Rumbo al #8M
Por: José Martínez Cruz
SemMéxico. Cd. de México. 02 de marzo 2021.- Hacer posible lo imposible requiere ir más allá de lo inmediato. Desmontar el sistema patriarcal y eliminar el capitalismo. Erradicar el feminicidio y todo tipo de violencias machistas. Acabar con las desapariciones forzadas y la militarización. asegurar una vida digna sin explotación ni opresión. Garantizar todos los derechos humanos, económicos, sociales, culturales y ambientales. Respirar aire fresco y eliminar las causas que generan las enfermedades de pandemias recurrentes.
Reducir la contaminación ambiental para evitar el cambio climático. Construir una alternativa socialista autónoma de manera urgente y necesaria. Lograr que la tierra y el territorio de los pueblos originarios se preserven frente a las políticas depredadoras.
Un mundo de justicia, libertad, igualdad y fraternidad. ¿Por qué será que todo ello pareciera estar a una distancia de años luz del aquí y el ahora, mientras se acepta la posibilidad de la barbarie permanente? ¿Acaso es más fácil aceptar que la miseria, el desempleo y la guerra permanezcan inmutables en medio de la muerte y el caos? Es verdad que el dolor de perder a un ser querido nos coloca ante la desesperanza y la incertidumbre.
La muerte que se acumula paraliza voluntades. Escuchar todos los días casos graves de violencia crea un ambiente de temor y resignación. Ante ello, la indignación y la rabia se pueden transformar en estallidos sociales, mismos que pueden conducir a nuevas represiones y medidas autoritarias. Se requiere ir más allá de lo inmediato.
Cuando la conciencia colectiva se transforma en esperanza organizada, el escenario se puede transformar.
En marzo las luchas feministas serán el parámetro que nos permitirá medir hasta dónde se puede transformar la realidad. El Día Internacional de la Mujer, el 8 de marzo, será escenario de movilizaciones acotadas por la pandemia, pero no menos profundas debido a la acumulación de las contradicciones sociales y políticas en el país. Más allá del inicio del proceso electoral y las candidaturas impresentables de quienes ejercen violencia sexual al amparo del poder, el tema del machismo patriarcal y misógino se hace presente y obliga a un debate nacional, cuando años anteriores sólo estaba presente entre las compañeras feministas y organizaciones de izquierda y defensoras de derechos humanos.
A sus 94 años, recordamos las palabras de Rosario Ibarra: «No nos cansamos ¡cómo nos vamos a cansar si no nos quitaron cualquier cosa, nos quitaron un hijo, un esposo, una hermana y esos lazos no se rompen! Nuestra demanda mínima es la máxima y la máxima es la mínima. Se puede negociar un salario y una tierra, pero no una vida humana».
Y ante la desesperanza de quienes apuestan todo al escenario electoral, retomamos las palabras de Marichuy en el Hemiciclo a Juárez en un mitin: «La ofensiva, compañera, compañero, la hacemos todos. Debemos animarnos a imaginar lo que está prohibido por las reglas del capitalismo, debemos imaginar la justicia para construirla ejerciéndola, debemos de tener bien nuestros propios corazones para que el corazón colectivo que somos esté bien, debemos estar sin miedo y unidos, debemos crecer esa claridad que hemos estado encontrando en los pueblos no solo en el campo sino en las ciudades».
Así marzo y la primavera de los pueblos que florecen.