El EZLN, la Cuestión Indígena y la 4ª T - Lacallelibre

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• Que ya corren nuevos vientos en la cuestión indígena en México se expresa también en la iniciativa de reforma constitucional que ha perfilado el gobierno de “La 4ª”, sostiene Julio Moguel

A Martha Sánchez Néstor, grande entre las grandes luchadoras de los pueblos indígenas de México, fallecida el pasado 29 de julio.

Por: Julio Moguel/aAristegui Noticias

La aparición reciente en las redes sociales de una declaración titulada “Por qué Sí a la Consulta y Sí a la Pregunta”, signada por el sup Galeano –antes, como todo mundo sabe, el sup Marcos–, por más contradictoria y sui generis que sea, constituye un buen signo de los tiempos políticos que corren, pues se ubica en una coyuntura en la que “lo indígena” volverá a marcar rutas decisivas. El “Sí” a la “Consulta” y el “Sí” a la “Pregunta” es de suyo una buena señal en torno a los posicionamientos del Ejército Zapatista de Liberación Nacional de los últimos tiempos, pues lo que ha distinguido sus declaraciones con respeto a prácticamente cualquier iniciativa del gobierno de la 4ª T ha sido el “No”.

Tal vez el viraje de los “No” tajantes que caracterizaban las últimas intervenciones del EZLN a los “Sí” que ahora se declaran se deba a la naturaleza y relevancia de la propia consulta del pasado 1º de agosto, inédita en nuestra historia, en la que se preguntó si se estaba de acuerdo o no en “llevar a cabo acciones pertinentes para emprender un proceso de esclarecimiento de las decisiones políticas tomadas en los años pasados por los actores políticos, encaminado a garantizar la justicia y los derechos de las posibles víctimas”.

Pregunta que fue modificada en su contenido original por la Suprema Corte de Justicia, con lo que distorsionó su sentido básico dirigido en realidad a abrir un proceso de juicio nacional en torno a determinadas acciones políticas criminales y corruptas de los gobiernos neoliberales que iniciaron su curso bajo el mando de Carlos Salinas de Gortari. (Tal modificación del contenido original de la pregunta, más el cierre de filas de muy distintos actores políticos, económicos e institucionales –como el bajo perfil de publicidad o difusión que el INE dio a la consulta–, determinó que no se lograra un volcamiento ciudadano que pudiera acercarse al 40% requerido de los “Sí” para que el mencionada consulta se volviera vinculatoria, pero abrió el curso de un proceso que servirá como plataforma para desarrollar otros medios de valoración social abierta sobre el tema y del mencionado enjuiciamiento).

O acaso los “Sí” planteados por Galeano se deban también a los posicionamientos del presidente de México en torno a las más recientes agresiones imperiales en contra del pueblo de Cuba, pues dicha toma de posición, clara como el agua, coloca a AMLO en el liderazgo de la lucha contra el nuevo ciclo ofensivo del gobierno estadounidense contra los pueblos de América Latina. ¿Podría alguien imaginar a un EZLN declarando un “No” a dichas posiciones del “gobierno de la 4ª” en torno a Cuba?

Pero las posiciones que se han dado desde algunas de las áreas del gobierno de la “4ª” no pueden reducirse a definiciones que pudieran identificarse como simples puntadas estridentes de un presidente mañanero. Y es justo en el tema indígena –propio por naturaleza al EZLN– en el que aparecen en el escenario nuevas luces de avance positivo en el periodo, en al menos dos líneas. La primera, relativa a la forma en que “lo indígena” ha sido puesto como centro de la conmemoración de los 200 años de la consumación de nuestra Independencia; la segunda, relativa a los contenidos de la propuesta de reforma constitucional que permitirá reconocer “el pluralismo jurídico” que ha sido exigido por el mismo EZLN desde 1994.

II

Rendir honores por parte del gobierno de la 4-T, dentro del marco de la conmemoración de los 200 años de la consumación de la Independencia (a cumplirse el próximo 28 de septiembre), al “Día de la Victoria de Chakán Putum” –a finales de marzo del presente año, en Champotón, con la presencia del presidente de Bolivia–, ha dado a la referida conmemoración un significado especial que no cabe minimizar, pues se dirige a reconfigurar el sentido de la historia “oficial” que hemos cargado desde el siglo XIX, encaminado a marcar el encuadre de “la 1ª Transformación” en el tiempo que va del alzamiento armado encabezado por Miguel Hidalgo, el 15-16 de septiembre de 1810, al de la  consumación de la Independencia con firma de Iturbide el 28 de septiembre de 1821.

Dos acontecimientos que, por supuesto, no pueden ser considerados como “falsos” o de “inmerecida memoria”, pero que deberán matizarse o englobarse en una nueva forma de “contar la historia”, pues la lucha independentista se inició mucho tiempo antes de que el cura de Dolores hiciera repicar su histórica campana, y el triunfo de la proclamación independentista de 1821 se la debemos más a la fuerza y liderazgo de Vicente Guerrero que a la fuerza y liderazgo de Iturbide.

Sin quitar mérito alguno a Miguel Hidalgo y, en ciertos niveles, al Iturbide de 1821, parece claro que el mencionado “encuadre temporal” de la historia oficial que viene desde el siglo XIX ha “blanqueado” el escenario de la lucha independentista, haciendo a un lado o minimizando las determinantes “morenas” de nuestra historia (el color cobrizo-indígena y la negritud-afrodescendiente de los motores determinantes de aquella 1ª Transformación).

El hecho de que sea en Vícam, comunidad yaqui, donde el próximo 28 de septiembre AMLO conmemorará aquella fecha memorable de 1821, tiene una relevancia mayúscula, con el mismo sello indígena con el que se realizó la conmemoración del “Día de la Victoria de Chakán Putum”. Porque allí, en las tierras sonorenses, en lugar de echar loas a Iturbide, el presidente “pedirá perdón de Estado” a los pueblos indígenas del país por los agravios cometidos contra ellos desde mucho tiempo atrás, y refrendará el compromiso ya hecho de cumplir “la deuda histórica” que el pueblo de México tiene con la tribu Yaqui.

III

Que ya corren nuevos vientos en la cuestión indígena en México se expresa también en la iniciativa de reforma constitucional que ha perfilado el gobierno de “La 4ª”, y que viene a modificar de manera sustancial, en caso de aprobarse por el Congreso, los limitados y contradictorios términos en los que el Poder Legislativo dio su voto mayoritario para dar luz verde a la reforma al artículo 2 de nuestra Carta Magna en 2001.

No es posible extenderse ahora en este tema. Pero quepa decir aquí que se trata de una propuesta que cubre todas las exigencias de reforma del México indígena de nuestros días, estableciendo por primera vez un marco de reconocimiento pleno a los pueblos y comunidades indígenas como sujetos de derecho público –y no como “entidades de interés público”, como establece actualmente la Constitución–, dentro de un marco mayor en el que finalmente se reconoce la existencia en el país de un verdadero “pluralismo jurídico”.

El vínculo de esta avanzada propuesta de reformas con los logros alcanzados en los Acuerdos de San Andrés es históricamente indiscutible, logrando, en la referida propuesta, enriquecer de manera sustantiva estos Acuerdos.

¿Se lanzará el EZLN a descalificar con un “No” rotundo tal iniciativa de reforma constitucional? No lo creo.

Si ello es así, podríamos suponer que Galeano y las fuerzas indígenas que de alguna manera representa regresarán a los valores y ritmos de sus primeras y muy valiosas batallas por la transformación de México.

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