Lorenzo y Ciro, la Herencia…

ALFARO 1

Secreto a Voces

 

Por Rafael Alfaro Izarraraz

La disputa por la democracia en México entre las élites y el pueblo estuvo dominada hasta finales del siglo pasado por la manera en que los poderes en México se habían instituido, entre una combinación de historia local y uso de experiencias que trasladamos de otros países al nuestro como los poderes actuales y la división de poderes. Hasta hace apenas unas décadas el poder presidencial era el que dictaba la manera en que debería de darse la participación popular en los procesos electorales. El poder presidencial fue dominante sobre el resto de los poderes, estaban sometidos a sus designios, no tenían ningún tipo de injerencia en las decisiones presidenciales (Gabriela Gómez, del INE al IFE: la construcción democrática a través de un organismo autónomo, en: file:///C:/Users/Agueda/Downloads/34905-31848-1-PB.pdf).

La democratización del país impulsada por la población (cansada de tanta corrupción como fue el caso del “Negro” Durazo y de farsas electorales) y a través de partidos políticos de oposición, tanto de izquierda como de derecha, promovieron la creación de órganos autónomos e independientes de los poderes sometidos con el fin de contar con una autoridad que actuara con imparcialidad en los comicios. La creación de los órganos autónomos e independientes como el IFE y después del INE se crearon en un contexto en el que el Poder Presidencial fue debilitándose poco a poco (la formación de la Corriente Democrática al interior del PRI, la muerte de Colosio y el levantamiento zapatista) y en el que los partidos de oposición entraron en negociaciones para participar de la administración del poder que poco a poco fue cediendo espacios ante la movilización popular.

Los cuestionados comicios de 1988 fueron el parteaguas de todo y la creación de órganos electorales fue una salida ante la descomposición del sistema, y esto debe quedar muy claro para comprender lo que ahora ocurre con el INE. Algunas de las características que demandaban de un órgano electoral independiente fueron:que estuviera integrado por ciudadanos que no pertenecieran a los partidos políticos, que gozara de buena fama, con salarios similares a de los poderes del Estado, nombramientos que deberían ser más amplios que los de los otros poderes, contar con un estatuto especial para regular la vida del mismo, ser autónomos financieramente, seleccionar a su personal, establecer sistemas de capacitación permanente de sus funcionarios, contar con una infraestructura propia, delimitado en competencia de sus órganos, autonomía jurídica, etcétera (Pedroza De La Llave, citada por Gabriela Gómez en: file:///C:/Users/Agueda/Downloads/34905-31848-1-PB.pdf)

En ese sentido, el INE (su antecedente inmediato anterior el IFE) surge como parte de las demandas más sentidas de la población retomadas por los partidos políticos de oposición. El problema es que quienes se encargaron de instrumentar la creación de esos órganos fueron los mismos poderes que venían gobernando el país y que habían sido señalados por los partidos de oposición y la opinión pública como contrarios al interés democrático. De esta manera, bajo su tutela de estos poderes tradicionales se da la creación de organismos electorales encargados de vigilar los procesos electorales. Su presencia se arraigó tanto que no se ha borrado por lo menos hasta el momento.

Dos aspectos son importantes distinguir: la reforma electoral y la creación de órganos vigilantes de las elecciones se deben comprender en el marco de la puesta la aplicación en México del modelo neoliberal depredador de las conquistas sociales de los clasificados como pobres del mundo y nuestro país no es la excepción. Tanto la reforma como después el IFE y el INE formaron parte de una estrategia que intentó darle salida a los problemas sociales de protesta que crearía en modelo de economía neoliberal, canalizando el descontento hacia la promoción de cambios de gobierno sin tocar la economía. Que los partidos se fortalecieran sin cambio económico. Como parte de las estrategias del sistema fue atraerse a los partidos políticos a su estrategia. El PAN declinó su compromiso con la democracia y luego el PRD.

La élite política y los capitanes de la economía mexicana, para la que se ensayó crear el modelo de economía neoliberal y que cohabitaba con el Poder Presidencial, supuso que presionando la expulsión de Obrador del PRD, entonces, muerto el perro se acabaría la rabia como dicen que “dicen en mi pueblo”. Sin embargo, surgió Morena y el Obradorismo como opción política y con otro modelo de economía llenando el vacío político dejado por el PAN y el PRD. El pueblo necesitaba encontrar un canal para expresarse y lo encontró en el obradorismo, que demostró ser en los hechos lo que andaba buscando el pueblo. Lo que hemos visto es un cambio en el modelo político y económico: una “revolución pacífica” que no todos ven pero que el olfato popular lo tiene perfectamente identificado.

En otras palabras, tanto el IFE como después del INE si bien es cierto que significaron un cambio sustancial con respecto al pasado (con las reformas de 1996 el IFE supuestamente se “desligó” por completo de la presencia del Poder Ejecutivo, por lo menos en su estructura, y se ciudadanizó con la aprobación de Consejeros Ciudadanos, ver el trabajo citado de Gabriela Gómez), la “presencia” no fue eliminada en los hechos y en la vida real del instituto. ¿Qué pasó? Tanto la reforma electoral como la creación de instituciones vigilantes de las elecciones no se han logrado desprender de la estructura de poder tradicional. Lo anterior, debido a que en su conformación los poderes que existían estaban sometidos al poder presidencial que era quién decidía quiénes conformaban dicho órgano. La injerencia presidencial no se pudo evitar porque se trataba de un suprapoder que se extendía a otros poderes.

Lorenzo Córdova y Ciro Murayama son parte de esa herencia. El mundo ha cambiado y México no es la excepción. El INE debe ciudadanizarse de manera auténtica porque hoy por hoy es el feudo del neoliberalismo y del antiguo poder presidencial.

raizarraraz@gmail.com

Frida C.


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