- El 1º de Agosto, tenemos una cita con la democracia del pueblo.
- Las y los mexicanos vamos por un voto de dignidad.
Las y los mexicanos estamos convencidos de que el ejercicio público, se ha pervertido por malos políticos y hoy tienen los reflectores nacionales los expresidentes de la República Mexicana, Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo Ponce de León, Vicente Fox Quesada, Felipe de Jesús Calderón Hinojosa y Enrique Peña Nieto quienes serán llevados a los tribunales para ser sujetos de JUICIO POLÍTICO, sí la mayoría del pueblo sale el 1º de Agosto, para emitir el voto de la dignidad, la historia de México cambiará.
¡Alto a la corrupción!, que regresen al pueblo trabajador, lo robado; que sean castigados los responsables del gran saqueo de México. Everardo Hernández González, ex Zar Anticorrupción de Metepec, hoy Contralor del Gobierno Municipal de Toluca y Defensor de la 4 Transformación, al reconocer que las y los mexicanos tenemos una oportunidad para que a través de un acto cívico los mexicanos tendremos la libertad de expresarnos frente al poder político y sobre todo frente a los responsables del poder.
El Gobierno Federal en la apertura de la expresión de las y los mexicanos, hoy por primera vez tenemos el derecho de decidir sí van a JUICIO POLÍTICO, los ex presidentes de México.
Los gobernantes hicieron del poder político un negocio. Los ricos con empleados en el gobierno han saqueado los presupuestos Federal, Estatales y Municipales.
Everardo Hernández manifiesta que el despertar de las y los mexicanos, rechaza que el poder político sea sólo de los ricos y el pueblo tenga sólo el derecho del voto popular. La consulta nacional ahora no será dar el derecho de cobrar y sentarse en una curul federal o estatal, ni en el cabildo municipal, ahora podemos detener la corrupción, restablecer nueva norma de la democracia para un nuevo México.
Una Democracia Para Ricos o Para el Pueblo
La democracia moderna tal y como emerge en Europa era una democracia de los que tenían dinero, los pobres no podían votar. El voto popular, directo y secreto fue producto de luchas y esfuerzos de los de abajo por lograrlo. Con el tiempo los pobres consiguieron un espacio en la democracia representativa, pero las élites lograron establecer dispositivos con el fin de que esa participación se diluyera casi por completo. Lograron que los pobres al votar representarán los intereses de las élites y no los suyos.
El analista político, Rafael Alfaro Izarraraz, al expresar lo anterior, señala: El pueblo no contaba más allá de ser un emisor del voto en dirección de intereses a los ricos y a sus empleados. La práctica electoral se circunscribía a que cada día de la jornada electoral, las y los ciudadanos acudían a las urnas a votar y ya.
Previamente, se ponía en marcha toda una maquinaria que de antemano inducía y organizaba la conducta de las y los votantes para que actuaran en una dirección que sólo beneficiaba a una minoría.
El sistema estaba dominado por un modelo en el que, desde el siglo pasado, el presidente de la República se enseñoreaba como cualquier monarca medieval y era él quien imponía sus sucesores a través de un sistema políticos partidista que avalaba sus decisiones. La clase política dominante de los partidos políticos eran una especie de vasallos que, gracias a enormes canonjías, lograban desviar los intereses del pueblo hacia los que demandaba el monarca.
El pueblo se sobrepuso a ese tipo de prácticas y de estilos para “domar” a la democracia. Desde el pasado, antes de la elección de 2018, el pueblo venía desarrollando un conjunto de acciones que se resistían a aceptar el papel de simples vasallos de la monarquía presidencial sexenal que existía en México y del sistema partidista. Acciones populares que no se circunscriben a la democracia representativa y el sistema de partidos y electoral.
La democracia participativa que ha empezado a asomar en el horizonte es una democracia que amerita que mueve no solamente el sistema electoral o cambie al INE, más bien implica cambiar el modelo del sistema político partidista que existe y en el que no cabe la democracia participativa, directa o popular.
El hecho de que por primera vez se juzgue a un ex presidente nos coloca en un lugar nuevo en la historia de México, pero escrita con letras mayúsculas en donde dice que es el pueblo el que ha tomado un lugar especial, aunque el hecho se quiere minimizar. No se trata de un simple ejercicio contra los ex presidentes porque actuaron en contra de los intereses del pueblo, que ocurrió y de por sí es demasiado grave.
De lo que se trata es de un ejercicio que marcará un antes y un después en la vida democrática de México. En el siglo XX la democracia en México se había quedado en ele ejercicio del voto para nombrar gobernantes en todos los niveles de gobierno. LO que ahora se plantea es una especie de “ejercicio democrático-pedagógico” de carácter popular. Es decir, en una práctica que va a dejar una huella en la manera en que se ha la política en México y a qué intereses debe responder dicho ejercicio.
O los políticos ven los intereses del pueblo o se atenderán a las consecuencias de lo que puede ocurrir con la justicia popular, así sea simplemente un JUICIO POLÍTICO, ese es el mensaje.
Aquí vale la pena señalar que, si bien está dirigido a los que no supieron gobernar para el pueblo, también es verdad que podrá aplicarse a otros, a los que en el futuro van a gobernar México. Después de la consulta, los políticos tendrán que pensar muy bien lo que hacen.
Las y los ciudadanos estaremos atentos a las indicaciones del Instituto Nacional Electoral (INE) para conocer dónde y horaria de las casillas en cada municipio mexiquense que se habrán de instalar en la Jornada del 1º de Agosto en donde los mexicanos decidiremos sí llevamos o no a los expresidentes a JUICIO POLÍTICO.