Cuentas y Cuentos… Economía Social y Banca de Desarrollo

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Por Joaquín Vela González

Parece que la única óptica que tienen los  funcionarios mexicanos de pensar en el crecimiento y el desarrollo económico es en la inversión extranjera. Todo es exógeno, tiene que venir de fuera. Nunca se detienen a pensar en el potencial de alternativas internas o propias. Es totalmente ilógico que EEUU cuente con un organismo dedicado a atender a las pequeñas y medianas empresas (Small Business Administration) y que en México no exista algo así. La (SBA) por sus siglas en inglés es un organismo gubernamental que ayuda a capacitar a los pequeños negocios y  apoyarlos a conseguir sus financiamientos. A través de una red de oficinas ayuda, aconseja y protege los intereses de la pequeña empresa. En México no existe algo parecido a ésto ni es una preocupación de las instancias gubernamentales.  En el sexenio anterior se creó un organismo que se denominó Instituto del Emprendedor, pero con otra visión y perspectiva, que principalmente apoyaba a Instituciones privadas como el Tecnológico de Monterrey y otras a sacar sus proyectos, o a las burocracias empresariales que controlan y ostentan su representación; pero que poco tenía que ver con la problemática real y cotidiana de las pequeñas y medianas empresas, tanto del ámbito industrial como comercial. Mucho menos iban a prestar atención a las empresas cooperativas o a figuras representativas de la Economía Social; a pesar de que en el artículo 25 de la Constitución se reconoce al sector social de la economía en el mismo nivel que al sector público y al sector privado. Evidentemente ésto no se cumple, basta revisar históricamente los montos del presupuesto destinado a cada uno de estos sectores económicos.

    Ante el agotamiento del capitalismo en su etapa neoliberal, que vivimos desde la crisis de 2008-09,  mucho se ha hecho hincapié  sobre la necesidad de buscar formas alternativas para superar la crisis, incluso varías  universidades norteamericanas están incorporando a sus planes de estudio el cooperativismo, pero aquí en México, se desaprovechó la coyuntura de la pandemia para lograr un desarrollo importante de estas formas de economía alternativa. Para un buen número de trabajadores que perdieron su empleo por la quiebra de  pequeños negocios, una forma alternativa hubiera sido el apoyo gubernamental para que en forma colectiva recuperarán el negocio en forma cooperativa. Existen cuatro temas que hoy son los principales obstáculos para la sobrevivencia de los pequeños negocios en México: 1) la necesidad de capacitación para  elevar la productividad y  entre otras cosas hacer  planes de negocios eficientes; 2) tener acceso a programas de   financiamiento de acuerdo a sus necesidades 3) evitar la mafia en la que se han convertido todo tipo de inspectores municipales y estatales que con el pretexto de las verificaciones impiden el crecimiento y consolidación de los mismos y; 4)  el pago del derecho de piso que cobra impunemente el crimen organizado. Todos estos elementos por separado o en conjunto, se articulan para que entre el 80 o el 90% de pequeños nuevos negocios en el país, en 1 o 2 años vayan a la quiebra. Ésto daña la evolución de nuestra economía; más allá de lo que a simple vista se puede observar, porque en las pequeñas y medianas empresa crean mayor número de empleos. Es injusto que un empleado que laboró durante 30 o más años, que pretende iniciar un  pequeño negocio con su finiquito, estos obstáculos lo conduzcan desgraciadamente a la quiebra y a la precariedad, porque la voracidad de las mafias de inspectores y del crimen organizado, no les permiten, ni siquiera iniciar su negocio. Muchos de ellos de la tercera edad  terminan despojados  y abandonados a su suerte.

    Es urgente que los tres niveles de gobierno tomen y asuman las responsabilidades que les correspondan. Para empezar a nivel Federal, aparte de hacer un esfuerzo mayor para combatir el crimen organizado en sus diferentes manifestaciones, en segundo término le corresponde asumir la responsabilidad de conformar un organismo que atienda a los pequeños y medianos negocios, a las cooperativas y a todo tipo de negocio propiedad de los trabajadores, bajo la figura social que exista, triple SSS, Uniones de crédito o diversas figuras solidarias. Recordemos que estas constituyen el futuro de las alternativas que van a reactivar nuestra economía. También responsabilidad federal es configurar un nuevo Banco de Desarrollo o reactivar a Nacional Financiera y a la Financiera  del Bienestar para crear un Sistema Nación de Crédito para los pequeños negocios industriales, agropecuarios y comerciales.

    A los gobiernos estatales y municipales les corresponde colaborar con su parte de apoyo a los programas federales de seguridad y combate al crimen organizado, además aplicar políticas de fomento a la actividad productiva, por ejemplo crear programas de Fomento cooperativo, como el que existe en laCiudad de México, elaborar programas de proveedores para que sus gobiernos compren a los pequeños negocios locales de cualquier tipo y principalmente desarticular o regular a todos sus cuerpos de inspectores que son los principales obstáculos al crecimiento de los pequeños negocios.

    Necesitamos desarrollar formas alternativas endógenas y dejar de pensarnos y vernos como trabajadores asalariados dependientes exclusivamente del  capital y la inversión extranjera. Es importante aprovechar y sacarle el mayor impulso al nearshoring, pero como oportunidad para construir cientos, miles de nuestros pequeños negocios locales, con opción de acceso a la nueva tecnología, que concluya con la consolidación de un ciclo productivo nacional propio, que mejore las condiciones de vida de todos los mexicanos.

 

velagj@economia.unam.mx

Frida C.


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