilla, menos en un mar de manipulación. Ahora con las redes sociales Y los teléfonos celulares, es mucho más complejo, porque generan algoritmos de manipulación que hacen que cada individuo tenga su propio algoritmo para tenerlo el mayor tiempo pegado al teléfono para controlarlo.
¿Qué debemos hacer entonces nosotros?
R.- Empezar con abrirle los ojos a un grupo de mexicanos que tenga conciencia para que, a su vez, lleve conciencia a otros mexicanos; es decir la formación de un grupo de mexicanos conscientes para concientizar. Segundo; la actividad cultural deportiva de nuestro movimiento y la prensa y la propaganda.
A través de la actividad cultural generamos la unidad; cuando uno escucha un mariachi, siente inmediatamente la mexicanidad, y eso no lo puede sentir cuando escucha el K-Pop o los corridos tumbados; cuando escucha el mariachi mexicano tradicional, inmediatamente le hierve a uno la sangre, entonces esa sensación la debemos transmitir a todos los mexicanos a través de nuestros grupos culturales.
Por tanto, hay que desarrollar una política de formación de cuadros culturales que bailen, canten, declamen, pero también que le lleven la cultura al pueblo, que le lleven la cultura a la gente y también el deporte a través de jalar a los jóvenes de los vicios y meterlos en una dinámica de concientización, quitarles el factor mercantilista; y la prensa y la propaganda porque a través de ella, podemos dar a conocer los valores de la organización que van a permitir que la gente entienda que es necesario que sea un, se organice y luche para construir una sociedad más justa y mejor para todos.
Desde su experiencia como músico ¿tiene alguna percepción de que alguna actividad estética sea la más recomendable para impulsar el desarrollo de la conciencia del pueblo trabajador?
Bueno, yo puedo decir que a mí la organización, el Movimiento Antorchista llenó mis expectativas, desde que me invitaron a participar en las actividades culturales, porque yo desde los doce años, gracias a mi madre, empecé a tocar la guitarra; a los trece años me regalo mi primera guitarra porque puede pasar los exámenes para la secundaria y aunque se tardó como año y medio en regalármela, pero cuando lo hizo, pude entonces entrar en el gusto por la música.
Entrando a antorcha, participé en las Espartaqueadas por primera vez en el año noventa y uno, y en un concurso muy reñido, empaté en primer lugar con un compañero de Michoacán, y a partir de ese momento me di cuenta de que la cultura era un arma para la educación del pueblo, y puedo decir que en ese momento vi por primera vez al Ballet Nacional de antorcha bailando jalisco, y yo que venía de estudiar en una preparatoria de jalisco, de la universidad de Guadalajara y ver el ballet de mi escuela y compararlo con la energía, el entusiasmo, el ánimo del ballet nacional de antorcha, no tuve dudas de que la cultura, cualquiera de sus manifestaciones, través del arte de la pintura, de la música, de la pintura, de la poesía sobre todo, de la pintura, etcétera., es capaz de mover las fibras más sensibles de los seres humanos para quitarles mucho de su animalidad y pasar a convertirlos en verdaderos seres humanos, solidarios con los demás, preocupados por los demás, sensibles ante los problemas de los demás y entonces el pueblo es capaz de unirse, de luchar cuando se identifica con la música, la poesía, la danza, el baile, la pintura que impulsan el Movimiento; incluido el teatro también.